La periodista Alejandra Herranz conducirá al Telediario.
Periodista i crítica de televisió
2 min

Tras el desfile grotesco del lunes, el esperpento de La familia de la tele seguía el martes con la emisión regular de plató. Un show en el que, ante las audiencias mediocres del estreno, tuvieron que recurrir a las miserias propias del Sálvame: desde explotar los chismes de la hija de la Pantoja hasta un melodrama lacrimógeno con Lídia Lozano.

La deriva chabacana y decadente del entretenimiento de la cadena, sin embargo, ha tenido implicaciones más graves en la televisión pública. Los Telediarios molestan a los responsables del canal. Es fácil comprobarlo viendo que, desde este lunes, han acortado la edición del mediodía –el Telediario 1– veinticinco minutos. Hasta ahora duraba una hora. Ahora solo treinta y cinco minutos. El cambio se ha aplicado, qué casualidad, coincidiendo con la llegada, a golpe de gaita y platillos, de La familia de la tele. Se podría pensar que este recorte (que en ningún caso es anecdótico) obedece a un cambio de planteamientos informativos, o a una nueva orientación del enfoque de las noticias, o a una adaptación que cede espacio a los formatos digitales o al canal 24h. Pero hay un antecedente claro que es sospechoso.

Cuando La revuelta se estrenó en La 1, la edición de la tarde del Telediario también se acortó veinte minutos. De los sesenta originales pasó a cuarenta minutos. El cambio coincidió con el inicio de las emisiones de Broncano. En este caso, es fácil comprobar que la decisión no obedecía a un replanteamiento informativo. Y es que los viernes de los primeros meses, cuando no se emitía La revuelta, el Telediario seguía durando sesenta minutos.

El recorte de los Telediarios, por lo tanto, tiene un objetivo vinculado directamente con las audiencias y la lucha por el rating para hacer competir los nuevos formatos de entretenimiento con los de las cadenas rivales.

No es extraño concluir que los informativos molestan a los responsables de la cadena. Ya hace años que esta deriva chabacana en el entretenimiento es palpable. Que si Benidorm Fest, que si la degeneración de los contenidos de MasterChef, que si el bombo de Broncano... Con la priorización de La familia de la tele y gastándose medio millón de euros en el desfile, la dirección se ha coronado. No es casualidad. El nuevo director de contenidos de RTVE, Sergio Calderón, es un ex directivo de Mediaset, formado en marketing y gestión comercial y especializado en estudios de audiencias. En Mediaset fue el responsable de canales como Divinity, Energy y BeMad, cadenas temáticas de la TDT con una estructura de programación y de contenidos que nada tienen que ver con las necesidades y los estándares de una televisión pública.

La elección en La 1 de un entretenimiento vulgar y pobre en valores que prioriza las cifras de audiencia no es inocua. Recortar los Telediarios tampoco. Son los preliminares de la decadencia del medio, porque los informativos son el gran bastión de una televisión pública y lo que justifica su función.

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