Cientos de miles de personas protestan en Estados Unidos contra el autoritarismo de Trump

WashingtonLas pancartas con el lema "Fuera reyes" y "Libertad DC" se agolpaban este sábado al mediodía en la avenida Pensilvania, a pocos metros del Capitolio, en Washington. Unas 100.000 personas se han manifestado en las calles de la capital en la segunda edición de las protestas con el lemaNo kings" [no queremos reyes], convocadas en más de 2.600 localidades de los 50 estados estadounidenses, para clamar contra la deriva autoritaria de Donald Trump y la militarización del país. "Siento que toda esa frustración y angustia que he acumulado estos meses al menos se está convirtiendo en una rabia útil aquí", explica una de las manifestantes. el anonimato. queer y musulmana siento que puedo ser el siguiente objetivo de su odio", añade refiriéndose a Trump.

La protesta vuelve a clamar contra los abusos de Trump, y especialmente contra la militarización del país. Además, también coincide con el cierre del gobierno, que ya llega a su segunda semana mientras aprovecha la mayor con el poder de acumular más poder congelación de algunos programas. En total hay más de 2.600 concentraciones convocadas de costa a costa del país, a las que han asistido cientos de miles de personas.

"Es la primera vez que voy a una manifestación y temo que me identifiquen", explica John (nombre ficticio). Hace días que los republicanos se han dedicado a atacar y deslegitimar la protesta, tildándola de "movilización de odio" ("hate rally"). El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, dijo el viernes que se trataba de una convocatoria "pro Hamás" y a la que sólo asistirían los "antifa", "marxistas" y "todos los que odian a Estados Unidos". parece surrealista; es claramente una forma de perseguir toda la disidencia. ¿Desde cuándo luchar contra el fascismo es malo?"

John, como tantas otras personas, lleva mascarilla quirúrgica y gafas de sol. "Sólo por si acaso". Asimismo, también hay muchos manifestantes que han asistido a la protesta disfrazados de rana, unicornio o tiburón, un guiño a la táctica que han adoptado en Portland, donde para desmontar la retórica incendiaria de Trump –que asegura que la ciudad es como una "zona de guerra"–, muchas personas protestan pacíficamente. "No sé cómo piensan decir que es una manifestación de odio cuando las personas vamos disfrazadas de rana. Y mucho menos cómo piensan justificar que es violenta o que queremos convertir la ciudad en una zona de guerra. ¿Quién va a la guerra vestido de rana?", reflexiona Jennifer, que lleva un traje hinchable.

El precedente

La primera protesta organizada con el lema "No kings" en junio, y que movilizó a miles de personas en todo el país, obvió Washington. La fecha coincidía con el desfile militar que el presidente estadounidense se autorregó por su cumpleaños. Además, se temía que utilizara la protesta como pretexto para desplegar la Guardia Nacional. Así lo había hecho notar los días previos, diciendo que cualquier disidencia". después, Trump se sacó de la manga otro problema: la supuesta inseguridad en la ciudad. Este sábado en Washington los manifestantes también protestaban contra los militares que se han desplegado en sus calles.

No kingsDesde entonces hasta este sábado sólo han pasado cuatro meses, pero Trump ya ha normalizado el uso de las tropas para solucionar problemas internos y ha subido a cinco el contador de ciudades sitiadas. Todas ellas demócratas. la amenaza de la irrupción de los reservistas en Portland (Oregón) y Chicago (Illinois) sigue suspendida sobre los jefes de los gobernadores demócratas.

En ambos casos, jueces federales bloquearon temporalmente la entrada de las tropas al considerar que no hay ninguna situación de violencia que lo justifique, en contra de lo que asegura Trump, que calificó a estas ciudades de "zona de guerra". En Chicago, donde los soldados se mantienen a las puertas de la ciudad, la administración sigue castigando a la población con la operación Midway Blitz: los agentes de inmigración actúan con brutalidad. El viernes por la tarde, Trump pidió al Tribunal Supremo que se pronuncie sobre el despliegue de la Guardia Nacional. Si la justicia le da la razón, sería un predeciente muy peligroso para darle manga ancha.