Revolución en Irán

Kian: "La República Islámica sabe que si pierde el control de las mujeres lo pierde todo"

Activista de Teherán

Cristina Mas i Sariana Esmail
2 min
Un policía en una calle de Teherán el pasado julio.

BarcelonaEste arquitecto de Teherán (utilizamos un seudónimo para proteger su identidad) ha participado desde hace un año en las protestas contra el régimen de los ayatolás. Responde a las preguntas del ARA en una conversación a través de Signal.

¿Cómo ha cambiado Irán desde el asesinato de Mahsa Gina Amini?

— Esto es una revolución social, no política. Tenemos que entender la diferencia. Una revolución social afecta a las cosas más básicas de la sociedad, tarda tiempo, más tiempo, pero arraiga mucho. Todo ha cambiado en nuestra sociedad. Desde el estallido del movimiento Mujer Vida Libertad, ahora los hombres ven de una manera muy diferente a sus mujeres, hermanas, madres... Están cambiando la mirada. Y esto asusta al régimen, porque la República Islámica sabe que si pierde el control de las mujeres lo pierde todo. La revolución está cambiando todos los niveles de la sociedad y esto es lento, no es fácil y el precio es muy caro, porque es un cambio profundo, no solamente un cambio en el poder. Pero estoy convencido de que el cambio político también va a llegar.

¿Por qué no vemos las protestas en la calle?

— En primer lugar, por la represión brutal. Lo viví en primera persona cuando me encarcelaron: en las cárceles te hacen todo lo que quieren con el objetivo de destruirte. Vi cómo golpeaban con cables a un chico que no tendría ni 18 años, del cuello hasta los pies. Y también están las torturas psicológicas, que no dejan pruebas. En un traslado nos llevaron a 80 personas con un autobús sin ventanas donde nos pasamos cinco horas... Era como estar en una jaula. Nos ahogábamos. Son cosas que no quieres volver a sufrir y cuando sales y las explicas hace que todo el mundo coja miedo. Por eso la gente necesita un motivo muy valioso para arriesgarse a salir de nuevo a la calle.

¿Cómo cuál?

— Es necesario repensar el futuro de la revolución. Hace un año nadie pudo imaginarse que el régimen podía ser derribado y ahora discutimos qué queremos en su lugar. Nos estamos imaginando cómo sería el Irán del día siguiente de los ayatolás. Y existen diferentes perspectivas: la de los monárquicos, la de los guerrilleros, la de los jóvenes... La gente debe encontrar el camino. Tenemos la experiencia de la Revolución Islámica de 1979: la gente derribó una monarquía, pero después vino otra dictadura. Ahora no queremos repetir el mismo error.

¿Cuál es la situación económica?

— Devastadora. Mientras una pequeña oligarquía vinculada al régimen se beneficia del sistema, un trabajador medio cobra 100 euros al mes.

¿Cómo ve la respuesta internacional?

— No entiendo por qué los gobiernos occidentales siguen trabajando con este régimen viendo su brutalidad. Entiendo que cada país actúe según sus intereses, pero lo que veo es que están ayudando a los ayatolás, con dinero, con la diplomacia de los rehenes. Este régimen es un peligro para el mundo y debería tratarse como tal y no veo señales en este sentido.

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