Indústria Militar

El negocio de la guerra: España se consolida como el séptimo exportador mundial de armas

Las exportaciones mundiales dejan de crecer por primera vez esta década y el Oriente Próximo es el principal comprador, según los últimos datos del Sipri

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Fábrica de armas en la Coruña. EFE

BarcelonaEspaña sigue en el top ten de los países que más se benefician del negocio de la guerra. Los datos que ha publicado este lunes el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (Sipri), que corresponden al periodo 2016-2020, evidencian que se ha consolidado como el séptimo exportador mundial de armas, por detrás de los Estados Unidos y Rusia (que juntos acaparan el 57% de las exportaciones mundiales), Francia, Alemania, China y el Reino Unido.

A nivel mundial las exportaciones de armas casi no crecieron globalmente (el aumento fue del 0,5% respecto al periodo anterior), a pesar de que sí se repartieron de otro modo: la reducción de las exportaciones de Rusia y China se compensó con el aumento significativo de las transferencias por parte de los Estados Unidos, Francia y Alemania. ¿Y dónde van a parar estas armas? Los países que más han aumentado las compras están en el Oriente Próximo, que globalmente se lleva el 25% del comercio: Arabia Saudí, (+61%), que ocupa el primer lugar del ranking de los compradores, Egipto (+136%) y Qatar (+361%). Entre los principales compradores también está la India (el segundo país del mundo que importa más armas), Australia, China, Argelia y Corea del Sur.

"Hace más de una década que España ocupa el séptimo lugar entre los exportadores mundial de armas: está muy por encima de su peso en la economía internacional. Tiene un papel muy activo y muy relevante, que no responde a contratos puntuales. Tiene presencia en el ámbito aeronáutico, de los carros de combate, las municiones, que supone una industria no muy grande pero sí diversificada y que le da un amplio abanico de clientes", explica Jordi Armadans, de Fundipau, la entidad catalana que colabora con el Sipri.

Los principales clientes de la industria militar española son Australia, Singapur y Turquía. Sorprende que Arabia Saudí no esté entre los primeros compradores de armas españolas, cosa que Armadans atribuye a una cierta "moderación" por parte de Madrid después de las campañas de entidades pacifistas que denuncian la complicidad española en las atrocidades cometidas por Riad contra población civil en el Yemen. El tercer cliente de la industria militar española es Turquía, que mantiene intervenciones en Siria y Libia, además de una guerra sin tregua contra los curdos. Globalmente las importaciones de armas de Turquía cayeron un 59% entre el periodo 2011-15 y el 2016-20. Un factor importante fue la parada de entregas de aviones de combate F-35 por parte de los EE.UU. en 2019, después de que Turquía importara sistemas de defensa aéreos rusos. Turquía también está aumentando la producción interna de grandes armas para reducir su dependencia de las importaciones.

"Es preocupante que un porcentaje recurrente de armas españolas vaya a parar a lugares donde se tendría que extremar la vigilancia en cuanto a la vulneración de los derechos humanos", añade Armadans. El director de Fundipau alerta de que más allá de "haber aumentado la disponibilidad al diálogo y de escuchar más nuestras reivindicaciones de más control y transparencia" sobre la venta de armas españolas, el gobierno del PSOE y Unidas Podemos "no ha mostrado un cambio significativo en la toma de decisiones en cuanto a las exportaciones de material militar".

Estabilización, pero no cambio de tendencia

A pesar de que la venta de armas se ha estabilizado después de una década de crecimiento exponencial en el mundo, no queda claro que este freno se tenga que consolidar. "Es demasiado pronto para decir si el periodo de rápido crecimiento de las transferencias de armas de las dos décadas anteriores se ha parado", explica Pieter D. Wezeman, del Sipri. "Por ejemplo, el impacto económico de la pandemia de covid-19 podría provocar que los próximos años algunos países reconsideraran sus importaciones de armas. Sin embargo, al mismo tiempo, incluso en el pico más alto de la pandemia en 2020 varios países firmaron cuantiosos contratos".

Los Estados Unidos siguen siendo los primeros exportadores de armas y están consolidando su posición predominante: el incremento de un 15% de las exportaciones de armas de los EE.UU. entre el 2011 y el 2020 ensanchó todavía más la distancia con el segundo principal exportador, Rusia. Washington suministra armamento a un total de 96 países, más que cualquier otro productor. Casi una cuarta parte de las armas made in USA se venden a su aliado estratégico en la región, Arabia Saudí, una alianza que la administración Trump fortaleció, incluso en medio del escándalo por el asesinato del periodista Jamal Kashoggi, colaborador del Washington Post.

El tercero y el cuarto países que más exportaron también experimentaron un crecimiento sustancial entre el 2011-15 y el 2016-20. Francia incrementó un 44% sus exportaciones de grandes armas, cosa que la llevó a hacer el 8,2% de las exportaciones mundiales en 2016-20. La India, Egipto y Qatar juntos recibieron el 59% de las exportaciones francesas de armas. Alemania incrementó un 21% sus exportaciones de grandes armas entre el 2011-15 y el 2016-20, que representaron el 5,5% del total global. Los principales mercados de las exportaciones de armas alemanas fueron Corea del Sur, Argelia y Egipto. Tanto Rusia como China vieron bajar sus exportaciones de armas. Las de Rusia, que representaron el 20% de todas las exportaciones de grandes armas en 2016-20, cayeron un 22% por la caída de las exportaciones a la India, que no se han compensado con el aumento de las transferencias a China y dos países que afrontan fuertes tensiones internas: Argelia y Egipto.

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