Los escándalos de Boris Johnson

Scotland Yard investigará las fiestas de Boris Johnson

El jefe de la policía metropolitana de Londres confirma que han abierto diligencias sobre 8 de las hasta ahora 17 celebraciones conocidas

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Portada de la edición impresa de The Guardian de este martes

LondresMás problemas todavía para un Boris Johnson que aparece, ahora sí, prácticamente al final del camino, si bien es imprevisible cuándo puede recibir el golpe de gracia. A raíz de los diferentes episodios del Partygate –las fiestas en Downing Street y Whitehall durante los confinamientos–, Scotland Yard ha anunciado este martes que investigará al menos 8 de los 17 encuentros que han tenido lugar, según el recuento que hasta ahora han hecho los medios de comunicación británicos. El último, el del 56º aniversario del propio Johnson, que fue el 19 de junio de 2020, según el capítulo diario que difundió ayer noche ITV News.

"Puedo confirmar que la Met [policía metropolitana] está investigando una serie de acontecimientos que han tenido lugar en Downing Street y Whitehall en los últimos dos años en relación con posibles incumplimientos de las regulaciones del covid-19", ha dicho la número 1 de Scotland Yard, Cressida Dick, en la asamblea del Ayuntamiento de Londres.

Paradójicamente, la investigación policial puede dar un poco más de tiempo a Johnson. Porque el esperado informe de Sue Gray, la funcionaria del Estado que investiga los hechos por encargo del propio premier, se retrasará justamente para no interferir en la investigación policial. A estas alturas, cuando todavía no hace ni una hora que Scotland Yard ha hecho el anuncio, es imposible calibrar el impacto que la noticia puede tener entre los diputados conservadores, muchos de los cuales esperaban las conclusiones de Gray para decidir si presentaban o no una carta para desatar una cuestión de confianza contra Johnson. Hacen falta 54 para iniciar el proceso.

El riesgo que corre el partido conservador, sin embargo, es que durante el retraso en la publicación de la investigación interna se vea salpicado por todavía más informaciones que afecten aún más a la credibilidad del primer ministro y de un gobierno que ya parece que solo vive para defender al prácticamente indefendible Johnson, si se tienen en cuenta las muchas evidencias que se han presentado.

"¡Feliz cumpleaños, primer ministro!"

La información sobre la fiesta de cumpleaños la ilustra esta mañana la prensa con la imagen de un lozano Boris Johnson con un apetitoso pastel en las manos. Tres de las portadas de algunas de las cabeceras más influyentes la han recuperado de los archivos. En páginas interiores, el resto de medios también la publican.

La instantánea la captó Andrew Parsons, el fotógrafo oficial del primer ministro de Reino Unido, un hombre que a lo largo de los años ha tenido un acceso privilegiado no solo a Johnson sino a muchos de los dirigentes del Partido Conservador. El pastel se lo habían ofrecido el 19 de junio de 2020 en la escuela Hemel Hempstead, de Hertfordshire, un contado al norte del gran Londres. Horas después, en Downing Street le ofrecían otro, en esta ocasión con la Union Jack (la bandera británica) como decoración.

El país vivía entonces en pleno confinamiento pero treinta personas asistieron a la fiesta, cuando las reglas obligaban a reuniones en interiores de no más de dos y en exteriores de no más de seis. Downing Street ha reconocido los hechos a pesar de que asegura que Johnson solo estuvo presente "diez minutos".

Diez minutos o media hora, la duración del encuentro, según ITV News, lo cierto es que Downing Street se ha convertido en un barco sin rumbo y los chistes y los juegos de palabras por el Partygate no cesan. A pesar de que es muy fácil, no por eso uno de los diputados más críticos contra Johnson, Andrew Bridgen, ha dejado de hacer uno más que evidente. Ayer noche, en declaraciones en el programa Newsnight, de BBC2, dijo: "Honestamente, creo que nadie ha malinterpretado nunca tan bien la descripción del trabajo de líder del partido como Boris Johnson". En inglés, party, fiesta, también significa partido.

De acuerdo con ITV News, Johnson se encontró con el pastel de aniversario encima de la mesa alrededor de la cual se reúne el gobierno y se toman las grandes decisiones políticas que afectan a todo el Reino Unido. Los presentes cantaron a Johnson el Cumpleaños feliz, cuando cantar en interiores también estaba expresamente prohibido entonces por la alta posibilidad de transmisión del virus.

El portavoz del primer ministro ha negado otra de las informaciones de la cadena de televisión, según la cual, al atardecer, Johnson y Carrie ofrecieron en su apartamento una fiesta más privada para "amigos de la familia". Más de dos habrían sido contrarios a la norma. Por esta razón, desde la oficina del premier se ha asegurado que se hizo una "barbacoa" en el exterior. Pero no se ha indicado el número de asistentes. Más de seis también habría sido ilegal.

Defensa de oficio

En la habitual comparecencia matinal de miembros del gobierno para lanzar los mensajes políticos del día, el responsable de Transportes, Graham Shapps, ha tenido que defender a Johnson, de oficio y más bien con poco convencimiento, tarea habitual los últimos días por parte de los diferentes ministros y diputados leales. "Él no organizó ninguna fiesta, alguien le obsequió con un pastel", ha dicho a Sky News. "Era su cumpleaños y la gente con la que se encontró trabajaba con él. No intento defender [el encuentro], esto es Sue Gray [la alta funcionaria del estado encargada de hacer un informe sobre el partygate] quien tiene que decidir si fue oportuno. Creo que podemos tener bastante claro [que] el primer ministro no se ofreció un pastel a sí mismo. He explicado mucho que estoy furioso con todos los que rompieron las reglas y mucha gente considerará que quizás las transgredió sin quererlo durante los periodos de confinamiento".

Más allá de matices, lo cierto es que la presión política sobre Johnson no se para y que su ex asesor principal, Dominic Dummings, ha advertido de nuevas alegaciones igual o todavía más perjudiciales si los conservadores no se deshacen de él.

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