Derechos humanos

Human Rights Watch: "La creciente represión de las dictaduras es una muestra de su debilidad"

La democracia no está en retroceso, pero los líderes democráticos hacen mal su trabajo, dice el informe 2022 de la ONG

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Manifestant birmanos levantan nudillos con el símbolo de resistencia en Birmania

BarcelonaLos talibanes llegaron al poder en Afganistán, un golpe de estado militar derribó el gobierno en Birmania y las esperanzas de transición democrática en Sudán quedaron ahogadas por el ejército. Este 2021, que arrancó, además, con un asalto al Capitolio de los Estados Unidos, no ha sido un buen año para los derechos humanos y la democracia en el mundo, pero "la realidad es mucho más compleja", dice el director ejecutivo de Human Rights Watch, Kenneth Roth, que ha presentado este jueves el Informe 2022 de su organización. La entidad destaca los movimientos populares que han hecho salir a la calle a miles de personas en favor de la democracia y los derechos humanos en muchos países, como Birmania y el propio Sudán, pero también en Cuba, Bielorrusia, Senegal y Polonia, entre otros.

El informe 2022 de Human Rights Watch analiza la situación de derechos humanos en los 100 países donde opera esta ONG a lo largo del año que acaba de finalizar. Desde Nicaragua hasta Rusia, pasando por Bielorrusia y China, los regímenes autocráticos del mundo han elevado su represión este 2021 y en muchos de los casos apuestan ya por "elecciones que son abiertamente una farsa" sin esconderse. Pero para Roth, "esta creciente represión es una muestra de debilidad, no de fortaleza". Estas "farsas" son, según él, "una medida desesperada, el último recurso, porque habrían preferido poder legitimarse en elecciones simplemente comprometidas, pero como han visto que no tienen ningún apoyo social han tenido que hacer esto". En la presentación del informe, Roth ha puesto en cuestión la teoría que habla de un retroceso de la democracia en todo el mundo, y ha destacado las protestas ciudadanas generalizadas que demuestran "que el deseo de democracia se mantiene fuerte".

El informe también destaca los movimientos repetidos en varios países en los que las oposiciones se han unido para enfrentarse a un líder autocrático, una estrategia que este 2021 ha conseguido sacar del poder al israelí Benjamin Netanyahu o al populista primer ministro checo Andrej Babiš. Experimentos similares se pondrán a prueba este 2022 en Hungría, donde la oposición presentará a un candidato único para derrotar al ultra Viktor Orbán, y en Turquía para enfrentarse a Recep Tayipp Erdogan. "Una tendencia similar dentro del Partido Demócrata de los Estados Unidos contribuyó a elegir a Joe Biden para derrotar a Donald Trump en las elecciones de 2020", ha dicho Roth.

Los líderes democráticos pueden generar frustración

El problema, según el organismo, es que los líderes de los gobiernos democráticos "no lo están haciendo bien", y esto también es una amenaza. "La defensa de la democracia no pasa solo por reducir la represión de los regímenes autocráticos sino por mejorar los liderazgos democráticos, que tienen que demostrar que son capaces de cumplir las promesas para no generar frustración y desesperación entre la ciudadanía, cosa que puede dar una segunda oportunidad a los liderazgos autocráticos", ha dicho Roth.

El informe de HRW considera que muchos líderes democráticos están demasiado centrados en el corto plazo y no responden de forma adecuada a los problemas más graves como son la emergencia climática, la pandemia de covid-19, la pobreza y la desigualdad, la injusticia racial o las amenazas de la tecnología. En cuanto a los derechos humanos en el mundo, "los líderes occidentales dicen que los defienden, pero son pocos los que lo ponen en práctica porque priorizan lo que definen como estabilidad", dice Roth. Son ejemplos de ello la pasividad de la comunidad internacional ante la lucha de las poblaciones de Birmania o Sudán (y más recientemente de Kazajistán, se podría añadir).

En este sentido, el informe destaca que la nueva administración norteamericana de Joe Biden, a pesar de que no se muestra amistosa con los autócratas como hacía Donald Trump y a pesar de las promesas de basar sus políticas en los derechos humanos, "ha continuado proveyendo de armas a Egipto, Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos e Israel". A la vez, ante la tendencia autoritaria en los países de la América Central, "Biden ha priorizado los esfuerzos para contener la migración antes que la lucha contra la autocracia", dice la ONG.

El jefe de HRW está convencido de que "a pesar de que los intentos de Trump de robar las elecciones del 2020 fracasaron, la democracia sigue estando amenazada en los Estados Unidos", por los intentos de los republicanos de restringir los derechos a voto y de sustituir a las figuras independientes de las comisiones electorales estatales, que actuaron de bloqueo a los deseos de Trump, y reemplazarlas por figuras partidistas. Una situación que "ha tenido eco en todo el mundo", dice Roth, sobre todo en Brasil, donde el ultraderechista Jair Bolsonaro está imitando las tácticas de Trump y ha empezado ya a denunciar el fraude electoral sin que nadie haya empezado a votar todavía. "Por suerte, los mecanismos institucionales que actuaron de bloqueo en los EE.UU., los judiciales y administrativos, también existen en Brasil, de forma que tengo confianza en que Bolsonaro no tendrá éxito", ha añadido.

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