Israel e Irán, cara a cara
BarcelonaLa actitud de Irán en esta guerra de Israel contra Hamás y Hezbollah había sido criticada en Líbano y entre los palestinos, que esperaban y deseaban al menos de forma intermitente su intervención en el conflicto, especialmente después del asesinato del líder de Hamás, Ismail Haniyeh, precisamente en Teherán, y el de Hassan Nasrallah, secretario general de Hezbollah, el pasado viernes en Beirut.
Esta presión sobre la república islámica ha tenido una primera reacción este martes por la noche, cuando Irán ha disparado 181 cohetes balísticos contra Israel. Los ha dirigido no sólo contra Tel Aviv, sino también contra Jerusalén, e incluso contra la población de Dimona, en el desierto del Neguev, en el sur del país, donde se encuentra el principal reactor nuclear israelí, que no se ha visto afectado.
Los medios de comunicación estadounidenses habían informado de la existencia de un debate espinoso entre distintos estamentos del gobierno iraní. Una parte de este gobierno era partidaria de intervenir de inmediato, mientras que otros ministros se resistían a provocar una respuesta de Estados Unidos, que tiene una presencia significativa de tropas en la región, a la que, además, han enviado portaaviones y barcos de guerra adicionales.
Poco después de las ocho de la tarde de este martes, Estados Unidos ha informado de que actuará en respuesta a los cohetes iraníes. Por el momento no se sabe hasta dónde llegará la respuesta de Washington, aunque podría ser limitada y simbólica para que el conflicto no llegue demasiado lejos.
Pero Israel ha asegurado que actuará de forma decisiva contra Irán. En el contexto actual, no se puede evitar pensar que la escalada de los últimos días en Líbano también puede haber servido para impulsar la entrada de Estados Unidos a la guerra. Recordemos que el anterior lanzamiento de cohetes desde Irán vio una intervención estadounidense sólo defensiva. Ahora no está claro cuál será la respuesta estadounidense; puede que sea más importante que el anterior, pero probablemente será limitada.
Netanyahu quiere arrastrar a EEUU
No es ningún secreto que a Benjamin Netanyahu le gustaría implicar a Estados Unidos en la guerra, y cuanto más directamente mejor. Estados Unidos se encuentra en una situación delicada cuando sólo falta un mes para las elecciones presidenciales. Esto hará que el presidente, Joe Biden, y la candidata demócrata, Kamala Harris, lo piensen dos veces antes de lanzar un ataque devastador.
El sueño del primer ministro israelí es arrastrar a los americanos, y es posible que realice alguna intervención desproporcionada en este sentido. Netanyahu ha dicho en varias ocasiones en los últimos días que Israel puede llegar allá donde quiera, en una clara referencia a Teherán. Pues bien, ahora se le presenta una buena ocasión para ello.
A cada paso que da, Netanyahu considera el efecto que sus acciones pueden tener para su rehabilitación política. Esto significa que el primer ministro podría ordenar alguna operación espectacular que sea bien recibida por sus compatriotas. Los sondeos publicados en los últimos días muestran una clara subida de Netanyahu en popularidad. Si ahora no hiciera nada, es posible que la tendencia se revierta.
Por su parte, los iraníes han advertido que si Israel responde al ataque, ellos volverán a hacerlo. Esto puede provocar una escalada imprevisible en la que quien más perdería sería Irán, que es la parte más débil y no cuenta con el apoyo ilimitado de EEUU, que se mantiene detrás de Israel.