La televisión ha conmemorado el octavo aniversario del Desembarco de Normandía acercándose a este evento histórico a través de nuevas narrativas y medios. El informativo de la tarde de la cadena francesa TF1 ha ofrecido a sus espectadores una recreación histórica en 3D de esta operación que puso fin a la Segunda Guerra Mundial a través de un vídeo volumétrico en el que el periodista Yanni Khezzar se incorporaba dentro de los eventos como narrador. Empezaba dentro de la sala de mapas donde se tomaban las decisiones militares y, a continuación, aparecía dentro de uno de los aviones desde donde saltaron tres mil paracaidistas. Luego aparecía en plena nocturnidad de la costa francesa para ir relatando todo el despliegue de los soldados, hasta entrar dentro de un bunker. El periodista se expresa con el estilo de que lo haría un cronista, bajando el tono de voz si se requiere silencio o con más épica si es un momento de alta intensidad bélica, pero siempre mantiene la distancia informativa. Khezzar nunca se incorpora en los espacios como un personaje más de los que lo vivieron en primera persona, evitando caer en un protagonismo gratuito y en la banalización teatral de los eventos.
Pero, aunque la tecnología permite acercarnos a la historia con nuevos puntos de vista insólitos y privilegiados para entender mejor la evolución de los hechos, a veces las imágenes originales del Día D siguen siendo las más espectaculares.
Miércoles, en Telediario noche de TV3, Isabel Galí, la corresponsal en Francia, nos contaba una historia muy emocionante. El documentalista Dominique Laforge había encontrado unas imágenes inéditas de la operación que liberó a Francia de la ocupación nazi. Es una película que filmó el sargento del ejército estadounidense Richard Taylor. Ahora sus hijas han podido observar esos momentos tan intensos desde el punto de vista de su padre, que también cayó herido. El reportaje mostraba a las dos hermanas viendo el horror del que su padre fue testigo, cuyas imágenes dejó para la posteridad. "Están descubriendo los momentos más peligrosos de la vida de su padre", decía Galí, intentando que el espectador empatizara con la carga psicológica que tenía ese momento. “Yo esta parte no la conozco. Nunca supe cómo era mi padre antes de tenernos y nunca nos habló de ello. Es como si fuera atrás en la historia y tocara ese momento”, decía una de sus hijas.
Al final de la crónica, Isabel Galí tenía el acierto de conectar este aniversario de la liberación de Francia de la ocupación nazi con la actualidad, a las puertas de unas elecciones europeas y con el auge político de la extrema derecha.
Esta conmemoración, que nos hace revivir uno de los momentos clave de la historia mundial, permite hacernos reflexionar sobre cómo se percibirán en un futuro las guerras que estamos viviendo en nuestro presente. Como las imágenes de Ucrania o Gaza que aparecen en los informativos se interpretarán en la posteridad, dentro de ochenta años. Y qué lectura podrá hacerse del sentido y las consecuencias de estos conflictos.
