Italia

La última gran estafa en Italia: vender pasaportes de un país inventado

Una trama de exmilitares y médicos antivacunas se inventa un falso estado en la Antártida y engatusa a más de 700 personas

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Una furgoneta del Carabinieri en una imagen de archivo

RomaEn la década de 1960, Totó, el cómico y actor napolitano más popular del siglo XX, consiguió cerrar con éxito un negocio redondo: vender la Fontana de Trevi a un turista norteamericano poco avispado haciéndose pasar por el legítimo propietario del conocido monumento. La estafa más famosa en el país transalpino forma parte de la comedia italiana Totòtruffa 62, dirigida por Camillo Mastrocinque, pero la realidad a menudo supera la ficción. Es lo que ha pasado en Italia, donde la policía ha desarticulado una red de estafadores que habían creado un país ficticio con ventajas fiscales e incluso una presunta nacionalidad acompañada de documentos falsos.

Una docena de personas han sido arrestadas y 30 más están siendo investigadas acusadas de los delitos de conspiración, fraude, fabricación y tenencia de documentos falsos y blanqueo de dinero. Entre ellas hay varios exmilitares y policías jubilados, abogados e incluso médicos antivacunas a los cuales se les había prohibido ejercer en Italia. Según las primeras investigaciones, más de 700 personas habrían pagado hasta 1.000 euros que depositaban en una cuenta con sede en Malta para obtener la falsa nacionalidad. Las autoridades locales calculan que los delincuentes, que usaban una página de Facebook actualmente inaccesible para captar adeptos, habrían obtenido más de 400.000 euros. Las autoridades italianas todavía no han conseguido aclarar desde cuándo funcionaba la estafa.

Algunos documentos en los presuntos cerebros del fraude están datados en 2011, año de la falsa fundación del país, aunque las referencias en las redes sociales existen solo desde 2015. El Estado Teocrático Antártico de San Giorgio, como había sido bautizado, estaba gobernado por un jefe de estado, varios ministros y otros cargos institucionales ocupados, entre otros, por un exgeneral de la Guardia de Finanzas, Mario Farnesi, de 72 años, y un exmariscal de los Carabinieri, la policía militar italiana, Emanuele Frasca. Este último, de 56 años, se había autoimpuesto el título de príncipe y era uno de los principales líderes junto con Damiano Bonventre, un exmiembro del cuerpo militar de la Cruz Roja que ejercía de teniente general del Estado. Entre los arrestados también se encuentra Roberto Petrella, de 73 años, un ginecólogo conocido por haber difundido mentiras sobre el covid-19. A sus pacientes, Petrella les habría recetado durante la pandemia fármacos considerados inadecuados por las autoridades sanitarias italianas y, al menos uno de ellos, habría muerto.

Estado Teocrático Antártico

Los responsables del Estado Teocrático Antártico de San Giorgio aseguraban tener la soberanía de un territorio de la Antártida, que incluso indicaban con las coordenadas, donde habían fijado una capital ficticia bautizada como la Estación Ciudad de Santa Ana. El domicilio social era en una notaría ubicada en la ciudad suiza de Lugano. El estado ficticio tenía incluso varios diarios falsos, La Teocrazia y The Antarctic Tribune, de los cuales habían publicado algunos enlaces en la página de Facebook para hacer más creíble su estafa, aunque todas las comunicaciones oficiales eran transmitidas a través de una especie de boletín oficial del estado denominado Gaceta Oficial. Llegaron a publicar una “Carta Constitucional” de 94 artículos.

Aparte de la venta ilícita de documentos de identidad y nacionalidad falsos, los estafadores consiguieron recaudar dinero con la venta de falsos títulos nobiliarios o parcelas de tierra en la Antártida. En otra ocasión, los responsables solicitaron dinero a sus ciudadanos para adquirir una isla griega a través de la cual expandir sus territorios. Los estafados eran seducidos para conseguir la falsa nacionalidad con la promesa de obtener a cambio importantes beneficios fiscales, como un impuesto único del 5%, así como la posibilidad de no tener que vacunarse contra el covid-19, obligatorio en el país transalpino para poder trabajar y acceder a los lugares de ocio hasta la primavera pasada. Los cerebros del fraude habían facilitado a los estafados documentos que presuntamente los permitían oficializar la expatriación e incluso, en algunos casos, falsos carnés de conducir.

Las primeras investigaciones las empezó en abril de 2021 la fiscalía de Catanzaro, en el sur de Italia, que ordenó registrar el domicilio de dos personas por tráfico de drogas, que aseguraron que eran ministras del Estado Antártico de San Giorgio. Entonces, el abogado de los acusados, Luigi Ciambrone, afirmó que “el Estado Soberano Antártico de San Giorgio había sido reconocido objeto de derecho internacional, con la calificación de estado independiente” por la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (Ecoswas), a través de un documento firmado en Nigeria en mayo de 2019. Una justificación que no les ha servido para evitar el arresto domiciliario de al menos una docena de acusados.

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