Estados Unidos

Un juez declara ilegal el uso que hizo Trump de la Guardia Nacional en Los Ángeles

La sentencia llega justo cuando Trump ha amenazado con hacer lo mismo con otras ciudades demócratas, como Chicago y Nueva York

Efectivos de la Guardia Nacional, desplegados en la ciudad de Los Angeles.
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WashingtonUn juez ha declarado ilegal el envío de la Guardia Nacional ordenado por Donald Trump en Los Ángeles durante las protestas contra las redadas de inmigración. En junio, el presidente estadounidense va a llegar a enviar más de 4.000 efectivos del cuerpo, así como 700 marinas, en contra de la voluntad del gobernador de California, el demócrata Gavin Newsom. La sentencia llega justo cuando Trump ha amenazado con hacer lo mismo con otras ciudades demócratas, como Chicago y Nueva York.

California recurrió ante un juez de San Francisco el despliegue de la Guardia Nacional ordenada por Trump, ya que la decisión de sacar a los soldados a la calle depende de los gobernadores y no del presidente. Newsom había rechazado la idea, pero aun así Trump decidió pisar la autoridad del gobernador y militarizar la ciudad utilizando de pretexto las protestas que había en el centro. Tanto Newsom como la alcaldesa de Los Ángeles no querían el despliegue militar en la ciudad por temor a que la presencia de soldados calentara aún más el ambiente.

El juez Charles Breyer de San Francisco, tras tres días de juicio en agosto, finalmente concluyó que la administración de Trump violó la ley federal con el envío de tropas a Los Ángeles, y estableció que su orden entre en vigor el viernes.

En el mes de junio las agresivas redadas de los servicios de inmigración (ICE, en sus siglas en inglés) ordenadas por el gobierno de Trump desencadenaron protestas en el centro de Los Ángeles tras una violenta detención en el parking de uno de los Home Depot de la ciudad –una cadena de tiendas de materiales para la construcción–. El presidente estadounidense aprovechó la reacción de las calles que él mismo había provocado para acusar a Los Ángeles de ser una ciudad "sin ley" y justificar así su militarización. Los más de 4.000 guardias nacionales y 700 marinas estuvieron desplegados durante todo el verano, hasta finales de agosto. Actualmente todavía quedan unos 200 efectivos.

Desde entonces, Trump ha convertido a la Guardia Nacional en su principal herramienta en su cruzada contra las ciudades santuario, que también son los principales bastiones demócratas del país. El presidente militarizó a Los Ángeles como castigo ejemplar para el resto de ciudades santuario, como lo ha hecho con Washington. Una acción que no sólo sirve de aviso para navegantes, sino también de laboratorio para la extralimitación de sus poderes. A diferencia de Los Ángeles, la capital está ubicada en un distrito federal y no un estado, y la potestad para desplegar la Guardia Nacional aquí sí recae en el presidente del país.

Aun así, para justificarlo Trump ha declarado una supuesta "emergencia criminal", cuando los datos de criminalidad de la ciudad han estado bajando desde 2023. El presidente se ha basado en este retrato de Washington para justificar también la federalización de la policía local y autorizar la colaboración de los agentes locales con los federales, poniendo fin así al estatus de ciudad santuario de Washington.

Chicago, en el punto de mira

Al mismo tiempo, Trump no ha hecho más que aumentar las amenazas contra Chicago, uno de los otros grandes bastiones demócratas del país y también ciudad santuario. En los primeros días de su segundo mandato, el presidente ya ordenó a los agentes de inmigración que hicieran las primeras redadas en la ciudad de Illinois. Aunque Trump aseguró que Chicago "probablemente será la siguiente", también dio señales donde enfriaba la voluntad de actuar de forma unilateral como hizo con Los Ángeles.

Este mismo martes, en el que el juez ha declarado ilegal el uso de la Guardia Nacional en Los Ángeles, Trump ha vuelto a anunciar en un post en Truth Social su intención: "Voy a resolver el problema de criminalidad, justo como hice en DC", ha dicho, y ha añadido que "Chicago será seguro otra vez, y pronto". En una segunda publicación decía: "Chicago es la capital mundial del asesinato". El republicano inflama la retórica, mientras se espera que esta tarde el gobernador de Illinois, el demócrata JB Pritzker dé una rueda de prensa durante la que se dirigirá "al pueblo de Illinois en medio de los informes sobre despliegues federales en Chicago".

Pritzker, que también es posible candidato presidencial en el 2028, ha recomendado al gobierno de Trump que no vaya a Chicago, y el alcalde de la ciudad, el demócrata Brandon Johnson, firmó el sábado una orden ejecutiva preparándose para esa posibilidad.

Trump sigue diciendo que enviará la Guardia Nacional a Chicago

En una conferencia de prensa desde el Despacho Oval, Trump ha insistido en que sigue comprometido con enviar a la Guardia Nacional a Chicago. "Iremos. No dije cuándo, pero iremos", aseguró el presidente a los periodistas, que insistió con la "gran labor" que realizó cuando envió a los soldados a Los Ángeles. Pese a hablar extensamente sobre la militarización de Los Ángeles e insinuar que quiere hacer lo mismo con Chicago, el presidente no mencionó la sentencia judicial que declara ilegal el uso que hizo del cuerpo militar en California hasta que un periodista le preguntó por ésta. El mandatario respondió sólo que es una sentencia por parado de un juez "radical lunático de izquierdas" y prácticamente abucheó al periodista para formular la cuestión. Tras esa pregunta, Trump ha finalizado abruptamente la comparecencia.

Trump también cita la toma de control de Washington como un modelo a replicar en todo el país. "Sirve como plantilla, y lo haremos en otro lugar, pero Chicago sin duda será importante", afirmó el mandatario, quien reiteró que le gustaría recibir una llamada del gobernador de Illinois pidiéndole que desplegara la Guardia Nacional. En este caso, al menos parece que Trump ya no se atreve a violar la ley federal como hizo con Los Angeles.

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