Rusia vuelve a golpear Kiev y estrecha el círculo en Mariupol
El Kremlin veta la entrada en el país a Johnson y doce cargos británicos más
BarcelonaA lo largo de la semana, mandatarios de varios países como Reino Unido o Austria han viajado hasta Kiev y otros estados como Italia o Francia han devuelto las embajadas a la capital ucraniana, que tiene los accesos bloqueados por centenares de ciudadanos que quieren volver a casa. La salida de las tropas rusas de la región había dejado una falsa imagen de tregua en Kiev, pero el hundimiento del Moscova, uno de los barcos insignias de la marina rusa, lo ha cambiado todo. Las tropas del Kremlin han golpeado la capital durante dos días de forma continua y este sábado mismo con un ataque en una fábrica de vehículos blindados que ha dejado un muerto y varios heridos. "Os pido que os quedéis en lugares más seguros", ha dicho el alcalde de Kiev, Vitali Klichkó, que ha instado a los vecinos de la capital a no volver a casa. Las alarmas antiaéreas han resonado este sábado en varios puntos de Ucrania y una fuerte explosión también ha roto la falsa tranquilidad que había en Lviv.
Vladímir Putin concentra sus efectivos en el este, pero los misiles de largo alcance siguen llegando a todo Ucrania. Para el Kremlin, la batalla que puede marcar un antes y un después es la de Mariupol. Después de un mes y medio de asedio, el propio presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, acepta que la situación en la ciudad portuaria es "muy difícil": "Nuestros soldados están bloqueados, los heridos están bloqueados. No obstante, los chicos se defienden". Ahora, todo depende de los combates en una planta siderúrgica en el puerto, puesto que Rusia afirma que ya controla toda el área urbana. La fábrica, según informa Reuters, está en ruinas y hay cuerpos de civiles extendidos en las calles adyacentes, pero los últimos combatientes ucranianos aguantan en túneles subterráneos. De momento, Zelenski ha cifrado en 3.000 los soldados ucranianos que han perdido la vida en el frente y su gobierno ha elevado a 700 los militares ucranianos que Rusia ha capturado. Sin embargo, Ucrania afirma que tiene un número parecido de soldados rusos.
En la ambición del Kremlin de crear un corredor de territorio bajo control ruso hasta Crimea, Mariupol juega un papel clave, pero también necesitan controlar todo el Donbás, que sigue sufriendo bombardeos constantes: este sábado los ataques han dejado al menos dos muertos en Lugansk y otro en Járkov. "Evacuad mientras sea posible", ha pedido el gobernador de Lugansk, Serhi Gaidai. De momento, la ONU ya ha contabilizado 4,8 millones de refugiados y la Fiscalía ucraniana asegura que 200 niños han perdido la vida.
Rusia veta a Johnson
Ante esto, Ucrania pide más armas a Occidente a pesar de que este sábado su gobierno ha lamentado que "tarden demasiado en llegar". Precisamente por el apoyo logístico a Ucrania y también por las sanciones contra su entorno, Putin intenta vengarse de Occidente y este sábado ha elevado la apuesta prohibiendo la entrada a Rusia del premier británico, Boris Johnson, y doce altos cargos más de Reino Unido. ¿El motivo? "La acción hostil sin precedentes del Gobierno británico". "Seguimos decididos en nuestro apoyo a Ucrania", ha dicho un portavoz de Downing Street en respuesta a la medida. De hecho, Putin ya vetó ahora hace un mes a la plana mayor de la política norteamericana, con Joe Biden al frente.
A Washington viajará la semana que viene una comitiva del Gobierno ucraniano para reunirse con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y el G7 ante las perspectivas de que el PIB ucraniano caiga entre un 30% y un 50% este año. Sin embargo, Kiev intenta ver la luz al final del túnel y Zelenski ha anunciado que ya se ha iniciado la campaña de siembra de cereales y la restauración de carreteras y trenes. Para reconstruir Mariupol, Ucrania contará con la ayuda del hombre más rico del país, Rinat Ajmétov, empresario del metal, que se ha comprometido a colaborar para restaurar la ciudad portuaria.