Mario Draghi acepta el encargo de Mattarella para encabezar un gobierno en Italia
El expresident del BCE puede tener problemas para obtener el aval de los partidos
Milà El presidente de la República de Italia, Sergio Mattarella, ha encargado la formación de un Gobierno de emergencia al ex presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, después de que el primer ministro, Giuseppe Conte, dimitiera la semana pasada tras perder la mayoría en el Senado. Draghi se reunió este miércoles con el jefe del Estado y aceptó “con reserva” el encargo de Mattarella, que es la fórmula habitual en estos casos. El prestigioso economista, considerado el salvador de la moneda única tras la crisis del euro en 2012, se reunirá con todos los grupos parlamentarios y en los próximos días comunicará a Mattarella si cuenta con suficientes apoyos para encabezar un Ejecutivo técnico.
Después de más de una hora reunido con el jefe del Estado, Mario Draghi compareció ante los medios de comunicación para anunciar su voluntad de liderar un Gobierno en “un momento difícil”. “El presidente de la República ha recordado la dramática crisis sanitaria con graves efectos sobre la vida de las personas, la economía, la sociedad”, dijo en alusión al apelo de Mattarella del día anterior. “La emergencia necesita respuestas a la altura de la situación. Y es con este compromiso que respondo positivamente a la solicitud del presidente”, añadió.
En una breve declaración, el primer ministro 'in pectore' marcó como objetivos inmediatos superar la pandemia, completar la campaña de vacunación y relanzar económicamente el país gracias a “los recursos extraordinarios” que llegarán de la UE. Draghi iniciará ahora las consultas con los partidos políticos que deberán darle su confianza en el Parlamento, pero 'Super Mario', como se le conoce en Italia, no lo tendrá fácil.
El M5E le da la espalda
El Movimiento Cinco Estrellas, que tiene la mayoría de escaños en las dos Cámaras, anunció que votará en contra, al igual que la Liga y los ultraderechistas de Hermanos de Italia, que exigen acudir a las urnas pero podrían abstenerse para favorecer el nacimiento del nuevo Ejecutivo. “Ningún prejuicio sobre Draghi, pero el horizonte es el voto”, dijo Salvini. La incógnita es saber qué decidirá Silvio Berlusconi, quien probablemente se desmarcará de sus aliados del centroderecha y apoyará a Draghi, junto con el Partido Democrático e Italia Viva.
Como en la fábula de Pedro y el Lobo, el nombre de Mario Draghi era recurrente desde hace meses para liderar un gobierno de emergencia, pero nadie esperaba que Matarella recurriera al ex jefe del BCE inmediatamente después de que el presidente de la Cámara de los Diputados, encargado de mediar entre los partidos, reconociera el fracaso de las negociaciones para resucitar el último gabinete de Conte. Desde que arrancó la actual legislatura en junio de 2018, las fuerzas políticas siempre habían logrado 'in extremis' salvar los muebles. A veces con pactos imposibles como el que unió al M5E con el PD, después de que Matteo Salvini rompiera la coalición con los 'grillinos' e hiciera caer el primer Ejecutivo liderado por Conte para forzar elecciones anticipadas.
Éxito para Renzi
Aquella insólita alianza fue obra de Matteo Renzi, quien impulsó la unión entre dos rivales aparentemente irreconciliables para evitar que la derecha llegara al poder. Pero un año y medio después ha acabado con el experimento retirando su apoyo. El líder de Italia Viva, que abandonó el PD para formar su propio partido poco después de impulsar la coalición, ha apostado todo a una carta y ha ganado la partida. En juego estaba el futuro del país y, sobre todo, su supervivencia política. El plan le ha salido redondo. Renzi ha conseguido deshacerse de Conte, con quien mantenía una relación personal complicada, ha recuperado el protagonismo perdido y ha evitado las urnas, ya que su partido, con menos del 3% en los sondeos de intención de voto, corría el riesgo de no entrar en nuevo Parlamento.
La situación actual, con el país sumido en la tercera ola de la pandemia y la mayor crisis económica desde la Segunda Guerra Mundial a las puertas, ha obligado a Mattarella a llamar a filas a Draghi para evitar la convocatoria anticipada de elecciones, previstas para el 2023. El economista está considerado la única figura de prestigio capaz de guiar el país transalpino en los próximos meses y gestionar los 209.000 millones de euros que Italia recibirá del fondo europeo de recuperación. Si las negociaciones con los partidos fracasan y Draghi no recibe el apoyo parlamentario de una mayoría consistente, Mattarella tendrá que activar el 'plan B' y dar la última palabra a los italianos.