La IA de Google ya funciona en catalán (y Siri lo acabará haciendo)
El gigante de internet oficializa el apoyo a nuestra lengua con Gemini 3 Pro, que también llevará el catalán a los dispositivos Samsung y, de rebote, a la Siri de los iPhones. Todo esto mientras Sundar Pichai avisa de que la fiesta de la IA no va a durar para siempre.
BarcelonaSi alguien necesitaba una prueba de que la inteligencia artificial ha dejado de ser un juguete para convertirse en infraestructura crítica, bastaba con mirar hacia California el pasado martes. Google presentó a Gemini 3 Pro, su nueva bestia de procesamiento lógico y multimodal. Pero para los usuarios de aquí, la noticia no son los benchmarks ni la capacidad de razonamiento cuántico, sino una simple línea en las notas de lanzamiento que pone fin a una larga anomalía: el catalán es ya, oficialmente, una lengua compatible.
Hasta ahora, nuestra relación con la IA de Google era de tolerancia mutua. El chatbot nos entendía porqué se había tragado todo internet, Wikipedia incluida, pero no había ninguna garantía de servicio. Cómo vamos explicar al ARA, esta precariedad llevaba a situaciones esperpénticas como la de la IA de Meta en WhatsApp, que pese a saber catalán perfectamente tenía –y todavía tiene– la orden corporativa de hacerse la loca y responder con un lacónico "no hablo tu lengua" cuando le interpelabas en la lengua de Quim Monzó. Con Gemini 3 Pro, Google sale de su ambigüedad lingüística y sitúa al catalán al mismo nivel funcional que tienen ChatGPT (OpenAI), Microsoft Copilot y, sorprendentemente, la Qwen de Alibaba, por lo que se amplía el círculo de las grandes plataformas.
La lista de los treinta idiomas y la geopolítica del lenguaje
El catalán no llega solo a la fiesta. Con Gemini 3 Pro, Google ha añadido soporte formal para treinta nuevos idiomas que, si los ordenas por número de hablantes, revelan claramente dónde busca Google su próximo millar de millones de usuarios. La prioridad absoluta es el subcontinente indio y el sudeste asiático. Encabezan la lista gigantes demográficos como el bengalí –más de 230 millones de hablantes– y el urdu, seguidos de cerca por el indonesio, vietnamita, telugu, marathi y tamil. También se suman lenguas clave para la estrategia comercial como panjabi, gujarati, tailandés y persa. Más abajo encontramos el birmano, el amárico (Etiopía), el ucraniano –por razones evidentes de apoyo geopolítico– y el malayo.
El catalán aparece en el blog europeo de "retención de usuarios avanzados", junto con nuestros vecinos vascos y gallegos, y también hay otras lenguas estatales medias como el croata, el serbio, el eslovaco y el lituano. Que Google nos ponga en el mismo saco técnico que lenguas con estado propio y decenas de millones de hablantes como vietnamita o turco demuestra que la presión digital y la calidad del corpus de datos catalán tienen recompensa.
Pensar, ver y programar interfaces
Más allá de la lengua, ¿qué aporta realmente Gemini 3 Pro? La lista de novedades es técnicamente densa. La gran novedad es el modo de "Pensamiento profundo". Hasta ahora, los chatbots son como ese alumno que levanta la mano antes de que el profesor acabe la pregunta: rápidos, pero a menudo imprecisos. Gemini 3 Pro incorpora una fase de reflexión en la que el modelo evalúa varios caminos lógicos antes de empezar a responder. Esto se traduce en una gran mejora en matemáticas: en la prueba MathArena Apex, Gemini 3 Pro obtiene un 23,4% de aciertos, barriendo el ridículo 1,0% de GPT-5.1.3 Ya no es sólo un loro estocástico; ahora comienza a ser una calculadora razonable.
La segunda novedad son las interfaces generativas. Si le pide que planifique una ruta de fin de semana por la Garrotxa, no le devolverá sólo texto: puede generar, en tiempo real, un mapa interactivo y fichas de los hoteles, y crear una miniaplicación efímera sólo para usted. Esto se combina con el Vibe Coding, una forma de programar que ya ofrecen otros IA como Claude, en la que el usuario describe el vibe –la sensación– que quiere para una aplicación, y la IA se encarga de escribir el código, diseñar los elementos visuales y desplegarla.
