Alemania

Los socialdemócratas ganan por la mínima la ultraderecha en Brandeburgo

El SPD mantendrá al land, que ha gobernado desde la reunificación, y Scholz tendrá menos presión interna

El primer ministro de Brandeburgo Dietmar Woidke ha vuelto a ganar las elecciones
ARA
23/09/2024
3 min

BarcelonaEl canciller alemán, Olaf Scholz, y la socialdemocracia alemana han salvado la partida en Brandeburgo. El SPD ha sido por poco la fuerza más votada en las elecciones en el land de Brandeburgo, donde ha gobernado desde la reunificación alemana en 1990, según el recuento casi definitivo. Con el 30,9% de los votos, lograron frenar el auge de la ultraderecha: Alternativa para Alemania (AfD), que se presentaba con un candidato acusado por la fiscalía de extremista por sus posiciones xenófobas, quedó en segundo puesto (29,2%). La clave en este estado, que rodea a Berlín, ha sido la participación, que ha subido hasta el 73,5%, 12 puntos más que en el 2019, lo que explicaría por qué AfD, que partía como favorita, no ha cumplido los pronósticos.

Según la encuesta a pie de urna de la cadena pública ARD, tres cuartas partes de los votantes del SPD justificaban su elección para cerrar el pase a la ultraderecha. Y el mismo sondeo revela que los socialdemócratas deben agradecer la victoria a los votantes mayores de 70 años: uno de cada dos los ha elegido. Tres semanas después de la victoria de la AfD en el estado de Turingia, en la antigua Alemania oriental (la primera vez que un partido de extrema derecha ganaba unas elecciones regionales en Alemania desde la Segunda Guerra Mundial), la movilización ha funcionado. La AfD también había quedado en segundo lugar en Sajonia, muy cerca de la CDU.

El primer ministro, Dietmar Woidke, revalidado, ha querido alertar contra la autocomplacencia. La ultraderecha ha mejorado su resultado de 2019 en 5,7 puntos. Su colíder, Tino Chrupalla, ha destacado los buenos resultados entre los jóvenes, tendencia que se ha visto en más países europeos. Los mejores resultados de la AfD han sido entre los menores de 60. En la sede del partido, militantes jóvenes han celebrado el resultado con cantos contra los migrantes como "Les deportaremos a todos". El candidato de la AfD, Hans-Christoph Berndt, es el fundador de la asociación antiinmigración Zukunft Heimat, quien la fiscalía alemana considera una "agrupación de influencia neonazi". También es conocido por haber apoyado al movimiento Der Flügel, un grupo antisemita, islamófobo y ultranacionalista que fue ilegalizado.

La nueva alianza de izquierdas liderada por Sahra Wagenknecht ha quedado en tercer lugar, con un 13,4%. Ha ganado votos entre los indecisos, haciendo de bisagra entre la AfD y la izquierda de Die Linke, partido del que se separó hace unos meses. Propone un entendimiento diplomático con Rusia y Ucrania y apoya las medidas antiinmigración. La CDU, por su parte, ha tenido que conformarse con el 12,1%, tres puntos por debajo de 2019. Su candidato, Jan Redmann, ha atribuido el mal resultado a la "polarización", que ha beneficiado sólo los socialdemócratas y la ultraderecha. Los Verdes no han llegado al 5% que da acceso automático al Parlamento regional. La izquierda de Die Linke, con el 3% de los sufragios, queda también fuera del Parlamento regional.

Aire para Olaf Scholz

Tras las derrotas en Turingia y Sajonia, retener a Brandeburgo da aire a Scholz, cuando en las filas socialdemócratas crecen las dudas sobre su capacidad para ganar las elecciones federales previstas dentro de un año, debido a su impopularidad. Tanta que incluso Woidke se distanció durante la campaña y criticó sus políticas en la cancillería. De hecho, el propio secretario general del SPD ya había advertido de que si ganaban en Brandeburgo sus problemas a escala federal "no serán más grandes, pero tampoco más pequeños". En las últimas encuestas federales, los socialdemócratas no superan el 15% de su intención de voto, por detrás del 32% de los conservadores de la CDU y del 20% de la AfD. Las alianzas no cambian la fotografía: Scholz gobierna en coalición con los verdes y los liberales, y los tres juntos no superan a la CDU en los sondeos.

Los buenos resultados electorales de la AfD en las elecciones regionales de este mes han reabierto los debates en Alemania sobre la ultraderecha, la inmigración y la guerra de Ucrania. La inmigración sigue siendo una de las principales preocupaciones del electorado alemán, por mucho que el país necesita mano de obra extranjera para cubrir vacantes en el mercado laboral a medida que la población envejece. Cediendo a las presiones, el gobierno de Scholz ha reanudado las deportaciones de afganos con condenas judiciales y ha ampliado controles fronterizos terrestres con los países vecinos con los que comparte el espacio Schengen. Alemania ya tenía controles en las fronteras con Austria, Polonia, Suiza, República Checa y Francia, pero ahora los ha ampliado a las que tiene con Luxemburgo, Bélgica, Países Bajos y Dinamarca.

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