El anuncio inoportuno del 'gobierno de todos'
Jueves por la noche parte del Telediario se emitía en directo desde Florejacs, debido a la gravedad del incendio que ha afectado a la Segarra. Toni Cruanyes estaba allí con mangas de camisa por las temperaturas tórridas que afectaban a la zona. Más de seis mil hectáreas quemadas y día de luto en toda Cataluña por los dos campesinos muertos en Agramunt. Nos ilustraban sobre la virulencia de un pirocúmulo de récord. Catorce mil metros de calor proyectado cielo arriba. Otro incendio en Lleida había obligado también a cortar la circulación de trenes de alta velocidad. Un panorama infernal y trágico a la vez, en el que vimos llorar a la gente que vive del campo y personas explicando el miedo que habían sentido. Y en la pausa publicitaria, nada oportunamente, apareció un anuncio de la Generalitat, "el gobierno de todos", que promocionaba el trabajo de los bomberos. Por supuesto, los bomberos no tienen ninguna culpa de esos graves incendios. El problema no es la labor de estos profesionales sino el tono del anuncio, poco adecuado para la jornada que se estaba viviendo.
Quim Masferrer expresaba su admiración a un bombero por las dificultades que supone apagar un fuego. El experto le recordaba que cada incendio es único y que es necesario analizarlo bien para prever su evolución. "¿Cómo lo hace eso?", preguntaba Masferrer. Y el bombero le respondía: "Experiencia, tecnología y un equipo que se adelanta al incendio y analiza y prevé posibles afectaciones a la población". Y entonces el presentador, con ese tono tan característico de la frase final deEl forastero, hacía la sentencia definitiva: "Ojalá los bomberos de la Generalitat no tengan que trabajar mucho. ¡Deseo que este verano tengan muy poco trabajo!".
La labor de los bomberos de la Generalitat es encomiable y es uno de los cuerpos más prestigiados del Estado. Pero no era el día para programar esa campaña.
Justo cuando los bomberos están combatiendo las llamas en situaciones extremas y ha habido personas muertas por causa del fuego, el mensaje institucional parece ajeno a la urgencia del momento. El anuncio en plena pausa del Telediario transmitía un tono desacertadamente optimista y fuera de contexto. Está muy bien alabar el trabajo de los bomberos, concienciar sobre las dificultades y reconocer el riesgo de su oficio, pero hacerlo en las horas en que se está desarrollando la tragedia en directo puede parecer, sin quererlo, que se instrumentaliza la emergencia. En pleno impacto emocional por el desastre aparece un anuncio en un tono distendido y divulgativo que transmite una sensación de control y eficacia que no se ajusta a la crisis que se está viviendo en esas horas. Resulta cínico oír a Masferrer diciéndole al bombero "Deseo que tengan muy poco trabajo" cuando acabas de ver una situación de desbordamiento profesional. En la comunicación institucional, los tempos son importantes. Y enviar un mensaje en un momento inadecuado provoca un efecto inverso en la audiencia. El espectador siente que éste gobierno de todos que al final se anuncia no es el de todos, porque no va a la vez y parece insensible a la realidad del momento.
