La justicia alemana condena a cadena perpetua al torturador del régimen de Al-Assad

Es el primer gran castigo contra el gobierno sirio y puede ser un precedente para otros casos

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El tribunal de la ciudad alemana de Coblença, a 600 kilómetros de Berlín, que juzga los ex agentes  sirios.

Dortmund (Alemania)Cadena perpetua. Este es el veredicto, de gran eco internacional, que ha anunciado este jueves por la mañana la Audiencia Territorial de Coblenza, en el oeste de Alemania, en el primer proceso mundial contra un ex alto cargo oficial del sistema de represión de Siria. Anwar Raslan, ex jefe de interrogatorios en una prisión de Damasco, ha sido condenado a prisión de por vida por delitos contra la humanidad, por ser coperpetrador de 27 asesinatos y por otros crímenes cometidos entre el 2011 y el 2012, en el inicio de la guerra civil siria.

El máximo tribunal regional de Renania-Palatinato considera demostrado que Raslan, de 58 años, fue responsable, como oficial de los servicios de inteligencia en el centro de detención 251 del barrio de Al-Khatib, de la capital de Siria, de la tortura de al menos 4.000 personas. Según la sentencia, además de la imputación de varios asesinatos, Raslan es culpable de varias lesiones corporales graves en 25 casos, una violación especialmente grave, abusos sexuales en dos casos, detención ilegal y toma de rehenes.

En el proceso judicial, que ha requerido 108 días de vista desde que empezó, en abril del 2020, han intervenido más de 80 testigos y una serie de víctimas de torturas que han actuado como querellantes. También se han validado como medios probatorios los llamados archivos Caesar: alrededor de 26.000 fotos que documentan 6.000 muertes a consecuencia de torturas. Un fotógrafo militar las había sacado ilegalmente de Siria y el tribunal de Coblenza las ha examinado. Son documentos y testimonios del horror: golpes masivos, shocks eléctricos, privación del sueño, celdas absolutamente abarrotadas y muchas más miserias y torturas que buscaban obligar a los torturados a reconocer informaciones sobre los movimientos de la Primavera Árabe, de oposición al régimen de Bajar al-Assad.

Al-Assad continúa en el poder

Este es el primer juicio en el que un actor de la guerra civil de Siria ha sido condenado por delitos contra la humanidad mientras su gobierno continúa en el poder. El juicio ha sido posible bajo el principio de jurisdicción universal, que permite que los crímenes más graves puedan ser resueltos por tribunales de terceros países. En este sentido, Eyad al-Gharib, asistente de Anwar Raslan, ya fue condenado el febrero pasado por el tribunal de Coblenza como miembro de una especie de “tropa de intervención rápida en servicio exterior” que actuaba contra manifestantes críticos con el régimen de Al-Assad. Le cayó una pena de cuatro años y medio de prisión por colaboración con 30 delitos contra la humanidad.

“A pesar de todos los defectos de la justicia criminal internacional, la condena de Anwar R. demuestra que estos juicios pueden tener lugar, en efecto, en Alemania y en Europa”, ha destacado Wolfgang Kaleck, abogado y secretario general del Centro Europeo para los Derechos Humanos y Constitucionales (ECCHR), que, junto con tres socios más, ha apoyado a 14 demandantes durante el juicio. “La jurisdicción universal es a menudo la última esperanza para las víctimas de los delitos más graves. Este juicio crea una base sólida para otros fiscales para perseguir más casos”, ha apuntado.

Ruham Hawash, superviviente de la prisión de Al-Khatib y uno de los querellantes en el caso contra Anwar Raslan, ha destacado que “este veredicto es importante para todos los sirios que han sufrido y todavía sufren los crímenes del régimen de Al-Assad”. “Nos demuestra que la justicia no tendría que ser solo un sueño para nosotros. Este veredicto es solo el inicio de un largo camino por recorrer. Pero para nosotros, la gente afectada, la sentencia de hoy es un primer paso hacia la libertad, la dignidad y la justicia”, ha remarcado.

Reconocido por las víctimas

La fiscalía había pedido cadena perpetua para Raslan y hacía constar que su culpabilidad tenía una gravedad especial, cosa que prácticamente impedía una puesta en libertad después de 15 años. La defensa había exigido su absolución.

Raslan, que había desertado y llegado a Alemania como refugiado en 2015, se había declarado inocente. Las investigaciones contra el ex jefe del servicio de interrogación de la prisión de Al-Khatib empezaron, de hecho, justamente cuando se puso, como testigo, a disposición de un funcionario de la brigada regional de investigación criminal de Stuttgart, que estaba recogiendo indicios contra otro sirio acusado de delitos contra la humanidad. En el transcurso del interrogatorio, Raslan reconoció su papel en el servicio de inteligencia del centro de detención 251 de Damasco. Estas informaciones acabaron en la unidad de crímenes de guerra de la Oficina Federal Alemania de Investigació Criminal. En 2019 fue detenido.

Además, ya había sido reconocido y denunciado por varias víctimas de torturas que se encontraron, de casualidad, con Raslan en un centro para refugiados en Alemania. A partir de ahora ya no se volverán a ver las caras con su verdugo.

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