Estados Unidos

Una sentencia "rara": las absoluciones más sonadas antes de la de Floyd en los EE.UU.

Solo siete policías han sido condenados por asesinato desde el 2005, de un total de 140 casos judiciales abiertos

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Un manifestante en las protestas contra la violencia policial

Hasta que el juez leyó el veredicto dictado por el jurado, nadie daba por hecho que el policía Derek Chauvin acabaría en la prisión. Ni siquiera la grabación en la que se ve cómo el agente mantiene presionado el cuello de George Floyd durante cerca de diez minutos, hasta que expira su último aliento, era garantía de nada. Teniendo en cuenta los precedentes, de hecho, un veredicto condenatorio es mucho más extraño que una posible absolución. Comentaristas, activistas y el propio presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, admitían que una condena como esta era "rara" y que se habían tenido que dar circunstancias muy excepcionales, incluido el vídeo viral de 9 minutos y el movimiento de protesta por los derechos civiles más grande en muchas décadas, para poder conseguir finalmente un veredicto de culpabilidad por asesinato.

La expectación mediática del caso Floyd no es nueva, pero sí lo es el resultado. Antes hay otros casos en los que, a pesar de la indignación popular, los acusados han conseguido evitar la condena o incluso el propio juicio. Según el recuento que hace el criminólogo Philip Stinson de la Bowling Green State University en Ohio, la policía norteamericana mata a disparos cada año a unas mil personas. Pero desde el 2005, solo 140 agentes han sido acusados y procesados por alguna de estas muertes, y de estos solo siete han sido condenados por asesinato, como Chauvin. De los 97 casos que ya se han resuelto, más de la mitad fueron desestimados por el juez o bien acabaron en absolución, y en los 44 que sí acabaron en condena la mayoría fue por cargos menores.

Desde el histórico caso de Emmet Till, el niño de 14 años que en 1955 fue torturado hasta morir por haber silbado supuestamente a una chica blanca, ha habido muchos casos que han llegado a las portadas de los diarios dentro y fuera de los Estados Unidos, pero no han conseguido lo que ha conseguido el de George Floyd. La madre de Emmet Till decidió dejar el ataúd abierto durante el funeral de su hijo para que todo el mundo pudiera ver cómo lo habían dejado sus asesinos, unas imágenes que también dieron la vuelta al mundo, pero los dos acusados fueron absueltos. Desde entonces, casos más recientes han acabado del mismo modo.

Michael Brown: seis disparos contra un chico desarmado, pero ninguna imputación

MIchael Brown, el joven de 18 años muerto a tiros por la policía cuando levantaba las manos, en Ferguson (Misuri) en 2014.

El caso de Michael Brown marca otro hito de la lucha racial norteamericana. El asesinato de este chico de 18 años a manos de un policía blanco, Darren Wilson, que le propinó seis disparos, dos de los cuales en la cabeza, a pesar de que tenía las manos en alto en señal de rendición, desencadenó una protesta masiva en Ferguson, la ciudad de Misuri donde se produjeron los hechos, que acabó con importantes disturbios y enfrentamientos con la policía y la Guardia Nacional. Fue la chispa que engendró el movimiento Black Lives Matter, que después de la muerte de George Floyd ha vuelto a coger las riendas de la indignación por el racismo policial en los EE.UU.

El asesinato de Brown tuvo lugar el 9 de agosto del 2014 y unos tres meses después, el noviembre de aquel año, se hacía público que un jurado había decidido no imputar ningún cargo al policía acusado, que simplemente renunció al cargo unos días más tarde. En las protestas masivas que siguieron aquella decisión, los cánticos de los manifestantes reproducían las últimas palabras de Brown (que según los testigo dijo "no disparáis") con una expresión que se convirtió en uno de los muchos lemas que ha ido adoptando la protesta racial: "Mans en alto, no disparáis".

Eric Garner: "No puedo respirar"

Eric Garner repitió once veces "No puedo respirar" mientras el policía Daniel Pantaleo lo intentaba inmovilizar con una clave de estrangulación prohibida por la policía de Nueva York, pero no ilegal. Unas palabras que también han inspirado infinidad de protestas desde entonces y que han dado la vuelta al mundo, como el vídeo viral de su detención en las calles de Nueva York el 17 de julio del 2014, solo un mes antes de la muerte de Michael Brown. Garner era un hombre corpulento de 43 años que tenía asma y lo detenían por vender tabaco ilegalmente en la calle.

Pero ni el vídeo viral de los hechos ni las protestas masivas posteriores consiguieron el milagro, y en diciembre de ese año un gran jurado de Nueva York decidió también, como en el caso de Brown, no presentar cargos contra el policía. Las protestas se esparcieron por varias ciudades de los Estados Unidos al grito de "No puedo respirar", pero nada cambió.

Tamir Rice: el niño de 12 años con una pistola de juguete

En el caso de Tamir Rice también hubo un vídeo, que mostraba cómo el policía Timothy Loehmann disparaba contra el niño solo unos segundos después de llegar hasta donde estaba, sin hacerle ninguna pregunta. Tamir tenía 12 años y estaba en la calle, en Cleveland (Ohio), con una pistola de mentira en la mano. Algún vecino llamó a la policía para alertar de que un chico negro se paseaba por el barrio apuntando a la gente con un arma.

Tampoco se procesó al policía, que tres años más tarde fue despedido por haber mentido en su solicitud de entrada en el cuerpo: ocultó que había sido declarado mentalmente inestable en un trabajo anterior. En diciembre del 2020, el departamento de Justicia cerró definitivamente la investigación del caso diciendo que no había suficientes pruebas como para presentar cargos.

Philando Castile: una muerte retransmitida por Facebook

Se publica el vídeo del tiroteo a Philando Castile

El caso de Philando Castile también fue muy sonado, sobre todo porque su novia lo grabó todo y lo retransmitió en directo a través de Facebook. El hombre, de 32 años, recibió siete disparos de un policía que lo había parado por una infracción de tráfico y sin moverse siquiera del asiento del piloto. Un caso que sacudió también a Minnesota, porque tuvo lugar en Falcon Heights. El agente, Jerónimo Yánez, se asustó porque Castile llevaba un arma de fuego con licencia en la guantera.

El veredicto, del año 2017, lo declaró "no culpable" del cargo que se le imputaba, homicidio en segundo grado. Era la primera vez que un policía se enfrentaba a cargos criminales por la muerte de un afroamericano en Minnesota, pero acabó en absolución.

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