Los estudiantes no ceden: continúan las acampadas propalestinas en las universidades

La Universidad de Barcelona rompe todas las relaciones con organismos de Israel

Pau Lizana Manuel
3 min
Imagen del primer día de la acampada propalestina en la Universidad de Barcelona

BarcelonaYa hace casi tres semanas que los estudiantes del edificio histórico de la Universidad de Barcelona conviven con las tiendas de campaña que tres organizaciones estudiantiles propalestinas plantaron en el jardín Ferran Soldevila, en medio del campus. La acampada, una de las primeras en todo el Estado tras la que algunos estudiantes habían montado en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Valencia, cogió impulso y en dos días ya hacían noche un centenar de personas, según los organizadores.

La acampada de Barcelona encendió la chispa y rápidamente se instalaron acampadas en universidades de todo el Estado. La gran mayoría se han desarrollado pacíficamente y en muchas ocasiones han recibido el apoyo de la administración universitaria y de la opinión pública. En la Universidad Complutense de Madrid (UCM), cantantes como Vetusta Morla, Ismael Serrano y Marwán pasaron por la acampada, que reunía a unas doscientas personas, para apoyar. También la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) emitió un comunicado donde "hacían suyo el sentimiento de los campus" y se comprometían a "revisar y, cuando corresponda, suprimir" los acuerdos de colaboración con instituciones israelíes "que no hayan expresado un firme compromiso con la paz".

En Barcelona, ​​los estudiantes ponían como condición para levantar la acampada que la UB se posicionara públicamente, algo que la institución ha cumplido este miércoles. El consejo de gobierno ha terminado aceptando los principales puntos que el claustro ya había aprobado hace dos semanas y ha acordado romper la colaboración con la Universidad de Tel-Aviv de forma "inmediata e indefinida". El organismo estipuló que no se establecerán convenios con instituciones israelíes hasta que las condiciones en la zona de Gaza garanticen una situación "de paz absoluta y respeto a los derechos humanos". Además, también cancelará los acuerdos y convenios firmados con empresas vinculadas al conflicto en Gaza. " del gobierno de coalición español: "Mantenen un discurso progresista, pero luego no dan ningún paso definitivo". Ese "doble juego" y la "particular simpatía" de la opinión pública por Palestina son los elementos que han permitido la poca represión policial de las acampadas, según Del Alcázar.

Y es que a diferencia de otros países, en el Estado los episodios de tensión o violencia entre la policía y propalestinos han sido pocos. El más importante fue el miércoles, cuando los Mossos dispersaron con empujones y porrazos una concentración que conmemoraba la Nakba ante la sede de la Agencia para la Competitividad de la Empresa de la Generalitat.

En Estados Unidos, donde en abril se originaron las protestas, los enfrentamientos con la policía y las detenciones han sido constantes. El punto de inflexión fue el desalojo de la Universidad de Columbia en Nueva York, que se saldó con más de 300 detenidos. Fue el primero de una serie de desalojos en el país. En total, según el recuento que hace el New York Times, más de 2.900 estudiantes han sido detenidos en actuaciones policiales en al menos 67 campus. Además, algunas de las acampadas, como la de la Universidad de California en Los Ángeles, sufrieron el ataque de grupos proisraelíes.

La tensión entre asociaciones judías y propalestinas en las universidades también fue palpable en Sciences Po, la prestigiosa universidad de París y la puerta de entrada de las acampadas en Europa. "Hacía ya tiempo que había problemas", explica al ARA Eva Ferrer, estudiante del centro. "Había habido mucha tensión entre ambos bandos, porque tanto la Unión de Estudiantes Judíos de Sciences Po como el Comité Palestino promovían actos, repartían panfletos y habían tenido muchos choques", explica Ferrer. Todo culminó cuando unos setenta estudiantes decidió acampar y la dirección del centro llamó a la policía para que los desalojaran. "Nos cogió por sorpresa porque la dirección había accedido muchas veces a charlas y actos de grupos propalestinos, pero esta vez no quisieron dialogar", explica Ferrer.

Los enfrentamientos entre manifestantes y policía también llegaron la semana pasada a la Universidad de Ámsterdam. Los agentes desalojaron hace dos semanas un primer intento de acampada con la ayuda de excavadoras para derribar las barricadas que se habían montado. Desde entonces ha habido protestas casi diarias en la ciudad, que en muchas ocasiones han terminado también en enfrentamientos con la policía y que obligaron a cerrar el campus durante dos días esta misma semana.

En el resto de Europa, las acampadas siguen desarrollándose de forma generalmente pacífica y, de hecho, algunas comienzan a levantarse, como la de Valencia, el pasado viernes. "Hoy que nos vamos, empieza todo", afirmó uno de los portavoces. Desde Barcelona, ​​Del Alcázar le apoya. "Habrá más acampadas. Estamos haciendo ver a los jóvenes la realidad de la problemática con Israel", sentencia.

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