Catástrofe Natural

Un desprendimiento sepulta al menos 670 personas en Papúa Nueva Guinea

Los servicios de emergencia trabajan a contrarreloj para rescatar al máximo de supervivientes

ARA
2 min
Voluntarios y equipos de rescate trabajan en la zona afectada.

BarcelonaAl menos 670 personas continúan sepultadas en Papúa Nueva Guineadebido a un desprendimiento masivo que tuvo lugar el viernes y que tragó una cantidad también enorme de viviendas de diversas poblaciones. Naciones Unidas ya daba este domingo por fallecidas a las 670 personas desaparecidas, aunque solo se han podido recuperar hasta ahora cinco cadáveres.

El responsable de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en Papúa Nueva Guinea, Serhan Aktoprak, declaró a la televisión estatal australiana ABC que, según sus estimaciones, más de 150 casas quedaron enterradas por una capa de rocas y suelo de entre seis y ocho metros de profundidad. La ONU también dice que existe un número indeterminado de heridos.

Los servicios de emergencia trabajaban este domingo a contrarreloj para rescatar al máximo de supervivientes, aunque las condiciones son difíciles. Los obstáculos y las comunicaciones precarias, de hecho, hacen que sea complicado acceder a los lugares de los hechos y tener más información sobre los efectos del desprendimiento. En declaraciones a la agencia AFP, el gobernador provincial de Enga, Peter Ipatas, ha hablado de "catástrofe natural sin precedentes". Se desconocen todavía los motivos concretos que han provocado el desprendimiento.

Grupos de voluntarios intentan encontrar a supervivientes.

Los hechos ocurrieron en una zona remota de la provincia de Enga, a unos 600 kilómetros al norte de Port Moresby, la capital de este estado del Pacífico sur que hace frontera con Indonesia y está situado en el norte de Australia. La población más afectada es la de Kaokalam. El alud afectó a una zona de 200 kilómetros cuadrados.

Alrededor de 4.000 personas viven oficialmente en la zona donde pasó el alud, aunque las autoridades estiman que el número de personas afectadas es mayor, ya que el pueblo donde pasó es un lugar donde se refugian aldeanos que huyen de conflictos y enfrentamientos tribales en aldeas cercanas.

Imágenes desde el lugar de la catástrofe compartidas en redes sociales muestran una vasta área de rocas y tierra arrancada de una colina. El área afectada suele sufrir lluvias intensas e inundaciones, y los desprendimientos no son inusuales en el país, donde, pese a la riqueza en recursos naturales, gran parte de sus más de nueve millones de habitantes viven en extrema pobreza y se encuentra aislada por déficit de comunicaciones e infraestructura, especialmente en lugares remotos como el de la actual catástrofe.

Dificultades para llegar al lugar del desprendimiento

El informe de Naciones Unidas indica que la zona del desastre sigue siendo peligrosa por el riesgo de nuevos aludes, por lo que trabajan en la evacuación de los supervivientes, unos 1.250, según Aktoprak.

"Mis compañeros tuvieron que escapar del lugar por el creciente peligro, ya que siguen cayendo rocas sin cesar y la tierra sigue deslizando", relató el responsable de la OIM en el país, que añadió que esto unido a la gran cantidad de tierra que ya había caído está poniendo presión sobre las casas de la zona, por lo que es necesaria evacuación.

Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda ya han ofrecido asistencia para colaborar en las difíciles labores de rescate, porque el alud ha bloqueado todos los accesos por carretera y ahora mismo sólo se puede llegar al lugar del desprendimiento a pie desde las proximidades o bien en helicóptero.

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