Israel y Hamás acuerdan un alto el fuego en Gaza lleno de incertidumbres
El gobierno de Netanyahu aprueba la primera fase del plan, que debe detener los bombardeos 24 horas después
Enviada especial a Tel-AvivIsrael y Hamás han llegado este jueves a un acuerdo de alto el fuego en Gaza, el primer paso de la fase del plan de Donald Trump. La población de Gaza ha celebrado el anuncio con la esperanza de que acaben dos años de destrucción, muerte y hambre, pero también con la incertidumbre de que no sea definitivo. El gobierno israelí ha ratificado pasada la medianoche el pacto, que prevé la entrada en vigor del alto el fuego después de 24 horas, es decir, sobre la medianoche de este sábado. Pasado esto, los 48 rehenes israelíes que aún quedan en Gaza -vivos y muertos- deberían ser liberados en un plazo de 72 horas, en un intercambio con prisioneros palestinos. El jefe de Hamás en el exilio, Jalil Al Hayyia, había dicho ya el jueves por la tarde que ha recibido garantías de Estados Unidos de que la guerra "ha terminado completamente".
En Israel los familiares de los rehenes ven también el final de un túnel de angustia y confían en que pronto podrán reencontrarse con los suyos. Pero todo el mundo es consciente de que las cosas aún pueden torcerse. Y si la primera fase –con el alto el fuego y el intercambio de los rehenes por prisioneros palestinos, la retirada parcial de las tropas israelíes y la entrada de ayuda humanitaria– no va por pedregar, lo que no será fácil, aún quedarán muchos obstáculos a superar. Las próximas horas y próximos días serán críticos.
Hani Askari, del Centro Palestino de Derechos Humanos de Gaza, confiesa en una conversación telefónica desde Deir al Balah, en el centro de la Franja, sus sentimientos contradictorios. "Me siento aliviado, pero a la vez me empapa el dolor. Vivimos en un océano de sufrimiento. Y sí, a veces veo un rayo de esperanza, pero muy adentro tengo el agotamiento, la pérdida y el miedo... La pena por las personas queridas que han matado y la incertidumbre porque no tengo una casa a la que volver".
"Estoy extremadamente angustiado, espero con impaciencia en las últimas horas", dice desde Ciudad de Gaza Mohamed Qassas, de 31 años, que trabajaba en un restaurante en la capital del enclave palestino. "Se supone que mañana estará más claro si hay alto el fuego. Estamos en un estado de anticipación tensa que es casi imposible de describir en ningún sentido. Parece que el tiempo esté congelado", añade. El alto el fuego debe entrar en vigor 24 horas después de la aprobación del gobierno israelí, es decir pasada la medianoche del sábado. A partir de ahí, en 72 horas deben liberarse todos los rehenes.
En la plaza de los Rehenes de Tel-Aviv, ocupada desde hace casi dos años por el foro que agrupa a los familiares de los rehenes para exigir a su gobierno que priorice su liberación, Omer Shem Tov, que pasó 505 días cautivo en Gaza tras ser secuestrado en el festival Nova, contenía la emoción: se acabó. Continuamos orando, enviando energía positiva y luchando hasta que vuelvan todos". En la plaza se ve más confianza en Trump que en Netanyahu: "Thank you, Mr. Presidente", fue uno de los lemas del día.
El plan Trump es ambiguo, y por ahora no existe un acuerdo en las cuestiones clave de las próximas fases: hasta dónde llegará la retirada de las tropas israelíes de Gaza, si Hamás está dispuesto a desarmarse, quién gobernará la Franja y cuáles son las garantías de que, tras la liberación del último rehén, Netanyahu no volverá a la guerra. Al fin y al cabo, el primer ministro israelí ha hecho saltar por los aires las treguas anteriores –y puede volver a hacerlo con cualquier excusa– y los mediadores, Estados Unidos y Qatar, han demostrado que no son neutrales. Hamás ha dicho que ha recibido garantías por escrito de los mediadores y de Turquía que la guerra ha terminado "definitivamente". Pero en los próximos días serán críticos.
¿Qué pasará ahora?
Esta noche del jueves Netanyahu ha reunido a su gabinete de guerra, con dos horas de retraso y después de que el consejo de ministros ha ratificado el acuerdo. El ministro de Finanzas, el ultraderechista Bezalel Smotrich, había advertido de que votaría en contra y que no compartirá las "celebraciones cortas de miras". El del Interior, el también ultra Itamar Ben-Gvir también, le ha criticado. Una de las incógnitas es si la coalición de gobierno podría romperse, y si los socios ultras forzarán una anticipación de las elecciones, que están previstas para finales del 2026. Durante la reunión del gabinete israelí, Netanyahu se ha encontrado con el enviado especial de Estados Unidos, Steve Witkoff, y el 'Jeve Witkoff'; del plan. Después, ambos se unieron a la reunión del ejecutivo.
