La guerra de Gaza entra en un impago angustioso
Continúan las negociaciones para un alto el fuego y el intercambio de rehenes, bajo la amenaza latente de un asalto terrestre de Israel a Rafah
El CairoPasados más de cinco meses desde el lanzamiento de la ofensiva de Israel sobre Gaza, y superada la frontera simbólica del inicio del mes islámico del Ramadán, el futuro inmediato en la Franja está estancado en un impago angustioso. Por un lado, las negociaciones para una tregua y un intercambio de rehenes no logran avances significativos. Por otro lado, la amenaza israelí de asaltar el último rincón de la Franja, Rafah, donde se agolpa la mayoría de la población, aún planea sobre la región, pero está en punto muerto. Mientras, la campaña militar sigue causando un goteo ininterrumpido de muertes civiles y la situación humanitaria sigue deteriorándose.
Las conversaciones indirectas entre Israel y Hamás sobre un paro temporal del conflicto, con mediación de Estados Unidos, Qatar y Egipto, se han reanudado a principios de esta semana en Doha, la capital qatarí, después de que el movimiento palestino presentara una nueva propuesta en el marco esbozado en los últimos tres meses. La negociación gira ahora en torno a los detalles, pero ninguna de las partes implicadas ha dado señales de un acuerdo inminente y las prisas por alcanzarlo antes de que empezara el Ramadán, a mediados de marzo, han quedado enterradas.
Entre los principales puntos de fricción, según informaron medios locales y regionales, está todavía la demanda de Hamás de permitir el regreso de civiles al norte de Gaza y de negociar un alto el fuego permanente si se consigue uno temporal. Qué presos palestinos serían liberados por Israel, y dónde, y qué rehenes israelíes siguen vivos en Gaza son grandes escollos que siguen dificultando el progreso de las conversaciones.
El secretario de estado de Estados Unidos Anthony Blinken ha aprovechado su visita a Arabia Saudí y El Cairo para anunciar que este miércoles Estados Unidos presentó ante el Consejo de Seguridad de la ONU un borrador para pedir "un alto el fuego inmediato" en Gaza. Se trata del texto que el presidente Joe Biden esperaba hacer público a principios de marzo. La petición de alto el fuego presentada por los estadounidenses está ligada a la condición de liberar a los rehenes que capturó a Hamás al ataque del 7 de octubre. Aunque no se ha anunciado cuándo se votará esta propuesta, se espera que se haga entre este jueves y mañana viernes.
En paralelo a la lenta vía diplomática, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, sigue insistiendo en la necesidad de extender la ofensiva militar terrestre a Rafah, hasta la frontera con Egipto, para cumplir el ' objetivo de desarticular Hamás. El pasado viernes, el mandatario israelí filtró –sin detalles– que había aprobado una operación en la zona.
Los planes de su gobierno, sin embargo, generan inquietud entre sus principales socios occidentales, que están intentando frenar, o al menos posponer, un asalto a Rafah para evitar que se disparen las muertes de civiles. Este lunes, por primera vez en más de un mes, el presidente de EEUU, Joe Biden, habló por teléfono con Netanyahu y le volvió a transmitir la profunda preocupación ante la perspectiva de una operación a gran escala en Rafah sin un plan para proteger a su población civil.
Próximo encuentro en la Casa Blanca
En los próximos días está previsto que delegaciones de ambos países se encuentren en Washington para “intercambiar puntos de vista” sobre la operación terrestre en Rafah y debatir alternativas, de acuerdo con la Casa Blanca. Tras la llamada entre Biden y Netanyahu, el consejero de Seguridad Nacional de EEUU, Jake Sullivan, reiteró que hay formas de poner fin a la amenaza de Hamás en toda Gaza sin necesariamente tener que asaltar a Rafah.
Analistas militares israelíes apuntan a que, pese a la agresividad dialéctica de Netanyahu y su tendencia a transmitir una impresión de urgencia, una ofensiva terrestre inmediata a Rafah es improbable porque este paso necesita tiempo y requiere una planificación y una preparación que nada indica que estén en marcha en la práctica. Además, aunque la carta de un asalto a Rafah pueda servir para presionar a Hamás, la decisión final no puede tomarse aisladamente de la suerte del acuerdo de los rehenes, un dilema ahora ya ineludible.
La sensación de incertidumbre también se ve alimentada porque la posición de Netanyahu sobre cómo cuadrar la ecuación sigue sin ser clara, si bien se considera que su principal preocupación es su propia supervivencia política. Y, por ahora, ésta está directamente ligada a la continuidad de la guerra en Gaza ya la de un gobierno dominado por fuerzas ultranacionalistas que rechazan la tregua permanente y la liberación de prisioneros palestinos.
Al mismo tiempo, el nuevo asalto del ejército israelí en el principal hospital de Gaza, el Al-Shifa, lanzado este lunes, unos cuatro meses después de otra devastadora operación militar en el mismo complejo, ha reforzado la percepción de un cierto estancamiento. Pese a que en esta ocasión las fuerzas israelíes han podido asediar al hospital con gran facilidad, la acción, que ya ha causado la muerte de cerca de un centenar de personas, sugiere que Hamás tiene todavía cierta capacidad de reagruparse , incluso en zonas donde Israel había declarado la victoria.
En medio de este sangriento compás de espera, el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, aterrizó el miércoles en Arabia Saudí y está previsto que se desplace el jueves a Egipto para dirigir los esfuerzos regionales para conseguir un alto el fuego y la liberación de los rehenes en Gaza, aumentar la ayuda humanitaria y seguir debatiendo el futuro de la Franja.