Guerra

Rusia ya ha recibido 120 ataques: ¿qué hay detrás de los drones en el corazón de Moscú?

El Kremlin denuncia otro bombardeo contra el distrito financiero de la capital

Una persona camina entre los restos provocados por el ataque con drones contra un edificio en un distrito financiero de Moscú.
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BarcelonaYa hace unos meses que la invasión rusa de Ucrania ha normalizado una fase: Rusia también es atacada y los drones han llegado a golpear incluso el corazón de Moscú. Un escenario difícil de digerir, probablemente, para Vladimir Putin, que imaginaba una operación relámpago para tomar el control de Kiiv y que ahora se encuentra con una guerra enquistada que llega también a su territorio. Pese a que la situación no es comparable a la que sufre Ucrania, los bombardeos en suelo ruso se repiten y, según datos oficiales rusos verificados por agencias occidentales, en 2023 ha habido más de 120 ataques con drones en toda Rusia y en Crimea, anexionada il ·legalmente por el Kremlin en 2014.

El último, este martes. El alcalde de la capital rusa, Sergei Sobianin, ha denunciado que drones ucranianos han impactado contra un edificio en un distrito financiero de la ciudad, la llamada City de Moscú. El Kremlin no ha informado de víctimas ni heridos, pero las imágenes compartidas por las agencias oficiales muestran daños materiales considerables y escenas de pánico. En el edificio, se encuentran las sedes de los ministerios de Industria y Comercio, de Desarrollo Económico y de Desarrollo Digital. una mujer que vive en el edificio atacado. "Estaba durmiendo, y una explosión me ha despertado. Primero pensé que estaba soñando, pero después entendí que era otro ataque con drones", añadía. El testimonio de Anastasia muestra que los ataques tienen un impacto psicológico evidente en la ciudad, y más si se tiene en cuenta que el sábado por la noche ese distrito de Moscú ya fue víctima de un episodio similar. Entonces, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, dijo: "La guerra está volviendo paulatinamente al territorio de Rusia, a sus centros simbólicos y bases militares, y éste es un proceso inevitable, natural y absolutamente justo". Ucrania no reivindica explícitamente las acciones, aunque asegura que "forman parte de la normalidad de la guerra", en palabras del portavoz presidencial Mikhailo Podoliak. Sin embargo, varios analistas dan por hecho que Kiiv es el responsable.

Que los drones caigan sobre la City de Moscú tiene un simbolismo especial. Es el barrio más moderno de la capital, lleno de rascacielos de cristal, sedes gubernamentales, hoteles de lujo y restaurantes exclusivos. La mayoría de estos edificios han sido construidos en los últimos 20 años y, por tanto, son obra directa de Putin. Los moscovitas que a diario se desplazan a este distrito para trabajar se sentían, seguramente, muy lejos de la guerra. Ahora ya saben qué sonido tienen las bombas que desde hace más de quince meses caen en Ucrania. Es indudable que los drones acentúan la desazón y la fatiga por una guerra que muchos ciudadanos no quieren.

Pero el mapa de Rusia muestra que, más allá de Moscú, la mayoría de ataques han ocurrido en zonas fronterizas con Ucrania, especialmente en las regiones de Bélgorod, Kursk y Briansk. En estas áreas se han golpeado zonas residenciales, ha habido civiles muertos y colas de personas corrientes atemorizadas hacia refugios antiaéreos. En Bélgorod es donde las milicias pro Kiiv cruzaron, a finales de mayo, la frontera con tanques e insignes ucranianas. Los combates son habituales desde entonces.

El otro punto caliente está en la península de Crimea, anexionada ilegalmente por Putin en el 2014. Kiiv, que quiere recuperarla, la ha bombardeado en varias ocasiones, apuntando puentes, refinerías y otras infraestructuras clave para los intereses del Kremlin. A principios de julio, el gobierno de Zelenski difundía un vídeo en el que combinaba escenas idílicas de sol y playa y otras en las que proyectiles caían del cielo. Y avisaba a los rusos que tuvieran pensado ir a pasar las vacaciones: "Aléjate de Crimea".

En la hemeroteca de ataques contra Rusia, también destaca el del 3 de mayo, cuando dos drones fueron abatidos poco antes de impactar contra la cúpula del edificio del Kremlin. Moscú acusó a Kiiv de intentar asesinar a Putin, pero el gobierno de Zelenski se desentendió. La explosión de aquellos drones en el corazón ruso fue ampliamente celebrada en toda Ucrania.

El mar Negro, por su parte, también ha sido escenario. El ataque más reciente, de hecho, este martes. Al menos esto es lo que ha denunciado el ministerio de Defensa de Putin, que asegura haber repelido un ataque de tres drones navales contra barcos rusos que patrullaban por la zona. "Los tres drones del enemigo han sido destruidos", detalló en un comunicado.

¿Drones construidos por los ucranianos?

Estados Unidos ha reaccionado a los ataques contra el distrito financiero de Moscú. Siguiendo el discurso habitual, el portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby, reiteró que Washington no alienta ni facilita estos episodios. Desde el inicio de la invasión, el mensaje oficial de los aliados occidentales, que han nutrido a Kiiv de armas para hacer frente a la ofensiva rusa, ha sido claro: no quieren que Zelenski utilice su armamento para atacar a Rusia. Temen una escalada peor del conflicto.

Justin Crump, experto en asuntos militares, subrayaba un interesante apunte en una entrevista este martes en la BBC Radio 4. Recordaba que todos los indicios señalan que los drones utilizados hasta ahora "han sido construidos exclusivamente por los ucranianos" y que, por tanto, Kiiv "no está incumpliendo la promesa que tiene con Occidente de no utilizar armas de la OTAN para atacar a Moscú", ya que utiliza su propio armamento.

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