Retiran la custodia médica a unos padres por impedir que su bebé reciba sangre de un vacunado
La criatura, de Nueva Zelanda, sufre una enfermedad cardíaca grave y necesita una intervención de urgencia, pero sus padres habían interrumpido el tratamiento
BarcelonaUn tribunal de Nueva Zelanda ha retirado temporalmente la custodia médica de un bebé a sus padres, después de que se negaran a hacerle transfusiones de sangre de un donante vacunado contra el covid. El bebé, de solo cuatro meses, tiene una enfermedad cardíaca grave y necesita una cirugía "casi inmediatamente", según han explicado los padres. Los servicios sanitarios de Nueva Zelanda, después de conocer la postura de los padres, han llevado el caso a la justicia, y esta les ha dado la razón.
Ahora el bebé está en un hospital de Auckland, en el norte del país, a la espera de recibir el tratamiento que pueda corregir su enfermedad, una estenosis grave de la válvula pulmonar. De acuerdo con la sentencia, las decisiones sobre la salud del bebé las tendrán que tomar las autoridades sanitarias. Esto se mantendrá hasta después de que se someta al menor a la operación cardíaca urgente y que se recupere de la intervención. Los padres, sin embargo, continuarán siendo los principales tutores del niño y controlarán el resto de aspectos no relacionados con su salud. En cualquier caso, los médicos los tendrán que mantener informados en todo momento sobre su estado.
Los padres habían interrumpido el tratamiento al enterarse de que su hijo podía recibir sangre de un donante vacunado contra el covid-19 durante la intervención. Decidieron iniciar un procedimiento legal para validar sus preferencias respecto a la salud de su hijo y han recibido el apoyo de asociaciones activistas antivacunas. En una entrevista con una de estas agrupaciones, el padre expresó su "extrema preocupación" y dijo que no quería que los médicos utilizaran "sangre contaminada por la vacunación". La madre defendió que no hay ninguna prueba sobre los efectos de la vacuna a largo plazo y acusó a los médicos de negarles atención por razones ideológicas. Así, los tutores presentaron una petición ante la Audiencia de Nueva Zelanda para reclamar un servicio de donación de sangre exclusivo para donantes no vacunados.
Finalmente el tribunal, con el juez Ian Gault al frente, ha desestimado la petición de los padres porque "la ha considerado innecesaria y poco práctica". Gault y las autoridades sanitarias coinciden en que la supervivencia del bebé depende de la operación. Según pruebas presentadas por el jefe médico de Nueva Zelanda, Gault dictaminó que no existen "pruebas científicas de que haya ningún riesgo relacionado con la vacuna contra el covid" en donantes vacunados. Además, el abogado representante del servicio estatal de donación de sangre ha asegurado que establecer un nuevo servicio de donación directa "perjudicaría el excelente servicio" ya existente. Según las autoridades sanitarias del país, las donaciones directas solo se pueden producir en circunstancias excepcionales, cuando el paciente es de un grupo sanguíneo poco común.
El movimiento antivacunas en Nueva Zelanda
Durante el juicio se informó de que los padres se habían reunido previamente con los médicos del Hospital Starship de Auckland para decidir el futuro de su hijo, según explica la BBC. En una reunión, los tutores iban acompañados de una "persona de apoyo" que presentó ante el equipo médico una serie de argumentos infundados y teorías de conspiración sobre el peligro de la vacuna y afirmó que los niños morían en los hospitales por haber recibido transfusiones de sangre.
Momentos antes de que se dictara la sentencia, activistas antivacunas se habían reunido afuera del Palacio de Justicia para manifestarse a favor de los padres. Una de las figuras antivacunación más conocidas, la expresentadora de televisión Liz Gunn, se dirigió a los asistentes de la protesta momentos después de que se diera a conocer la decisión diciendo que era "equivocada a todos los niveles".