Francia

Vestidos de negro y siempre con casco: la brigada policial que indigna (y castiga) a Francia

La unidad motorizada de represión acumula denuncias por su brutalidad en las manifestaciones

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Membres de esta brigada policial durante una manifestación esta semana en París.

ParísVan siempre en motos de gran cilindrada, vestidos de negro de pies a cabeza, y nunca se quitan el casco. A primer golpe de vista, cuesta reconocerlos como policías. Hasta que se bajan de la moto y sacan la porra para dispersar a manifestantes. Son los miembros de la brigada de represión de la acción violenta motorizada (Brav-M), una unidad que da apoyo a los dispositivos policiales en las manifestaciones en Francia y que está en el punto de mira por sus polémicas actuaciones en las protestas contra la reforma de las pensiones. No están en primera línea y solo actúan cuando hay disturbios y hay que dispersar a los manifestantes, a menudo en las manifestaciones no autorizadas. Es habitual verlos por encima de las aceras, con las motos, persiguiendo a manifestantes.

Acumulan críticas y denuncias y las redes sociales van llenas de vídeos en los que se pueden ver imágenes de gran violencia protagonizadas por miembros de estas brigadas de represión, como un agente que da un puñetazo a una persona, un grupo de policías dando golpes de porra a ciudadanos que no formaban parte de la manifestación, agentes rociando expresamente, en la cara, con gas lacrimógeno a un periodista acreditado o dos motos circulando por la acera y atropellando a un manifestante. La Francia Insumisa acusa a la Brav-M de "abusos violentos y brutales cometidos contra los manifestantes" y la prensa francesa recoge decenas de testigos que aseguran haber sido víctimas de "violwncia gratuita" por parte de policías de las brigadas de represión.

La izquierda radical ha pedido su disolución, y una iniciativa ciudadana –que finalmente no ha prosperado– recogió 260.000 firmas para reclamar su desmantelamiento. "Las brigadas de represión se han convertido en uno de los símbolos de la violencia policial", afirmaba el texto de la petición ciudadana.

Algunas voces sindicales apuntan que son una unidad policial sin formación específica de mantenimiento del orden público, a diferencia de los CRS de la policía y de los gendarmes móviles, las dos unidades de antidisturbios. El ministro del Interior, Gérald Darmanin, del ala más conservadora del gobierno, siempre ha negado la violencia policial y defiende la actuación de las brigadas de represión. Asegura que el problema es que en las protestas hay grupos de radicales violentos que –según sostiene– son cercanos a movimientos de extrema izquierda. "Cuando la violencia, los incontrolados y la extrema izquierda actúan, es el deber de las fuerzas del orden decir basta", se justifica el ministro.

Detenciones más fáciles

La unidad fue creada en 2019, en plena crisis social protagonizada por el movimiento de los chalecos amarillos. La policía tenía problemas para dispersar las manifestaciones y la cúpula policial decidió crear las brigadas de represión, que, a diferencia de los antidisturbios, van motorizados, siempre de dos en dos, un hecho que les permite desplazarse más rápido para perseguir y detener a manifestantes más fácilmente. "Su movilidad se presta a veces a una cierta impunidad: sus actuaciones son extremadamente rápidas, y es difícil obtener elementos de identificación para las personas que son víctimas suyas", sostiene el abogado penalista Vincent Brenghart a la cadena RTL.

Cuando se crearon estas brigadas se las comparó a los llamados voltigeurs, la unidad policial motorizada que dispersaban las protestas de Mayo del 68. Aquellas brigadas también recibieron muchas críticas por su brutalidad –daban golpe de porra desde las motos– y acabaron desapareciendo en los años 80, después de la muerte de un joven a manos de tres policías voltigeurs. Las brigadas de represión actual tienen prohibido actuar cuando van en moto. Solo pueden utilizar la porra o practicar detenciones cuando han bajado del vehículo.

Amenazas y humillaciones

La Brav-M ha sido también señalada por un audio publicado por la prensa que revela el trato degradante de los agentes hacia un grupo de jóvenes detenidos en el transcurso de una manifestación contra la reforma de las pensiones el pasado 20 de marzo. En el audio, publicado por Le Monde y Loopsider, se oye a los agentes amenazando, intimidando y humillando a los chicos, haciendo comentarios de carácter sexual, e incluso se intuye una bofetada. "Tienes realmente suerte de estar aquí sentado, ahora que estás detenido, porque te juro que te partiría las piernas, en sentido literal", se oye decir a un policía. Otro amenaza también con más violencia: "La próxima vez no subirás a un coche para ir a comisaría, subirás a otro vehículo que se llama ambulancia y será para ir al hospital".

Los agentes que protagonizaron los hechos han sido apartados y se ha abierto una investigación para aclarar los hechos, pero el jefe de la policía, Laurent Nunez, ha querido dejar claro que no está en peligro el futuro de la Brav-M. "El desmantelamiento de la unidad no está en el orden del día", ha subrayado.

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