El rey vuelve a dar un cuatro de cuatro en el quiosco de Madrid. Todos los diarios convierten en foto de portada su intervención en el Quirinal italiano, mientras que en Catalunya sólo La Vanguardia recoge el tema, pero en un módulo menor. Hay coincidencia entre los medios de Villa y Corte de destacar el carácter histórico de su intervención, y todas las coberturas destacan sobre todo una frase dicha por el monarca: “Hay pasados que no deben repetirse ni en caricatura". ¿Quién debe darse por aludido? Ah, chi lo sano.Es el sublime arte de la frase regia, que puede ser suficientemente ambigua para que te la compren diarios tanto de izquierdas como de derechas. 'Isabel la Católica. ¿Que no querías pasado?
¿Y en Italia? Poca cobertura de lo que en Madrid se ha vendido con tanta pompa. En La Stampa, por ejemplo, apenas una fotonoticia. Corriere della Sera sí que le dedica una pieza, pero habla de ello con términos más coloristas que políticos. La frase sobre el pasado que ha logrado todas las portadas a Madrid aquí queda relegada al penúltimo párrafo. En cambio, la crónica se inicia con perlas como: "Leticia, el experiodista que los italianos recordábamos entre lágrimas y vestida de negro entre los escombros valencianos, reapareció guapísima por la escalerilla del avión, in total white cómo se aviene a una reina católica". Lo mismo ocurre con la crónica de La Repubblica, que está igualmente teñida de rosa y arranca con "La visita de los reyes vecinos Felipe y Letizia tuvo el fulgor de los actores". La construcción mediática de Felipe como estadista de influencia internacional se construye en buena parte gracias a momentos así, en los que un periodismo cortesano construye un acto diplomático –un paseo, por solemne que sea– hasta convertirlo en un jabonoso acto de trascendencia política.