El caos provocado en Gaza por Israel potencia los clanes locales y los grupos criminales

La persecución del ejército israelí a la policía civil ha abierto la puerta a reconfigurar la arquitectura de seguridad interna

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Un niño palestino en medio de los escombros provocados por los bombardeos israelíes en la franja de Gaza.

El CairoUno de los blancos más desapercibidos que el ejército israelí ha tenido en el punto de mira desde el inicio de la ofensiva militar en Gaza han sido miembros de la policía civil de la Franja. Operando bajo órdenes de Hamás, en tanto que autoridad local, el cuerpo jugaba un papel central en el mantenimiento del orden público y la protección de los convoyes de ayuda humanitaria. Pero su capacidad para asumir estas tareas se ha visto muy afectada por los continuos ataques de Israel, que han diezmado sus filas y han empujado a muchos oficiales a abandonar posiciones.

Esta estrategia, sumada a la devastación causada por la ofensiva de Israel, ha conducido al colapso casi total del orden social, sobre todo en el norte de Gaza, ya una gran dificultad para garantizar una justa distribución de la ayuda humanitaria. También facilitó la emergencia de bandas organizadas que, con empresarios bien conectados, están haciendo negocio con el caos.

“Los esfuerzos criminales organizados se están dirigiendo hacia convoyes de ayuda, y roban la ayuda de otros civiles. [También] van casa por casa, [aprovechando que] la mayoría de la gente se ha visto desplazada, así que intentan robar aparatos electrónicos, joyas o bienes que pueden revender”, explica al ARA el escritor y analista gazatino Ahmed Fouad Alkhatib.

Paralelamente, el gobierno israelí ha estado esbozando planes sobre la futura administración de Gaza, que asegura que no quiere dejar en manos ni de Hamás ni de la Autoridad Palestina. En enero, las autoridades israelíes filtraron la idea de dividir la Franja en varias zonas y ceder temporalmente la gestión de asuntos civiles, incluida la distribución de ayuda, a clanes locales.

En las últimas semanas, ante la rápida implosión del orden público en el norte de Gaza, medios israelíes han informado de que las autoridades consideran ahora también la posibilidad de armar a grupos civiles del enclave para que se encarguen de proteger a los convoyes de ayuda. Y el director de la Inteligencia de la Autoridad Palestina, Majed Faraj, ha estado tanteando a su vez de crear una fuerza armada en el sur integrada por clanes opuestos a Hamás, según la prensa israelí.

Hasta ahora, ninguno de estos planes ha sido anunciado ni confirmado oficialmente. Sin embargo, algunos grupos de ayuda humanitaria han empezado a colaborar con clanes del norte de Gaza para asegurar algunos envíos, según afirma una fuente con conocimiento directo de las operaciones. Los datos del tráfico en los puntos de acceso a la Franja también muestran que algunos comerciantes locales están coordinando con Israel la entrada de algunos bienes, sobre todo comida.

Alternativa inviable

En Gaza conviven varios clanes que mantienen un control considerable sobre sectores económicos y cierta autoridad local. Los más poderosos también están relativamente bien armados. Sin embargo, sus capacidades e influencia no son comparables con la de los grandes movimientos políticos nacionales, como Hamás, y, como ellos, se oponen frontalmente a Israel.

"La idea de que los clanes administren los asuntos civiles de Gaza es totalmente irreal", apunta Dag Tuastad, un antropólogo de la Universidad de Oslo que ha estudiado los clanes de la Franja. "La mayoría nunca aceptarían hacerlo, y para los que lo hicieran sería una misión suicida", nota.

Alkhatib coincide: “Los clanes podrían ayudar temporalmente a administrar o proporcionar cierta seguridad, pero a largo plazo no existe ninguna forma de que puedan ser una alternativa viable a una entidad de gobierno capaz y efectiva”.

En los convulsos años que siguieron la retirada unilateral del ejército y los colonos israelíes de Gaza en el 2005, algunos clanes ya acumularon mucho poder en algunas zonas de la Franja. Pero el ascenso de Hamás dos años después fue acompañado de una campaña de desarme y recentralización del poder que fue muy popular entre amplios sectores locales.

“Hamás reprimió por primera vez los clanes armados después de conseguir el poder en el 2007. Pero después cooperó con ellos y gobernó con ellos, especialmente en el ámbito de la resolución de conflictos”, señala Tuastad. "Esto hizo que la relación entre ambos fuera estrecha, y significa que Hamás tiene un control muy estrecho sobre el sector de los clanes", añade.

En esta línea, Hamás ya ha advertido de que combatirá cualquier intento de colaborar con las fuerzas de empleo. Y una fuente de la rama de seguridad del grupo ha sido recientemente citada por el medio local Al Majd Al Amni para afirmar que considerarán “una traición nacional” comunicarse con las autoridades israelíes para redefinir el orden imperante en Gaza.

Alkhatib cree que la gravedad de la crisis actual podría empujar a algunos grupos a replantearse la situación, pero con un impacto muy limitado. "Los clanes están desesperados, como todo el mundo, pero no por influencia, sino por mantener sus posesiones, por alimentar familias", señala. “Y los clanes están también fragmentados internamente. Así que algunos elementos de algunos clanes podrían estar dispuestos a cooperar, incluso si el resto no lo aprueba, porque la situación es desesperada y en el norte podrían decidir que no tienen otra alternativa”, apunta.

En un intento de cortar de raíz las especulaciones, una coalición de clanes de Gaza emitió a mediados de marzo una declaración conjunta en la que mostraron apoyo a la resistencia frente a Israel. Y afirmaron que la gestión de los asuntos del pueblo palestino es una cuestión interna y que los clanes no representan una alternativa a un sistema político nacional.

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