Joseph Oughourlian consigue la 'pax romana' en Prisa con el 99,52% de soportes

BarcelonaNo habrá (de momento) golpe de estado interno en Prisa. El presidente del grupo mediático, Joseph Oughourlian, ha logrado que su informe de gestión reciba el apoyo del 99,52% de los votos posibles en la junta de accionistas celebrada este miércoles. La clave para conseguirlo tiene una lectura política: ha dado marcha atrás en su intención de reducir el número de consejeros del grupo, en una maniobra que se interpretaba como una operación para ganar control y dejar fuera a quienes se han mostrado críticos con su liderazgo. El origen de la división es la decisión de Oughourlian de no optar a la televisión en abierto que quiere ofertar el gobierno de Pedro Sánchez. El máximo ejecutivo de Prisa lo consideraba un negocio dudoso, pero los consejeros más cercanos a la Moncloa empujaban a que el conglomerado se presentara a la adjudicación.

A pesar de la práctica unanimidad conseguida, Oughourlian se refirió al "elefante en la habitación" y, en su discurso, lanzó un aviso para navegantes: "Este grupo no es un juguete y no podemos distraernos con batallas internas, pero tampoco podemos tolerar que intereses particulares". Durante su intervención también lamentó que se afirme "con frivolidad" que el grupo planea venderse la editorial Santillana, dado que, según dijo, aporta la mitad de los ingresos de Prisa y el 70 por ciento de su ebitda. El empresario y accionista ha explicado que trabaja "en beneficio de todos los accionistas, todos los trabajadores y todos los acreedores". Y ha remachado: "Y de esa posición no me van a mover". En el capítulo de reñidos, también destaca que ha cifrado en 12 millones de euros añadidos el coste de la refinanciación de la deuda, debido a la incertidumbre generada por la batalla interna.

La junta ha votado asimismo la última ampliación de capital y aquí se ha dejado sentir la oposición de la familia Polanco, que ostentan un 7% de las acciones y fueron principales impulsores del grupo en sus inicios y, en concreto, del diario El País. También se han escuchado críticas de Adolfo Utor, dueño de Balearia y también accionista destacado del grupo, con un 5% de títulos, y una de las personas con las que se contaba para dar una mayoría alternativa que pudiera provocar un vuelco en la gestión de Prisa y alinearla de nuevo más estrechamente a los intereses de la Moncloa.

Oughourlian, por su parte, ha lanzado un mensaje conciliador, pero también se ha referido a la segunda estrategia emprendida por los accionistas rebeldes –tras ver que no podían armar una mayoría alternativa para desplazarle– consistente en este caso en intentar comprar con el grupo Alconaba los medios del grupo Prisa. En un encuentro posterior con periodistas, afirmó que no había habido ninguna oferta y que confiaba en que no habría ninguna tampoco en el futuro.