De safari en Washington: dos cebras perdidas campan a las afueras de la capital norteamericana

Decenas de vecinos salen a buscar los animales, que se escaparon de una granja, solo para fotografiarlos

3 min
Unas cebras paciendo en una granja al sur de Maryland

WashingtonNo es nada inusual, desde hace algunas semanas, encontrarte a poco más de 30 kilómetros al sudeste de Washington expediciones de gente equipada con prismáticos y cámaras fotográficas, con ánimo más parecido al de los que hacen safaris africanos que al de los habitantes de las afueras de una gran ciudad. Pero tampoco es muy habitual que a poco más de 30 kilómetros al sudeste de Washington haya cebras fugitivas que campen libremente por el área metropolitana de la capital del país.

La aventura empezó hace unos tres meses, cuando tres cebras se escaparon de una granja de animales exóticos. En los bosques y zonas semirrurales de los alrededores de Washington es usual encontrar ciervos y algún zorro, pero nunca nadie se habría pensado que se podrían encontrar estas especies rayadas.

Las tácticas para atraerlas y atraparlas se han basado en una única premisa: tentarlas y acorralarlas. Planes más agresivos, como ir de cacería con tranquilizantes y cuerdas, son demasiado peligrosos, tanto para los animales como para los vecinos. Así, la estrategia de paciencia y serenidad, que de momento no ha dado ningún fruto, está haciendo las delicias de los habitantes del condado.

Las batidas ciudadanas no son para atraparlas sino para verlas, fotografiarlas y animarlas a seguir su vida en libertad. Los hay que siguen todos sus rastros en las redes sociales, indagan entre fotografías y vídeos de los que las han visto, diseñan patrones de conducta de los animales y dedican horas a esperar, con unos prismáticos y los dedos cruzados, para verlas.

Cada vez que alguien las encuentra los informativos de las televisiones locales dedican infinidad de minutos para reproducir las imágenes, averiguar dónde se grabaron, entrevistar al afortunado. Han surgido cuentas en las redes sociales (@MarylandZebras) que adoptan su identidad y comentan la actualidad local desde su mirada. "Solo se trata de animar a los más débiles", decía a la prensa local el creador de la cuenta, Irfan Hussein. El último avistamiento colgado en la cuenta era del 5 de noviembre.

Una de ellas murió por una trampa ilegal

Con el paso de los días, sin embargo, ha ido tomando un aspecto dramático, y lo que era una historia de felicidad y libertad se ha convertido en una tragedia en construcción. El giro de guion inesperado fue a mediados de octubre: una de las tres cebras fugitivas murió deshidratada después de quedar atrapada en una trampa ilegal. Además, días después las autoridades confirmaban que dentro de la granja de donde se habían escapado estaba el cadáver de otra cebra, muerta por la desidia y el descuido del dueño.

La conmoción fue enorme. El propietario de la granja, Jerry Holly, se ha convertido en enemigo público número uno. Se le ha acusado de tres delitos de crueldad animal, por los cuales podría ser condenado a noventa días de prisión o a mil dólares de multa por cada infracción. No era la primera vez que cometía una imprudencia y maltrataba animales: de hecho, confesó que cuando supo que las cebras habían huido no tenía ninguna intención de recuperarlas.

El dilema es qué hacer con las dos cebras que todavía están libertad, fugitivas del trato descuidado del que fue su amo. Los expertos aseguran que no deben de estar sufriendo mucho: se alimentan de hierba y viven la mar de bien alejadas del ruido y el tránsito humano. De hecho, no se cree que marchen muy lejos de la granja de la que huyeron.

Las autoridades están dispuestas a seguirlas buscando para devolverlas a su hogar de origen, y el último plan, el que tendría que ser definitivo, es poner pequeños grupos de cebras repartidas por la zona donde se las ha visto por si, en un ataque de añoranza, deciden volver por su propio pie.

stats