'Como si fuera ayer': ¿cómo se hace la serie que acompaña a las digestiones de los catalanes?

BarcelonaLas series de los mediodías son ligeras, fáciles de seguir y tienen unas tramas que enganchan mucho. Desde 2017 Como si fuera ayer acompaña las digestiones de los catalanes y desde su estreno ha liderado a la audiencia en su franja de emisión. La séptima temporada, que termina este domingo con un capítulo especial que se emite en horario de prime time, ha acumulado de media 215.000 espectadores diarios y ha alcanzado una cuota de un 16,6%, una cifra superior a la media de TV3, que en junio fue de 12,9%. El episodio más visto de la temporada fue el del viernes 12 de julio, con 333.000 espectadores de media y una cuota del 23,2%.

La telenovela también triunfa en la plataforma 3Cat, donde acumula más de 20,4 millones de reproducciones, por lo que es uno de los contenidos más vistos. Como si fuera ayer encabeza todos los targets de edad de entre 25 y 75 años durante su franja de emisión, por lo que no es de extrañar que al menos una persona de tu alrededor la esté viendo. Laura Miquel es una de estas personas: "Me encanta mirar a todos los culebrotes de TV3 y no me planteé la opción de no mirar a este, aunque la trama no me interesaba", confiesa.

En los inicios de la serie, Laura Miquel la miraba cada noche con sus compañeros de piso y todos eran muy fans: "De hecho, nuestro grupo de WhatsApp se llamaba Bar Flora en referencia al bar de la serie", explica. Y es que una de las particularidades de Como si fuera ayer es que los personajes pasan mucho tiempo tomando cafés, haciendo el vermut o picando algo en Flora y en La Iaia, establecimientos de referencia del grupo del Reina Sibila. "Parece que sólo haya dos bares en Barcelona y cada día hacen gasto, ¿es que nadie trabaja?", comenta la espectadora. Por su parte, Carles Mallol, uno de los cocreadores de las tramas, explica que el hecho de que los personajes pasen mucho rato en los cafés y en los bares "es una de las particularidades asumidas por los espectadores y hace que no tengamos que explicar cada día por qué lo hacen; sabemos que tenemos unos sets y platós donde las historias deben pasar".

La 'biblia' de Como si fuera ayer

El equipo de guionistas de Como si fuera ayer lo componen 12 profesionales y está dividido en tres secciones por donde van rotando: la biblia, las escalerillas y los diálogos. La biblia se llama así porque está escrito el argumento de toda la temporada. Es, por tanto, donde se crean las historias. Se piensa un año antes de empezar a escribir la temporada y el equipo que trabaja lo conforman tres personas que cambian cada trimestre "para dar más vidilla en la trama". A menudo también participan guionistas externos a la serie, “que aportan una mirada nueva a la trama y así surgen nuevas historias”, apunta Mallol. "Hay momentos en los que pienso: «Ostras, aquí los guionistas se han lucido, parece que jueguen a quien la dice más gorda y que hayan cogido la idea más surrealista para ponerla en la serie. Es fantástico»", expone Miquel.

Luego está el equipo de escaletas, encargado de construir cada capítulo a partir de las historias escritas en la biblia: “Organizan el material del argumento para realizar los cinco capítulos que se emiten cada semana y estos son los que empiezan a trabajar tres meses antes de la emisión”, explica el guionista. Todo este proceso termina con el equipo de diálogos, que, como su mismo nombre indica, son los que dan forma a las réplicas de los personajes. Para él, la parte más divertida son las reuniones que hacen con el equipo dos veces por semana para gestionar las historias: "Nuestro ritual es desnudarnos -no físicamente-, y hemos conseguido una confianza y un nivel de creatividad que nos permiten contar historias que funcionan y tienen ritmo", afirma.

