La mínima dignidad: decir que les han matado

No sé si el periodismo puede detener las guerras, pero identificar sin tapujos a quién asesina a quién es la mínima función que aún pueden realizar los medios de comunicación. Con la violencia machista se ha operado el cambio. Antes, en los titulares, a menudo leíamos cosas como "Muere una mujer...", con fórmulas cargadas de prudencia, pero que acababan ocultando o minimizando la otra parte de la ecuación en la mayoría inmensa de casos: "Un hombre mata...". Con el genocidio de Gaza ocurre algo similar: leyendo depende de qué medio, podría parecer que los palestinos tienen la refotuda manía de morirse un poco porque sí, para molestar, incluso. Este festival del eufemismo y el retorcimiento intencionado de titulares podía comprobarse estos días con la flagrante violación del alto el fuego por parte de Israel. El New York Times escribía: "No quedaba claro si los ataques efectivamente liquidaban el alto el fuego pactado entre Israel y Hamás que entró en efecto a mediados de enero". Y la CNN lanzaba el titular "Israel dice estar practicando «ataques extensivos» contra Hamás en Gaza y añadiendo dudas sobre el alto el frágil alto el fuego". Cuando los cadáveres se cuentan por cientos, quizás sería el momento de resolver las dudas y empezar a adoptar la certeza de que sí, de que alguien se ha pasado el alto el fuego por el Arc de Triomf.
Y lo que decíamos: aquella manía de esconder al sujeto activo. Titular del Guardian: "Se rompe el alto el fuego en Gaza y mueren más de 320 palestinos en ataques redoblados". La indignación hizo que, al poco, se cambiara la frase por "Israel revienta el alto el fuego y mueren más de 400 palestinos en ataques del ejército israelí". Ahora sí que el relato está bien enmarcado, pero sabe mal que tenga que estar en la segunda y por presión popular. Es el mínimo acto de dignidad que merecen las víctimas: que se señalen los verdugos.