Europa

La UE, los EE.UU., el Reino Unido y Canadá se coordinan para aprobar sanciones contra China por la represión a los uigures

Pekín responde con represalias contra la UE y avisa de que las medidas "socavan gravemente" las relaciones

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El Alto Representante de la UE, Josep Borrell.

BruselasEn la primera acción internacional coordinada desde que Joe Biden tomó posesión del cargo, la Unión Europea, los Estados Unidos, el Reino Unido y Canadá han aprobado este lunes al mismo tiempo aplicar sanciones a cuatro altos funcionarios chinos y a una entidad por vulneraciones de los derechos humanos en la región de Xinjiang contra la minoría musulmana uigur. Es la primera vez que la UE toma una medida de este tipo contra Pekín desde el embargo de armas por la masacre de la plaza de Tiananmen del 1989, y sus consecuencias diplomáticas no se han hecho esperar. Pekín ha respondido con tono grave al cabo de pocos minutos con un anuncio de sanciones a diez personas (eurodiputados, parlamentarios y académicos) y cuatro organizaciones, entre las cuales la que reúne a los embajadores del Comité Político y de Seguridad de la UE.

"En medio de una creciente condena, China sigue cometiendo un genocidio y crímenes contra la humanidad en Xinjiang", ha denunciado el secretario de Estado de los EE.UU., Anthony Blinken, que justo este lunes llegaba a Bruselas para participar en una reunión de la OTAN y reunirse también con los líderes de la UE. El jefe de la diplomacia norteamericana ya tuvo su propia trifulca con China el viernes en su primera cumbre bilateral, y este lunes ha sumado fuerzas con los aliados europeos, Canadá y el Reino Unido para mantener una posición de fuerza ante Pekín. Los EE.UU. ya habían aprobado sanciones a empresas chinas el año pasado por los uigures y había calificado el caso de "genocidio", una declaración que también aprobó este mismo enero el Parlamento de Canadá.

Los cuatro funcionarios sancionados ahora por las potencias occidentales son representantes del gobierno de Pekín en la región de Xinjiang y considerados responsables del "diseño e implementación" de la represión de la minoría uigur. Está el dirigente del programa de adoctrinamiento y de vigilancia que, según la ONU, ha supuesto el internamiento en campos de más de un millón de personas de esta minoría. También hay tres funcionarios responsables de detenciones arbitrarias, violaciones "sistemáticas" de la libertad de religión y de haber elaborado un programa para rastrear a millones de uigures. Finalmente, se castiga la Oficina de Seguridad Pública del Cuerpo de Producción y Construcción de Xinjang, que se considera responsable de aplicar las políticas de represión.

Las sanciones forman parte del nuevo régimen del que se dotó la Unión a finales de este año para condenar de manera más efectiva las vulneraciones de derechos humanos, la llamada ley Magnitsky europea. Entrar a formar parte de esta lista negra implica la congelación de activos en la UE, la prohibición de viajar en territorio europeo y de recibir cualquier tipo de asistencia financiera.

La indignación de China

Y mientras los ministros de Asuntos Extranjeros europeos estaban reunidos han recibido la respuesta china. "Hemos sabido durante la reunión que China ha respondido con medidas, son lamentables e inaceptables. No habrá ningún cambio en la determinación de la UE para defender los derechos humanos, sea donde sea que se hayan cometido. Queremos que China se implique con la Unión para hablar de derechos humanos, no que siga confrontándose a ella", ha dicho Josep Borrell.

El comunicado del gobierno chino demuestra contundencia e indignación: "Este movimiento se basa solo en mentiras y desinformación, distorsiona los hechos e interfiere gravemente en los asuntos internos de China, vulnera de manera flagrante la ley internacional y las normas básicas de las relaciones internacionales y socava gravemente las relaciones entre China y la Unión Europea". Con este mensaje China anunciaba represalias de la misma índole contra los eurodiputados que constituyen el subcomité de derechos humanos del Parlamento Europeo, pero también contra el académico Adrian Zenz, una de las voces más críticas a nivel internacional sobre los abusos contra esta minoría musulmana. Entre las cuatro organizaciones castigadas hay un think tank alemán especializado en China y el Comité de Seguridad del Consejo de la Unión Europea.

La relación entre la UE y China pasa por horas bajas. Desde el 2019 el bloque comunitario ha subido el tono contra el gigante asiático. Primero cambió el enfoque internacional y pasó de ver a China como "un socio" estratégico a considerarla un "rival sistémico". Después, la pandemia del coronavirus dejó a cuerpo descubierto la dependencia europea del país asiático a la hora de abastecerse de medicamentos y de equipación esencial, cosa que ha dado impulso a la tesis de que la Unión necesita más "autonomía estratégica" en el ámbito comercial e industrial. Lo demuestran la nueva hoja de ruta en política comercial presentada por la Comisión Europea o el mecanismo de control de inversiones aprobado en plena pandemia y que pretende controlar, e incluso parar, las inversiones chinas en sectores estratégicos europeos.

Además del ámbito económico, la UE no había ido más allá de las palabras y las declaraciones de condena, por ejemplo, con las vulneraciones de la autonomía de Hong Kong. Borrell mostró su "rechazo" dialéctico a la aprobación de la ley de seguridad sobre Hong Kong, pero defendió que las sanciones no resolverían el problema. Ahora el enfoque ha sido muy diferente. Este lunes también se han incluido en la lista de sancionados responsables de la represión en Eritrea, Libia, Corea del Norte, Rusia y Sudán del Sur. La primera vez que se usó el mecanismo contra vulneraciones de los derechos humanos en la UE fue hace unas semanas para sancionar a altos cargos rusos por el encarcelamiento del opositor Aleksei Navalni.

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