'Mañaneros 360', en La1 de TVE.
Periodista i crítica de televisió
2 min

El martes por la mañana, en Mañaneros 360, el magacín informativo sensacionalista de La 1, se hacían eco de una tragedia religiosa que se ha vivido en Sevilla con la virgen de la Macarena. El pasado fin de semana la sometieron a unos trabajos de conservación que indignaron a los feligreses. El artesano experto le modificó los pigmentos de los ojos, le redibujó la mirada y le añadió unas largas pestañas postizas. El resultado es una expresión más sofisticada y, sobre todo, más triste, porque ahora tiene los párpados más caídos. Los devotos están furiosos, porque dicen que su amada Macarena ha perdido la mirada de esperanza, que es el sentimiento que simboliza. La televisión mostraba la crisis frente a la basílica, con una congregación de personas llorando y gritando contra los responsables de la cofradía. "¡Su mirada está perdida!", "¡Su mirada ha cambiado!", "¡Han tocado lo que más amamos!", "¡Ahora está muy triste!"Un entrevistado vestido de negro anunciaba que iría de luto y cada día haría diez kilómetros de penitencia hasta que la virgen recuperara su mirada."¡No repintamos lo que no se puede pintar! ¡Todos sus pigmentos deben estar en su sitio!", protestaba. "¡ Estas pestañas deben estar abiertas para que su rostro tenga la expectación, ¡la esperanza!"El hombre decía que no podía volver a mirarla:"¡Me desmayaría ante ella! ¡Lo siento!" Cuando los tertulianos le quisieron convencer de que con los trabajos de corrección la mirada no era tan diferente, se enojó: "¡Esta mirada está dormida! ¡No mira a los feligreses!". E intentaba explicar el valor de la mirada original: "Esperanza ha llorado mucho por su hijo. Y cuando una ha llorado mucho, tiene los párpados abultados y oscuros. ¡Esto no es una pátina de barniz!~

La presencia de las cámaras ante la basílica extremó la emoción de los manifestantes y contribuyó a dramatizar el conflicto. Fuimos testigos de un espectáculo antropológico. barniz tenía que ver con una humanización de aquella figura. No era una escultura, por lo que se había producido una especie de profanación del cuerpo de la Macarena. cejas perfiladas y un maquillaje de ojos digno de una influencer del siglo XXI. Añadieron drama y docilidad a un rostro femenino que hasta ahora expresaba expectación y estupor. Le han hecho un lifting mediático y le han despojado de la narrativa sagrada. Queriéndole añadir más eficacia emocional, le han quitado la verdad que le atribuyen los devotos. La imagen de la Macarena no es lo que representa, sino lo que activa en los demás, y la televisión sirvió para estimular la catarsis colectiva propia de un sagrado ritual.

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