Unión Europea

Von der Leyen anticipa una época de cambios en la UE: "Hay que responder a la llamada de la historia"

La ampliación, el enquistamiento en Ucrania y las dificultades económicas marcan el último discurso sobre el estado de la Unión de la legislatura

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Un momento del discurso de Von der Leyen frente al parlamento europeo, en Estrasburgo.

Bruselas/EstrasburgoLa Comisión Europea había puesto en marcha, hace unos días, un cronómetro en su web oficial para descontar las horas y segundos que quedaban para que la presidenta Ursula von der Leyen pronunciara su discurso del estado de la Unión. En las instituciones europeas había una expectación especial por saber qué diría la política alemana en la comparecencia de este martes: no sólo porque el discurso es uno de los grandes acontecimientos del año –que marca el inicio del curso político en Bruselas–, sino porque, sobre todo, es lo último que Von der Leyen hará antes de las elecciones europeas del próximo año.

El acto, pues, se entendía como una especie de balance de la última candidatura europea, una candidatura excepcional, marcada por el desenlace del Brexit, la aglomeración de crisis que supuso la pandemia del covid-19 y el trasiego casi existencial que ha supuesto la invasión rusa de Ucrania. Como decía estos días una fuente diplomática, termina una candidatura "que hubiera podido ser fatídica" pero que, por el contrario, ha acabado reforzando considerablemente a la Unión Europea. Al menos, es la lectura mayoritaria que se impone entre los Veintisiete.

Pero, pese a la expectación –que a menudo no traspasa la burbuja que son las instituciones europeas–, las palabras de Von der Leyen han sido más bien descafeinadas, sin grandes titulares ni grandes anuncios, a diferencia de otras ediciones. Básicamente, la presidenta de la Comisión, promocionada en su momento por Angela Merkel y considerada ahora por la revista Forbes como "la mujer más poderosa del mundo", ha sacado pecho para reivindicar su mandato –especialmente, la gestión de la pandemia y el apoyo y la cohesión con Kiev- y ha avanzado las cuestiones que marcarán su último año de legislatura: más allá de la guerra de Ucrania y el consiguiente debate de la ampliación de la UE, es necesario volver a centrarse en la gestión de una economía herida por la superposición de crisis. Todo ello le ha llevado a anticipar una época de cambios en el club comunitario. "Como ocurrió después de la Segunda Guerra Mundial, ahora hay que responder también a la llamada de la historia", ha proclamado la presidenta. En otras palabras: la UE necesita adaptarse a la nueva realidad fruto de los golpes de estos últimos años, lo que implica transformaciones políticas, económicas e incluso geográficas.

La ampliación, vital pero polémica

Uno de los temas estrella de los siguientes meses, y también de la próxima candidatura –donde Von der Leyen, por cierto, todavía no ha confirmado si se presentará–, será la ampliación del club comunitario. La agresión de Putin a Ucrania, y la amenaza que esto supone para otros países europeos, ha roto el tabú sobre la inscripción de nuevos socios y ha desatascado procesos de adhesión que parecían condenados a la paralización eterna. Bruselas ya estudia en serio la aceptación de Ucrania, Moldavia, Georgia y el paisaje heterogéneo que son los países de los Balcanes.

La gran pregunta es cuándo. Pese a que, a finales de agosto, el presidente del Consejo, Charles Michel, pronosticó que sería en el 2030, Von der Leyen, mucho más cautelosa que su eterno rival interno, no se atreve a marcar plazos. Este martes se limitó a defender que el bloque comunitario "funcionaría igual" con la suma de nuevos estados miembros, aunque la cifra supere la treintena de socios.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

Ha sido en este momento cuando Von der Leyen ha señalado que la Unión Europea debe volver "a responder a la llamada de la historia" y "completar la Unión". Es decir, adherirse al menos a Ucrania y evitar que el régimen de Vladímir Putin vaya "haciendo desaparecer países, uno a uno". La influencia rusa, también la china o la saudí, está especialmente presente en algunos estados balcánicos, propensos a la desestabilización.

Sin embargo, el consenso no es total y se auguran negociaciones complicadas. Algunos Estados miembros, entre los que parece estar Alemania o Francia, temen que la ampliación pueda ser, entre otros, un elemento que ponga en riesgo la cohesión de los Veintisiete y, por tanto, la gobernabilidad de la institución. También alegan que muchos de estos países necesitan realizar reformas considerablemente profundas antes de estar preparados para entrar en el club.

Más gestión económica

La presidenta de la Comisión Europea ha insistido también en la gestión económica, como no había incidido en los anteriores años, en un contexto en el que la zona euro todavía se encuentra con una inflación por las nubes, con un crecimiento muy débil y arrastrada por el decrecimiento de Alemania, la locomotora de Europa, que pasa por un mal momento y registrará en 2023 una disminución de su producto interior bruto (PIB) del 0,4%, según las últimas previsiones de la Comisión Europea.

Sin embargo, Von der Leyen ha reivindicado que, pese a la situación económica y las consecuencias de la pandemia y la guerra, el mercado laboral de los Veintisiete se mantiene fuerte y que se han evitado las tasas de paro que "se preveían similares a las de 1930". "Este es el mercado social y económico de Europa en acción", ha destacado la líder comunitaria. También ha contrapuesto que falta mano de obra para algunas vacantes de trabajos calificados o en el sector servicios y, concretamente, el de la hostelería; y que aún es necesario mejorar el acceso de los jóvenes al mercado de trabajo.

Por otra parte, la presidenta de la Comisión ha vuelto a criticar a la industria china, muy dopada por las ayudas estatales, y ha anunciado que abrirá una investigación por la lluvia de millones en sus fábricas de vehículos eléctricos. "Mantienen los precios bajos de forma artificial con dinero público y eso distorsiona nuestro mercado", ha insistido Von der Leyen.

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