Trump ha anunciado que viajará este domingo a Oriente Próximo. En concreto, ha dicho que irá primero a Egipto para la "firma oficial" del acuerdo de alto y que también ha aceptado dar un discurso en el Parlamento israelí. Será la primera vez que un presidente de Estados Unidos habla en Knesset desde que lo hizo George Bush en el 2008.
Veinticuatro horas después de que el alto el fuego entre en vigor, según el plan, las tropas israelíes deben retirarse hasta la línea amarilla definida por Trump para permitir que los milicianos de Hamás puedan reunir a 20 rehenes que dice que siguen vivos en la Franja. Una retirada parcial, según ha confirmadol ministro de Exteriores de Israel, Gideon Sa'ar. En una entrevista en la cadena Fox News ha dicho que Israel ya está preparando el repliegue para retirar a sus tropas tras la "línea amarilla", un 53% del territorio de Gaza. Las retiradas posteriores quedan sujetas a próximas fases negociadoras.
Mientras, Israel y Hamás han acordado los nombres de los 1.950 prisioneros palestinos que deben ser intercambiados por los rehenes. La lista incluye a 250 prisioneros palestinos con condenas largas y unos 1.700 palestinos de Gaza que no participaron en los hechos del 7 de octubre y que fueron detenidos posteriormente. También hay 22 menores de Gaza.
Más temprano este jueves, la oficina del primer ministro había aclarado que el dirigente de Fatah Marwan Bargouti –conocido como el Mandela palestino porque está entre rejas desde el 2002 y es una de las figuras más populares en Palestina– no será liberado en el marco del acuerdo. Israel ha insistido en vetar la liberación de presos considerados "símbolos".
En cuanto a los cuerpos de los 28 rehenes israelíes fallecidos que están en la Franja, algunos países como Turquía se han ofrecido a enviar a sus expertos a Gaza para recuperarlos. Hamás ya avisó de que le resultaba difícil localizarlos en las condiciones en las que está la Franja tras la campaña de bombardeos israelí. Altos cargos israelíes dijeron a la CNN que no aceptarán devolver los cuerpos del líder de Hamás a Gaza, Yahya Sinwar, ni de su hermano Mohamad. Israel sí habría puesto en la lista del intercambio el regreso de los cuerpos de 360 palestinos que tiene en su poder.
Como todavía no se ha hecho público el texto del acuerdo, no se sabe si corresponde exactamente a la primera fase establecida en el plan de Trump, que también prevé la entrada de ayuda humanitaria bajo el control de Naciones Unidas, en concreto de 600 camiones. Más de ocho mil camiones están bloqueados por Israel desde el 2 de marzo en el paso fronterizo de Rafah, en Egipto, lo que ha causado la peor crisis de hambre de hoy en el planeta.
Los siguientes pasos, los más inciertos
Si esta fase inicial se supera, las negociaciones entre Israel y Hamás continuarán sobre las siguientes etapas, que deben abordar la desmilitarización de Hamás, el retorno de los palestinos a las zonas de origen para reconstruir sus hogares y el establecimiento de un gobierno interino tecnocrático que, según el plan de Trump, debe estar sometido a una autoridad internacional Tony Blair.
Supuestamente, después Gaza debería pasar a control de la Autoridad Palestina, pero esto ahora mismo es ciencia ficción. Netanyahu ha dejado claro que no piensa aceptarlo ni piensa retirarse de Gaza. Mahmud Abbas, el presidente de la Autoridad Palestina, que controla Cisjordania, ha dicho en una excepcional entrevista en el Canal 12 de Israel que está coordinando con Estados Unidos un plan de reformas en materia de educación, sanidad y economía. La reforma, explicó, también incluye el polémico tema de las ayudas a las familias de los más de 11.000 prisioneros palestinos que actualmente existen en las cárceles de Israel.
Abbas está dispuesto a seguir a los dictados de Trump para gobernar las cenizas de Gaza. Netanyahu, en cambio, ha descartado la idea de que la Autoridad Palestina, creada con los Acuerdos de Oslo de 1993, vuelva a gobernar a Gaza, al igual que rechaza de lleno la idea de un estado palestino. Demasiada incertidumbre para quienes sueñan, no ya en la paz sino en algo de calma en este rincón del Mediterráneo.