Guía para entender el mundo en 2026: los 10 temas que marcarán la agenda

BarcelonaEl primer año del segundo mandato de Donald Trump ha consolidado una dinámica que en los últimos años ya se intuía, pero que ahora se ha acelerado: la coerción económica y tecnológica en las relaciones en una Europa atenazada entre Estados Unidos y Rusia. En un contexto de aranceles e intervencionismo expansionista, China busca proyectar estabilidad y ampliar mercados, y en el Sur Global se trazan nuevas alianzas. El 2026, pues, será un año de "reajuste global" en el que se "pondrá a prueba la capacidad de adaptación para afrontar una geopolítica brutal". Así lo prevén los investigadores del Cidob, que han escogido los 10 temas que marcarán la agenda mundial este 2026. Los repasamos uno por uno.

Impunidad del intervencionismo

A finales de noviembre, EEUU publicó su nueva estrategia de seguridad nacional. En el documento, con el pretexto de garantizar la seguridad estadounidense, Trump pone blanco sobre negro la voluntad de Washington deintervenir en otros países para favorecer sus intereses. "Trump simboliza la creciente ola de estados que se sitúan al margen de la ley", apuntan desde Cidob. En los últimos meses, en medio de los ataques al Caribe y el Pacífico a supuestas narcollanchas y el embargo de petroleros venezolanos, el presidente estadounidense ha amenazado con intervenir militarmente Venezuela, Colombia y México, además de tomar el control del canal de Panamá. Todo ello, con acciones –o advertencias– al margen del derecho internacional.

El Cidob señala que "la impunidad" de actos como estos "ha convertido al intervencionismo militar en un instrumento más al alcance de gobiernos o actores internacionales dispuestos a hacer uso de una violencia cada vez más desregulada". Este "vacío de legalidad" se puede agravar este 2026, esencialmente por dos posibles conflictos: un ataque estadounidense contra Venezuela y la reanudación de la guerra entre Israel e Irán, iniciada en junio de este año. Entonces, Israel lanzó un ataque sin precedentes contra Irán, que respondió con cientos de misiles contra Tel-Aviv. El conflicto se puso en pausa, pero habrá que ver si se reactiva.

La privatización de la paz

En un mundo cada vez menos multilateral, las relaciones internacionales se basan cada vez más en acuerdos entre magnates al servicio de lucros particulares, apuntan los autores del informe del Cidob. Personajes como Trump, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan o el chino Xi Jinping, y países como Qatar, Arabia Saudí o Emiratos Árabes han firmado acuerdos en los que el protagonismo de los negocios de grandes multinacionales es más que central. Ejemplos son el acuerdo entre Azerbaiyán y Armenia, con el que empresas estadounidenses gestionarán la construcción y operación de un corredor ferroviario en la frontera de Armenia con Irán, o la reconstrucción de Gaza, valorada en 70.000 millones de dólares, según la ONU. En este segundo caso, existen varias propuestas, pero la de Washington, que prevé 185.000 millones de dólares de beneficios para empresas estadounidenses y europeas, parte como preferida. Y, en medio de este negocio, las grandes fortunas del golfo Pérsico se erigen en nuevos mediadores en los conflictos internacionales, intentando dejar huella en los acuerdos.

Más armas, tropas y IA militar

En 2026, previsiblemente, continuará también la escalada armamentista global, que este año ha vivido un momento clave con la exigencia de Trump de que los miembros de la OTAN lleguen a invertir el 5% del PIB en defensa. España lo ha rechazado, pero ha incrementado su gasto hasta el 2%. Durante el primer semestre de 2026 la UE iniciará proyectos clave en defensa, pretende crear un muro de drones en el este de Europa para protegerse de Rusia. En el contexto de militarización, las grandes empresas de tecnología de defensa se integran en la toma de decisiones de los estados, condicionando las resoluciones conforme a sus intereses privados.

Con el rearme en el centro de la política de defensa de muchos países, se prevé que el gasto militar en IA supere los 30.000 millones de dólares. Tal y como demuestra la estrategia de la UE, los drones han entrado de lleno en la guerra, ya no sólo como una herramienta para grabar y disparar o bombardear. También se utilizan para generar miedo y desestabilizar regiones, como es el caso de las incursiones aéreas rusas en Polonia y Rumanía, o los drones que Israel ha utilizado en Gaza emitiendo el sonido del llanto de un bebé para aterrar a los palestinos. China, en este ámbito, tendrá un rol importante, ya que según datos del think tank Atlantic Council, el gigante asiático domina el 80% del mercado mundial de drones.

Una carrera global para diversificar alianzas comerciales

Si durante 2025 el impacto de los aranceles comerciales de EEUU ha sido reducido gracias, entre otros, a la importación masiva de productos antes de que se aplicaran las tasas, en 2026 las consecuencias serán más visibles. La Organización Mundial del Comercio estima que el porcentaje de comercio en todo el planeta que respeta sus reglas se ha reducido hasta el 74%, y habrá que ver cómo los países buscan alternativas comerciales ante la incertidumbre y volatilidad de Trump y la competencia de China. Habrá que ver qué rol acaba teniendo la India, que por ahora negocia acuerdos comerciales con más de 50 países. Así pues, el entramado de relaciones comerciales se está reconfigurando, y es posible que este 2026 empecemos a observar nuevas alianzas fruto de estos movimientos.

Freno a la burbuja tecnológica?

