Las bombas dejan de tronar sobre Gaza y los palestinos comienzan a volver a la devastación

Enviada especial a la frontera de GazaSilencio. Es lo que se siente por primera vez desde hace siete meses desde la frontera de Gaza. Ni explosiones, ni el brugido de los cazas y los helicópteros, ni el rugido de los cañones. Sólo el zumbido de algún dron. El cielo, limpio de humo. Al otro lado de la valla con la que Israel enjaula la Franja se ve el terreno devastado después de dos años de bombardeos indiscriminados. Jabalia, Beit Hanoun y Beit Lahia son montañas de escombros negros, tierra quemada. Al fondo se ve Ciudad de Gaza, donde todavía quedan en pie algunos edificios altos. A las doce del mediodía entró en vigor el alto el fuego y el ejército israelí se replegó a la línea amarilla marcada en los mapas del plan de Trump, y se ha retirado del 47% del territorio de Gaza. Sin embargo, Netanyahu ha dejado claro que piensa mantener a sus tropas dentro de Gaza hasta que Hamás se haya desarmado.

Las carreteras empolvadas con los márgenes llenos de escombros se han llenado de ríos de gente. Incluso antes de que empezara la tregua, miles de gazatinos que habían sido desplazados al sur de la Franja por los bombardeos se han puesto en marcha para volver al norte, sabiendo que de su casa no queda nada. "Mis hijos mayores se han marchado al mediodía y cuando hayan podido plantar la tienda iremos nosotros con los niños", dice por teléfono al ARA Najwa Alnaj, una educadora de guardería de Jabalia. "Estamos muy contentos de que se detenga la guerra y el genocidio que perpetra a Israel contra nuestro pueblo. Pero el plan de Trump legitima la ocupación y nos impone una tutela internacional y de los regímenes árabes sobre Gaza y nos roba el derecho a liberarnos", remacha. Se calcula que cerca de 700.000 desplazados esperan poder volver al norte.

Ahora comienza la cuenta atrás para Hamás, que debe liberar a los rehenes antes del lunes al mediodía. Sin embargo, Israel confía en que lo hará antes. Según la prensa israelí, de los 48 secuestrados el 7 de octubre del 2023, 20 están vivos, 26 están muertos y de 2, nada se sabe. Estos rehenes serán intercambiados por unos 2.000 prisioneros palestinos, cuyos nombres no se han hecho públicos todavía. Entre ellos se encuentran 250 personeros con largas condenas por delitos de sangre y 1.700 palestinos de Gaza que han sido detenidos sin juicio y que no están relacionados con los ataques del 7 de octubre.

Con la peor crisis de hambre del planeta provocada por siete meses de cierre casi total de las fronteras, Israel no se ha apresurado a dejar entrar ayuda humanitaria en la Franja. Este viernes, el paso de Kerem Shalom, el principal por la entrada de mercancías desde Israel a la Gaza estaba totalmente desierto. Hasta el domingo, los ocho mil camiones con comida, tiendas, combustible y medicinas que se acumulan en el lado egipcio del paso de Rafah no podrán entrar, y serán 600 diarios, siempre sometidos a un estricto control israelí. En los últimos meses, la ONU y las ONG sólo pudieron entregar el 20% de la ayuda necesaria a la Franja de Gaza, según el jefe humanitario de la ONU, Tom Fletcher.

Una hora después de que el ejército anunciara la entrada en vigor del alto el fuego, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se dirigió a los ciudadanos con un mensaje televisado. "Estamos acorralando a Hamás por todas partes, para prepararnos para las siguientes etapas del plan en el que Hamás será desarmado y Gaza será desmilitarizada –ha dicho–. Si se consigue a las buenas, perfecto. Si no, se conseguirá a las malas", amenazó y sugirió que podría haber un regreso a la guerra. Aunque Hamás reiteró que no está dispuesto a desarmarse: "Nuestras armas sólo serán entregadas a manos de un estado palestino, y nuestros combatientes podrán ser integrados en el ejército nacional palestino", decía este viernes Basel Naim, un alto dirigente de la organización islamista.

Trump será aclamado en Israel

Ésta es la gran incertidumbre del proceso abierto por Trump. Si la primera fase del alto el fuego funciona (intercambio de rehenes israelíes por prisioneros palestinos, retirada de tropas israelíes y entrada de ayuda humanitaria), empezará una nueva situación hasta ahora inédita. La pregunta es qué hará Israel, que ya nota la fatiga de la guerra, cuando ya no tenga rehenes dentro de Gaza. Hamás ha dicho que ha obtenido garantías por escrito de los mediadores y Estados Unidos de que Israel no reanudará el genocidio, pero es evidente que Netanyahu ha sido forzado por Trump a un acuerdo que no quería. De hecho, según publica este viernes la prensa israelí, el propio presidente llamó a Sharm al-Sheij cuando los equipos negociadores estaban reunidos, para garantizar personalmente a Hamás que si libra a los rehenes la guerra habrá terminado.

En todo caso, si se supera esta primera fase empezarán unas complicadísimas negociaciones y ambas partes entrarán con posiciones contrapuestas. Hamás quiere que Israel se retire totalmente de la Franja y que comience la reconstrucción bajo un gobierno palestino técnico, donde ha aceptado no estar representado, como un primer paso para el establecimiento de un gobierno unificado en Gaza y en Cisjordania que dé lugar a un estado palestino. Netanyahu quiere que Hamás se desarme y que Gaza quede bajo tutela de Trump, controlada por tropas internacionales. Trump quiere convertir a la Franja en un gran casino. Quizás el alto el fuego funcione, pero qué pasará después es, hoy por hoy, una gran incógnita.

El presidente estadounidense llegará el lunes a Israel para darse un baño de masas. En las afueras de Tel-Aviv, un rascacielos luce un enorme cartel con la foto de Trump y el lema"Thank you Mr. PresidenteAl final habrá sido él el artífice de la liberación de los rehenes y por eso le han invitado a pronunciar un discurso ante la Knesset, el parlamento israelí. Será el primer líder estadounidense en hacerlo desde el discurso de George Bush en 2008, con motivo del 60 aniversario de la fundación de Israel. se escenificará en una ceremonia la firma del acuerdo de Gaza. Trump no habrá obtenido el Nobel de la Paz en el 2025, pero ya acumula puntos para el galardón del próximo año.