Lituania aconseja tirar los teléfonos chinos para evitar censura y espionaje

La recomendación llega en medio de una crisis diplomática entre Vilna y Pekín

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Una fábrica de Huawei a Dongguan en una imagen de archivo

BarcelonaEl ministro de Defensa de Lituania, Margiris Abukevicius, ha recomendado a la población evitar comprar teléfonos chinos y ha aconsejado tirarlos en caso de que ya se tengan después de que un informe del gobierno lituano haya identificado riesgos de censura y espionaje en algunos dispositivos. El Centro de Ciberseguridad del país báltico, que ha investigado los móviles 5G de los fabricantes chinos con presencia en Lituania, alerta especialmente de los problemas de seguridad de Xiaomi y Huawei. En concreto, asegura que el teléfono Mi 10T 5G de Xiaomi contiene una tecnología que permite censurar más de 400 términos sensibles para el régimen de Xi Jinping, como por ejemplo “Tíbet libre”, “Larga vida a la independencia de Taiwán” y “Movimiento democrático”. Esta opción está desactivada en la región de la Unión Europea, pero el organismo lituano alerta de que puede ser reactivada de forma remota en cualquier momento para restringir la libertad de expresión de los usuarios.

Además, el informe asegura que este dispositivo de Xiaomi envía información encriptada sobre el uso del teléfono a un servidor de Singapur, cosa que puede permitir espiar las actividades del usuario y suponer un riesgo de filtración de datos personales. El organismo lituano también ha encontrado un defecto de seguridad en un teléfono de Huawei, el P40 5G, y ha avisado de que puede ser vulnerable a ciberataques. “Nuestra recomendación es no comprar teléfonos chinos nuevos y tirar los que ya se hayan comprado tan pronto como sea posible”, ha dicho el ministro de Defensa, mientras que el Centro de Ciberseguridad lituano ha hecho énfasis en la importancia que tienen las conclusiones del informe “no solo para Lituania, sino para todos los países que utilizan equipos Xiaomi”. De momento, no ha habido ninguna reacción oficial desde Pekín.

Crisis diplomática

Lo que puede parecer un hecho anecdótico se enmarca en una crisis diplomática entre Lituania y China que estalló este verano y que está vinculada a la independencia de Taiwán. A mediados de agosto, China exigió a Lituania retirar a su embajador en Pekín, a la vez que anunció que retiraría a su enviado en Vilna. La disputa empezó cuando el estado báltico permitió a la isla asiática abrir una misión diplomática con el nombre de Oficina de Representación de Taiwán en Lituania, la primera vez que se utiliza el nombre de la isla para una de sus delegaciones en Europa. Otras misiones de Taiwán, en Europa y en los Estados Unidos, usan el nombre de la capital, Taipeh, para evitar una referencia propia a la isla, que China reivindica como territorio propio y que es uno de los temas de tensión habituales del gigante asiático con los países occidentales y ante cualquier gesto que sugiera que la isla es un país independiente.

El ministerio de Exteriores chino instó a Vilna a rectificar y tomar medidas para reparar el daño, además de “no seguir avanzando por el camino equivocado”. “También advertimos a las autoridades de Taiwán de que la independencia es un callejón sin salida y de que cualquier intento de actividades separatistas en el ámbito internacional está condenado a fracasar", añadía el comunicado.

Apoyo de los Estados Unidos

Lituania, que es miembro de la Unión Europea y de la OTAN, ya ha recibido el apoyo explícito de los Estados Unidos, que tiene su propia guerra diplomática y comercial con China. El portavoz del departamento de Estado norteamericano, Ned Price, condenó lo que consideró una "coacción" de China y dijo que todos los países tendrían que ser libres para determinar cómo gestionar las relaciones con Taiwán sin interferencias. 

Las tensiones entre Washington y Pekín también tienen consecuencias sobre las corporaciones chinas de telecomunicaciones, especialmente Huawei. En 2019 la administración Trump incluyó la marca en la lista negra comercial al considerarla un peligro para la seguridad nacional, cosa que obligó a los proveedores a solicitar una licencia especial para venderla y que ha supuesto un golpe duro a las ventas del fabricante. El gobierno Biden ya ha afirmado que, “si las cosas no cambian”, pretende mantenerla. 

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