"Un traidor movido por el dinero": las teles de Putin se ensañan con Wagner
Los medios oficiales presentan al presidente como triunfador y garante del orden por haber parado a los insurgentes
MoscúUn traidor a Rusia movido por el dinero y el poder. Es el perfil que dibujó el veterano periodista Dmitri Kiseliov del líder de Wagner, Yevgeny Prigozhin, el domingo por la noche en su programa Vesti nedeli (Noticias de la semana) del canal Rossija 1, financiado por el estado ruso, es decir, por Vladimir Putin. La definición de Kiseliov es solo un ejemplo: desde el intento de rebelión de hace una semana, el Kremlin ha cambiado la narrativa alrededor de los mercenarios, y las televisiones oficialistas, siempre fieles al régimen, difunden el nuevo mensaje al pie de la letra.
Los espacios informativos de las televisiones rusas están pasando de puntillas sobre la revuelta militar liderada por Prigozhin. En los canales públicos de más audiencia no se quiere insistir en una cuestión tan espinosa y que, sobre todo, debilita a Putin. En la última semana, la principal televisión rusa, Piervi Canal –otro medio estatal–, ha abierto las noticias con la insurgencia de Wagner en contadas ocasiones y, cuando lo ha hecho, ha sido para dejar constancia de las palabras del presidente ruso, que insistió en la fortaleza del estado y en su imbatibilidad durante el discurso del pasado lunes, en un acto de homenaje y agradecimiento a las Fuerzas Armadas. En la edición siguiente, el programa empezaba con imágenes de Putin rodeado de ciudadanos que lo querían saludar en una visita que hizo a la república rusa del Daguestán.
Las críticas de Dmitri Kiseliov a los mercenarios no acabaron aquí. El periodista afirmó que Wagner se había embolsado 858.000 millones de rublos (más de 8.800 millones de euros) de las arcas públicas, una información que las agencias de información estatales reprodujeron rápidamente. “Prigozhin enloqueció por las grandes cantidades de dinero”, afirmó el presentador, insistiendo en que “la sensación de creerse que se le permitía todo empezó hace tiempo, desde las operaciones en Siria y África”. Un punto de vista que, según Kiseliov, se acentuó cuando ocupó con sus tropas las ciudades de Soledar y Bakhmut, durante la invasión de Ucrania. El periodista condenó el atrevimiento de Prigozhin, a quien acusó de "creerse capaz de oponerse al mismo tiempo al ministerio de Defensa ruso, al Estado y al presidente”. También aseguró que “uno de los factores más importantes” que motivaron la revuelta armada fue la negativa del ministerio de Defensa a alargar los contratos firmados con otra empresa de Prigozhin, Concord, dedicada a la alimentación y al catering.
El fin de semana de la revuelta, varios programas ya habían tildado a Prigozhin de “traidor” y alegaban que mantener esta actitud cuando el país hace frente a una guerra es “un crimen de guerra”. Los ataques a Prigozhin, sin embargo, quedan muy lejos de los insultos y acusaciones que tertulianos de la televisión dedican al presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, y a miembros de su ejecutivo e incluso a la población ucraniana. Un video de un propagandista ruso celebrando que los niños ucranianos recibirían misiles como regalo de Navidad se hizo viral en las redes sociales de Ucrania, que lo recibían con rabia e indignación.
Webs clausuradas
La propaganda rusa, pues, señala sobre todo el gran coste económico que el grupo Wagner ha significado para Moscú. Que ahora los haya traicionado, dicen, es imperdonable. Putin también quiso hacer referencia a las facturas de Prigozhin. En un acto con militares, la semana pasada, aseguró que el estado ruso había financiado totalmente las actividades del grupo Wagner y que de mayo del 2022 a mayo del 2023 se habían destinado 86.300 millones de rublos (cerca de 900 millones de euros) del presupuesto a pagar a los mercenarios, sus incentivos y seguros, según la agencia Interfax.
Prigojin hacía meses que mantenía un agrio enfrentamiento con el ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, y previamente había difundido videos, con un tono muy duro, en los que lo acusaba de no suministrar municiones a sus soldados y de boicotear sus misiones. Los recelos de Shoigu por el protagonismo y la influencia que estaba adquiriendo Wagner en el conflicto ucraniano lo motivaron a decretar que los miembros de los grupos armados privados tenían que pasar, a la fuerza, a formar parte del ejército regular de Rusia. Este podría ser el motivo de fondo de la revuelta.
Prigozhin ya no podrá publicar parte de este material. Sus webs, que utilizaba para difundir su ideología, han sido clausuradas por el organismo regulador de medios de comunicación ruso, Roskomnadzor.