Otro factor que ha influido a la hora de frenar el impacto de los aranceles de EE.UU. es, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, la inversión masiva en IA. Pero queda todavía una duda por resolver. ¿Generará este sector beneficio suficiente para justificar la inversión masiva que se está llevando a cabo? Existe el riesgo de que se produzca una burbuja, puesto que las principales empresas tecnológicas están invirtiendo todas entre ellas, y si las inversiones millonarias entre estas grandes corporaciones se frenan, esto provocará un importante impacto en la economía global. En este ámbito, China también intenta hacerle la competencia a EE.UU., aportando al mercado de manera eficiente tecnologías ya existentes en vez de apostar por la invención tecnológica.

Hasta ahora, esta espiral inversora y competición tecnológica ha extendido las presiones de Silicon Valley en todo el mundo. La UE, que a menudo ha hecho esfuerzos por regular mínimamente el sector y evitar que los intereses privados ataquen derechos individuales y colectivos, se plantea retrasar la entrada en vigor de las normas sobre algunos sistemas de IA hasta finales de 2027. Mientras, los países del Golfo apuestan por la IA para proteger su riqueza e influencia mundial.

Generación Z, entre las expectativas y la realidad

Este año que hemos dejado atrás se ha constatado también el malestar de la generación Z en todo el mundo, que ha encabezado protestas contra la desigualdad social, la falta de oportunidades y la corrupción gubernamental, en países como Marruecos, Indonesia, Filipinas, Perú o México. En algunos casos, como en Nepal, en Madagascar y en Bangladesh, las revueltas han derribado al gobierno. Habrá que ver este 2026 si los estallidos de malestar e indignación se traducen de algún modo en las urnas –Bangladesh, Nepal, Marruecos, Perú y Bulgaria celebran elecciones–, o bien si el conflicto reaviva en las calles y se transforma en otra forma de expresión política.

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Socioeconomía del miedo

La crisis de la vivienda y la inflación han marcado en 2025 en muchos lugares del mundo, sobre todo en el Norte Global, y no parece que 2026 tenga que ser un año mejor para el bolsillo de la clase trabajadora y la pequeña burguesía. La cesta de la compra cuesta un 34% más que en el 2019, según el Banco Central Europeo (BCE), y la deuda pública es cada vez mayor. El incremento de la deuda afecta también a los países más grandes y ricos, donde grandes multinacionales como Amazon, Meta, Starbucks y HP han anunciado recortes de puestos de trabajo.

En el Sur Global, según datos del FMI, 47 países habrán destinado más del 50% de sus ingresos a sufragar la deuda, y otros 75 estados habrán dedicado más del 33%. En Latinoamérica esto supone el peor nivel desde que hay registros, y en todo el mundo 5.200 millones de personas viven en países donde el compromiso de la deuda supera el gasto social. Todo ello coincide con un severo recorte en la ayuda humanitaria impulsada por Trump. En muchos casos, el dinero que no llega a los países empobrecidos tampoco se destina a gasto social a los países emisores de ayuda, en un momento en que los estados están centrados en el aumento del gasto militar.

Desorientación estratégica europea

En el contexto de batalla por la hegemonía global entre grandes potencias, la UE se encuentra en un momento de desorientación, atrapada entre fracturas internas y amenazas externas, remarca el Cidob. Europa ve cada vez más lejos a su aliado tradicional: EEUU. En la nueva estrategia de seguridad nacional, Washington ha admitido por escrito su deseo de desestabilizar a la UE, fomentando en el Viejo Continente formaciones de extrema derecha que se alineen con los intereses estadounidenses.

Bajo la exigencia de Trump de aumentar el gasto militar, en 2026 la UE deberá hacer equilibrios para impulsar el crecimiento económico, contener el déficit público y, al mismo tiempo, incrementar las partidas presupuestarias destinadas a la defensa. Todo ello, con una extrema derecha al alza en la mayoría de países del continente y después de que los Veintisiete hayan decidido endurecer la política migratoria e incrementar el control de las fronteras, además de debilitar los acuerdos en materia climática.

Clima: víctima de la geopolítica

Justamente al respecto, sobre el clima, el 2025 ha sido de nuevo un año en el que se ha evidenciado la falta de consenso en la gobernanza climática en todo el mundo. El ejemplo más evidente ha sido la COP30 celebrada en Brasil, que terminó sin acuerdos sobre la reducción de los combustibles fósiles y sin el apoyo financiero de los países desarrollados para la transición climática en el Sur Global. Sin embargo, también se lograron algunos acuerdos en materia de financiación para la adaptación climática de cara a 2035, y se espera que ya en 2026 la electricidad renovable supere, por primera vez, el 20% de la producción mundial, con el Sur Global liderando la adopción de tecnologías verdes. Además, durante el año que dejamos atrás, como ocurrió en el 2024, las exportaciones de China de tecnología verde han seguido superando a las de petróleo y gas de EEUU.

En general, sin embargo, las grandes potencias dan pasos atrás en materia verde. En la UE, la ambición de las políticas medioambientales se reduce y diluye la responsabilidad del sector privado, y este mes de enero Washington hará efectiva su segunda salida del Acuerdo de París. Trump ya sacó a EEUU de este acuerdo en su primer mandato, pero Biden reincorporó al país al pacto cuando llegó a la Casa Blanca.

Autocratización de EE.UU.

Cidob también pone especial atención a la situación en EEUU, ya que en este primer año de mandato Trump ha ampliado cada vez más los límites del poder presidencial, declarando emergencias nacionales para justificar políticas extremas. Asimismo, purgó varios órganos estatales y marginó a los directores de agencias independientes, en medio de una guerra frontal contra los derechos civiles. Las elecciones de medio mandato de este 2026 pondrán a prueba la democracia estadounidense.