Moscú apoya a Lukashenko, que alega que la amenaza de bomba era de Hamás

Bielorrusia defiende que desvió el avión de Ryanair en "pleno cumplimiento de las normas internacionales"

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Una captura de pantalla del vídeo que las autoridades bielorrusas  han difòs para demostrar la buena salud del periodista.

MoscúLa indignación de gran parte de la comunidad internacional, especialmente desde la Unión Europea, no ha hecho recular a la Bielorrusia de Aleksandr Lukashenko. Su gobierno ha asegurado este lunes que, cuando el domingo hicieron desviar de su ruta al avión de Ryanair para hacerlo aterrizar en Minsk para acabar deteniendo al periodista Roman Protasévich, se actuó “en pleno cumplimiento” de las normas internacionales. Reiteran, pues, que el motivo para hacerlo aterrizar fue una supuesta amenaza de bomba, la versión que oficialmente ha compartido Bielorrusia para justificar la acción. A pesar de esto, los agentes que inspeccionaron el avión y que arrestaron a Protasévich no encontraron ningún tipo de explosivo. Anatoli Glaz, portavoz del ministerio de Exteriores de Bielorrusia, ha defendido que "no hay ninguna duda de que las acciones de nuestras autoridades competentes estaban en pleno cumplimiento con las normas internacionales establecidas”. Glaz ha acusado a la comunidad internacional de no querer “entender objetivamente” la actuación de Minsk y lamenta las “consignas sobre sanciones”.

Pero el director de Aviación del ministerio de Transportes, Artiom Sikorski, ha ido algo más allá y ha compartido el supuesto aviso de bomba que habrían recibido las autoridades bielorrusas cuando el aparato sobrevolaba su territorio. “Nosotros, soldados de Hamás, exigimos que Israel deje de bombardear la franja de Gaza. Exigimos que la Unión Europea renuncie a apoyar a Israel en esta guerra. Hay una bomba en este avión. Si no se cumplen nuestras demandas, la bomba explotará el 23 de mayo en Vilna", ha leído este lunes públicamente Sikorski.

Y, mientras tanto, y como era de esperar, el régimen de Lukashenko ha recibido apoyo desde Moscú. El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguei Lavrov, ha defendido que la acción "ha sido una respuesta totalmente razonable” y que "Minsk ha actuado de una manera totalmente transparente y siguiendo la legalidad internacional”. También desde la Duma rusa se ha apoyado al régimen bielorruso. El diputado Leonid Kalashnikov, del Partido Comunista, ha expresado que “estos métodos son factibles y necesarios” y que si un país independiente ve peligrar su seguridad “tiene que combatir la amenaza”.

¿Ingresado en un hospital?

Ahora la gran pregunta en Bielorrusia es saber dónde y cómo se encuentra el joven periodista, de 26 años. Desde su círculo más próximo habían asegurado que estaba en el hospital por problemas cardíacos. "Roman tiene problemas de corazón, motivo por el cual no lo enviaron al ejército. En una ocasión estuvo en estado de preinfarto. Si le han hecho algo, esto le habría podido provocar un ataque de corazón", había comentado su madre en declaraciones a medios locales. Una realidad que preocupa también a la oposición bielorrusa, y más si se tiene en cuenta que el sábado murió otro opositor bielorruso que estaba encarcelado, precisamente, "por problemas cardíacos". Pero minutos más tarde las autoridades han hecho público un vídeo suyo explicando que está en una prisión de Minsk y que está bien, a pesar de que presentaba varias heridas visibles en la cara. En las imágenes, el informador también ha asegurado que lo tratan bien, que colabora con las autoridades y ha admitido la culpabilidad de algunos delitos de los que se lo acusa. Este último punto es importante: los delitos que ha confesado podrían comportar hasta 15 años de prisión.

A todo esto, y ante el malestar de los países de la Unión Europea, especialmente de los estados bálticos, y las posibles sanciones que caerán sobre Minsk, el régimen de Aleksandr Lukashenko ha tomado algunas decisiones. En primer lugar, ha expulsado a todo el cuerpo diplomático de Letonia: al embajador le ha dado 24 horas para salir del país. Como respuesta, Riga ha expulsado también al personal bielorruso de su territorio.

Este lunes se ha retenido nuevamente un avión, el vuelo LH1487 de Lufthansa, que viajaba desde Minsk a Frankfurt. El aeropuerto había informado minutos antes de una amenaza de bomba que habrían recibido por correo electrónico de alguien que afirmaba querer atentar contra la nave. Durante unas horas, el aparato ha sido retenido, pero finalmente ha salido sin problemas después de que las autoridades realizaran una inspección.

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