Drama, comedia y sentimientos

La séptima temporada ha tratado temas como las familias de acogida, separaciones o abusos sexuales. Mallol afirma que la serie no empezó siendo tan social como ahora, pero que ha ido creciendo y transformándose. "Mientras avanzábamos en la construcción de biblias nos dimos cuenta de que somos un altavoz muy importante y queremos aprovecharlo para hablar de historias con las que los espectadores puedan reflexionar". Desde el punto de vista de Miquel, en Como si fuera ayer estos temas siempre han estado presentes: "Se han puesto desde el principio, lo hacen bastante bien.Por ejemplo, con la violación de Silvia la pasada temporada, que tuvo evidentemente un eco muy bestia. Pero también se ha hablado de temas de abuso o de drogas, como con el personaje de Litus, y también hubo una temporada donde Eva tuvo un acosador, o cuando Andrés se contagió del VIH", expone. Anna Manso, guionista de la serie, añade que la trama de la violación de Silvia, durante la cual se habló también del consentimiento, coincidió mediáticamente con el juicio de Dani Alves por violación, algo que esta temporada ha vuelto a pasar: "La trama de los abusos sexuales de Maties se ha emitido cuando se volvía a hablar del tema por el documental que se emitió en TV3. Que haya pasado dos veces significa que hemos afinado la puntería ", declara.

Como si fuera ayer también trabaja muchas historias de amor y sentimientos, como la traición entre amigos, separaciones o relaciones fraternales. "En estos ocho años, el nivel de detalle y de análisis psicológico de algunos personajes nos obliga a exprimir el cerebro para buscar pequeños matices de los personajes", subraya el guionista. Desde su primera aparición en pantalla, los personajes han cambiado y evolucionado, en parte también gracias a los matices que les dan los intérpretes. Después de 7 años, el equipo ha cogido cariño a personajes como Marta, "que ha tenido una evolución muy bonita y ha sido capaz de abrir los brazos para ser familia de acogida de Joel, o Andreu, uno boomer de 50 años desubicado que interpreta Marco Cartas, que hasta ahora siempre había sido el hombre guapo de Catalunya", comenta Manso.

Las series diarias permiten dar mucha más amplitud y profundidad a los temas que tratan porque como cada semana se deben emitir cinco capítulos, es necesario alargar las historias en el tiempo. "No podemos hacerlas muy rápidas, nos quedaríamos sin material y deberíamos inventarnos 25 millones más cada trimestre", sostiene Mallol. del Maties ha durado todo un trimestre y su impacto en la trama ha sido grande. Sin embargo, a veces puede dar la sensación de que las historias se alargan demasiado y van lentas. basta, ¿no?» Pero otros van demasiado rápido y pienso que, por lo ocurrido, la persona debería estar traumatizada de por vida; pero no, al cabo de dos semanas ya se ha recuperado", comenta Miquel.

Capítulo final de temporada

El capítulo especial de final de temporada y el primero de la siguiente son algunas de las cosas que ya se plantean en la biblia: "Intentamos que desde el argumento inicial haya alguna excusa que haga que todo gire alrededor de esto, sea un entierro, una excursión, una desaparición… Buscamos algún mecanismo que pueda generar una estructura más cinematográfica que el resto de capítulos, que en el fondo son multitrama", explica Mallol. Estos capítulos especiales siempre son los que más sorprenden al espectador. "La muerte de Quim del final de la pasada temporada fue surrealista. Mi pareja no se creía que hubiera muerto, pero yo sabía que sí porque el actor quería dejar la serie", explica Miquel. De hecho, su muerte no estaba planeada en la biblia, lo que hizo cambiar los planes de los guionistas, que fueron los que decidieron su destino. "Podríamos haberlo enviado a Mallorca, pero como en esta serie no matamos a nadie, decidimos hacerlo para ver qué consecuencias traería", aclara el guionista.

Mallol apunta que el argumento de inicio de la nueva temporada lo reescribieron varias veces "no porque no estuviera bien, sino porque pensamos que, siendo la octava, teníamos que darle una vuelta más. Esto no quiere decir que habrá persecuciones de coches, pero nos rompimos los cuernos para que hubiera algo de diferencia". Manso añade: "Habrá mucho drama, comedia y también un regreso; gustará a los fans de Como si fuera ayer". Y sobre el capítulo final de la séptima temporada avanza que el espectador "puede esperar algo que no se espera".