Cora, la vecina generosa de Barcelona que esta Navidad ha recibido a una multitud de comensales en su casa, parece una bellísima persona. Pero hemos terminado hasta lo más alto, de su comida. La cantinela del "Cora, feliz Navidad! ¿Podemos venir a comer?" se ha repetido hasta extenuarnos. Sobre todo porque se ha vivido como el día de la marmota más allá de Sant Esteve. Superados los galets y los canelones, cada vez que se emitía el anuncio parecía que nos enviaran a la casilla de salida para volver a celebrar las fiestas. Se entiende que el Ayuntamiento de Barcelona tenga ganas de enviarnos buenos deseos por estas fechas, pero quizás no hace falta que insistan hasta el día de Reyes. La mesa infinita de la Cora, la canción del "pone un plato más a la mesa" y la guitarrilla han acabado por saturar. Collboni nos ha condenado a una Navidad infinita como si el calendario no avanzara.
El 'Telenotícies' aplasta la guitarra por Reyes
El Telediario mediodía del domingo centraba su atención, como es lógico, en el día de Reyes. Nos informaban de la última hora de los preparativos para recibir a Sus Majestades con todos los honores y nos mostraban imágenes de cómo habían desembarcado en el puerto de Mataró. Enseñaban la ilusión de los niños con la cabalgata y contribuían a crear esta atmósfera de magia de una jornada única según marca la tradición. También se informaba con rigor periodístico de la visita de los Reyes a Valls. Pellicer nos advertía del largo viaje que habían tenido que realizar los tres protagonistas. Entrevistaban a niños y niñas que explicaban cómo había sido la breve conversación con las autoridades para darles la carta. A continuación nos ofrecían el inevitable reportaje sobre los roscones, pastelerías, cifras de ventas y singularidades del manjar con todas sus especialidades. Y entonces el hechizo se deshacía de repente para ponernos al corriente de la campaña de Navidad y la repercusión en la economía. La noticia iba hasta una juguetería y destacaba la afluencia de adultos con el sospechoso aspecto de padres y madres desesperados comprando juegos y muñecos a última hora. "Muchos ya no encontrarán lo que buscan", decía la noticia. Y la dependienta aseguraba que hacía semanas que "ya no llega nada". En un esfuerzo fallido por disimular, la locución hablaba de "ayudantes de los Reyes que no han tenido suerte", pero ese supuesto paje que entrevistaban no hacía la pinta de ser de los que van en lo alto del carruaje. La sudadera, los vaqueros y las zapatillas más bien le delataban como un padre inquieto que no encontraba lo que le habían puesto en la carta. También admitía que intentaría ir corriendo a otra tienda a ver si tenía más suerte. La cámara mostraba el carro que arrastraba a una clienta, lleno de juegos y patinetes: "Otros compradores han sido más afortunados", y entrevistaban a estos compradores listando los productos conseguidos. Incluso se hablaba de pedidos de Glovo. A ver, si hacemos la comedieta, la hacemos hasta el final. Telediario puede ser un problema para muchos espectadores.