África

Los yihadistas elevan la ofensiva matando a extranjeros en el norte de Mozambique

Los terroristas del Estado Islámico controlan la ciudad de Palma y Portugal envía militares

David Soler Crespo
3 min
Gente con bolsas que huye de los ataques del Estado  Islámico en Palma, al nordeste de Mozambique.

Mientras el mundo centraba su atención en el barco encallado en el canal de Suez, el Ever Given, centenares de mercantes se desviaban hacia la ruta comercial que resigue la costa africana oriental bordeando el continente, desconocedores de que a unos kilómetros de su recorrido se libraba una batalla por la vida. Al menos 100 yihadistas irrumpieron el pasado miércoles en la ciudad de Palma (en la provincia de Cabo Delgado, en el norte de Mozambique) matando a civiles indiscriminadamente: especialmente a los cristianos. Después de asesinar y decapitar a varias personas, los terroristas dieron un paso más y se dirigieron al hotel Amarula Lodge. Allí se alojaban 170 extranjeros, en su gran mayoría relacionados con el negocio del gas natural en la región. Los atacantes rodearon el hotel el jueves y cortaron la salida por mar. Al día siguiente los civiles intentaron huir en un convoy de 17 vehículos, pero tan solo 7 lo consiguieron. Miles de personas de las 75.000 que habitan la ciudad han huido como han podido, con hasta 1.300 personas evacuadas por mar por ONGs hacia Pemba, la capital regional.

Este lunes el ministro de Defensa de Mozambique confirmaba la muerte de decenas de personas, siete de ellas al menos de entre las que intentaron huir del hotel. Poco después, el Estado Islámico de África Central reivindicaba la autoría del ataque, elevaba la cifra de muertos a 55 personas y confirmaba que tienen el control de la ciudad de Palma. De momento se desconoce el número exacto de víctimas y las nacionalidades, puesto que todavía hay centenares de desaparecidos.

Proteger al presidente

Este ataque es el sexto en lo que llevamos de año a la región y el más significativo de todos los que ha habido hasta ahora. Es el primero en el que directamente atacan a extranjeros y el más próximo a la península de Afungi, a diez kilómetros de donde se encontraban los proyectos para la extracción de gas natural licuado de la empresa Total. La compañía francesa había frenado en enero su proyecto de más de 20.000 millones de dólares ante la inseguridad, pero la semana pasada anunció que retomaba la actividad al asegurar que estaba garantizada la seguridad de sus trabajadores. Después del ataque han dado marcha atrás y han confirmado que suspenden indefinidamente el trabajo.

Mapa Palma Moçambic

El descubrimiento de gas natural en 2010 en la cuenca Rovuma prometía cambiar el panorama de Cabo Delgado, la región más empobrecida y subdesarrollada del país con las vecinas Niasa y Nampula. Los pronósticos auguraban que en 2025 Mozambique pasaría a ser el segundo exportador de gas del mundo por detrás de Qatar y un país de ingresos medios para el final de la década. Esto era sin contar con los terroristas, que ahora controlan la zona que prometía traer riqueza al país.

Hoy muchos se preguntan cómo fue posible que los asaltantes entraran con tanta facilidad en Palma. Las autoridades tenían que estar alerta después del aumento de los incidentes en el último año y la captura por parte de los extremistas de la ciudad costera de Mocímboa da Praia. Pero el diario nacional Carta asegura que el ataque fue posible porque muchos militares se habían desplazado a la ciudad de Montepuez. ¿El motivo? Velar por la seguridad del presidente, Filipe Nyusi, que había ido ahí para participar en la clausura de un acto institucional.

Portugal envía militares

En septiembre el gobierno de Mozambique pidió a la Unión Europea el envío de tropas para apoyar a su ejército. A pesar de acceder para la formación técnica, nunca ha habido una respuesta internacional estable. Después de este último ataque, Portugal ha anunciado una expedición de 60 soldados para apoyar a Mozambique. "La situación es difícil, seguimos sin tener comunicación con la ciudad de Palma", ha explicado este martes el ministro de Exteriores portugués, Augusto Santos Silva, que ha añadido que el equipo enviado está liderado por la cónsul general portuguesa en Maputo "con la misión de identificar y contactar, sistemáticamente, con todos los portugueses que se encuentren en esta ciudad". Santos Silva ha admitido que desconocía cuántos nacionales portugueses viven en Pemba, donde hay establecidas 15 empresas portuguesas.

Posiblemente por este vínculo, y por su pasado colonial, el país luso es el más abierto a pedir más presencia militar en la zona. En enero ya reclamó a sus socios europeos el establecimiento de una misión militar permanente en Mozambique, como las que hay en Somalia o Malí.

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