La IA de Google en los móviles
Lo interesante no ocurre en el navegador web, sino en nuestro bolsillo. Gemini se está convirtiendo en la IA en la sombra de los móviles con sistema Android. Los Samsung con Galaxy AI ya integran funciones que beben directamente de la tecnología de Google. El caso más vistoso es la integración del modelo de imagen "Nano Banana" (oficialmente Gemini 2.5 Flash Image), que se ha incrustado en la galería de imágenes, lo que permite transformar una selfie en un personaje de cómic o borrar elementos de una foto sin tener que abrir ninguna aplicación externa. Samsung ha sido hábil: en lugar de crear su propia IA desde cero, ha "tuneado" la de Google para ofrecerle una mejor experiencia. Cuando Galaxy AI se actualice en Gemini 3, también debería llegar el catalán.
Y lo mismo debería ocurrir con los fabricantes chinos. El HyperOS 2.0 de Xiaomi integra a Gemini bajo la marca HyperAI para conectar aplicaciones entre ellas, lo que permite que una nota en el calendario genere automáticamente un recordatorio inteligente. Oppo, por su parte, ofrece el Mind Space, en el que es Gemini quien organiza el caos de ideas y archivos del usuario.
Sin embargo, la carambola más fascinante afecta a los usuarios de iPhone. Según Bloomberg, Apple ha acordado pagar a Google unos 1.000 millones de dólares anuales para que Gemini sea el cerebro de la siguiente generación de Siri, prevista para la primavera del 2026. Esto podría beneficiarnos a los catalanohablantes: Siri, que lleva años sorteando el catalán, podría heredar de repente la nueva competencia lingüística de Google. Después de tantos años gruñendo para que Apple añadiera nuestra lengua a Siri, resulta que la solución vendrá de la competencia. Si tiene iPhone, puede que acabe hablando con Google, aunque la voz sea la de Siri de siempre.
¿Cuánto cuesta la IA?
El uso individual de Gemini 3 Pro es gratuito con la aplicación móvil; en el ordenador es necesario pagar unos 22 € mensuales, que incluyen almacenamiento y otras prestaciones. Para empresas y desarrolladores –el mercado que realmente interesa a las compañías de IA– ya tenemos en marcha una guerra de precios: Google ha salido a morder y ha ofrecido un precio que busca dañar a OpenAI, aunque no es el más barato. Gemini 3 Pro se vende a 1,90 € por millón de tokens -la unidad de medida de las IA- de entrada y 11,40 € de salida, más que los 1,19 € / 9,50 € del GPT-5.1 de OpenAI pero considerablemente menos que los 2,85 € / 14,25 € del Claude Sonnet 4.5 de Anthropic. Google ofrece una ventana de contexto más amplia que justifica el sobreprecio respecto a OpenAI en tareas complejas, como analizar libros enteros de repente. Mientras, en India, la operadora Jio ya regala a Gemini 3 Pro a sus clientes, y nos recuerda que en la economía de la IA, los datos de los usuarios de los países emergentes valen tanto o más que los euros de los europeos.
Todo este despliegue tecnológico llega, paradójicamente, en un momento de incertidumbre máxima. Sundar Pichai, director ejecutivo de Google, aprovechó el lanzamiento para soltar una bomba informativa en la BBC: "Cuando la burbuja de la IA estalle, ninguna empresa será inmune, ni siquiera Google". Es insólito oír a un directivo hablar de "irracionalidad" y "burbuja" mientras presenta su producto estrella. Pichai admite, con la boca pequeña, que el ritmo actual de inversión –en el que se queman miles de millones en chips– no es sostenible. Google tiene el dinero para sobrevivir en invierno que vendrá, pero muchas de las start-ups que hoy florecen alrededor de la IA quizás no.
Para el usuario catalanohablante, la lección es doble. Celebramos que nuestra lengua ya tiene pasaporte oficial a la élite de la IA, pero hagámoslo con el escepticismo de quien sabe que utiliza una tecnología subvencionada por una fiebre inversora que, tarde o temprano, deberá corregirse. Aprovechémoslo mientras dure.