El Fiscal del Tribunal Penal Internacional que procesó a Netanyahu se aparta del cargo tras un año de presiones

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La carrera del fiscal del Tribunal Penal Internacional, Karim Khan, ha terminado. Este viernes ha anunciado que se aparta temporalmente del cargo hasta que finalice la investigación por un presunto caso de acoso sexual denunciado por una empleada del tribunal. Khan fue quien promovió la orden de detención internacional del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, por crímenes de guerra y contra la humanidad en Gaza. Establecido en 1998, el TPI pasa por el momento más delicado de su historia. En las últimas semanas reina un ambiente de miedo en los Países Bajos y han dimitido a altos funcionarios de este órgano judicial que se encarga de investigar y juzgar los crímenes de guerra y de genocidio de todo el mundo.

Esta semana, mientras el presidente Donald Trump hacía una gira por países de Oriente Próximo, la agencia de noticias de Estados Unidos Associated Press publicó una información sobre la dramática situación del Tribunal Penal Internacional, con sede en La Haya. sanciones impuestas por la administración Trump contra su personal han hecho que muchos de sus empleados estén asustados y se planteen renunciar a su trabajo. Los empleados que tienen nacionalidad de EE.UU. han sido advertidos de que si viajan a visitar a su familia corren el riesgo de ser detenidos.

Khan pidió al tribunal que emitiera la orden de detención el pasado noviembre. Cuando el TPI estaba a punto de darle curso, los principales juristas israelíes y extranjeros aconsejaron a Netanyahu que abriera una investigación interna sobre los hechos de Gaza, porque esto paralizaría automáticamente las diligencias del TPI. Pero el primer ministro no hizo caso y prefirió una confrontación frontal y directa con el tribunal.

Una vez más Netanyahu tenía razón, porque el tiempo ha demostrado que él solo tiene más fuerza que el conjunto de la comunidad internacional. El resultado es que el TPI se está desmoronando rápidamente ante el empuje de Israel y el silencio de las potencias, incluidos los mandatarios europeos. Debido a las sanciones, Karim Khan ni siquiera puede sacar dinero del cajero de su banco en Reino Unido. El banco le ha congelado las cuentas por orden de Washington, explica la agencia AP.

Responsables políticos y jurídicos de Occidente han señalado que Netanyahu y su gobierno han cometido delitos de genocidio y crímenes de guerra en la Franja de Gaza, donde han muerto más de 50.000 palestinos en el último año y medio, la inmensa mayoría mujeres y niños. El jueves, el mismo día que la agencia AP se hacía eco de los problemas del TPI, Israel mataba a más de 115 palestinos en Gaza, la mayoría civiles.

Lo natural sería que la justicia investigara si se están cometiendo crímenes de guerra y genocidio, y el TPI debería dirigir la investigación. Pero no será así, porque Israel y Estados Unidos tienen más fuerza que los tribunales internacionales. Antes caerá el TPI de que Netanyahu se siente en el banquillo de La Haya. Una situación que dice mucho de nuestra sociedad y de los límites de justicia.

Una anécdota lo dice todo: Emmanuel Macron exigió a Mongolia que detuviera a Vladímir Putin, perseguido por el TPI, cuando el presidente ruso voló recientemente a Pekín. Pero el propio Macron no hizo caso cuando se le exigió hace unas semanas que detuviera a Netanyahu cuando sobrevoló Francia con destino a Washington. El propio Macron ha dicho esta semana que los historiadores tendrán que decidir si Israel está cometiendo un genocidio, cuando en realidad deberían ser los tribunales.

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