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14/02/2025
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Hubo muchos años, muchos, en los que El Mundo mantuvo la herida abierta del 11-M, alimentando las dudas sobre la autoría del atentado. Su manía por endurecer a ETA el crimen le llevó a publicar unas cuantas exclusivas dudosas y algún ridículo sonado. A la hora de justificarse, el ex director del medio Pedro J. Ramírez venía a decir que ellos sólo habían hecho preguntas y exigido que la investigación fuera exhaustiva, por si había vínculos que ligaran al grupo vasco con los yihadistas. Vínculos que nunca han aparecido.

La furgoneta destrozada del atentado en las Ramblas de Barcelona el 17 de agosto del 2017.

Hagamos fast forward y pasamos ahora a los atentados de la Rambla. Este jueves declaró uno de los condenados por el 17-A y aseguró que el CNI sabía cuáles eran las intenciones del imán de Ripoll. El titular del diario, en portada, ha sido "El yihadista de las Ramblas agita la teoría de la conspiración de Puigdemont" y al subtítulo incluso se le cuela un poco de indignación por haberle dejado hablar: "El Congreso le permite atacar al CNI..." En la edición digital por otra antiinmigración y señalada por Junts al Congrés". Cierto es que el terrorista no ha aportado pruebas. Pero ¿dónde queda ese fervor de investigarlo todo hasta el final que El Mundo ¿exhibía con el 11-M? ¿Por qué se ataca gratuitamente a la hermana, que si ha sido distinguida por el Ayuntamiento ha sido por su expediente académico brillante en una labor asistencial en tanto que estudiante de enfermería? ¿Por qué ambas noticias empudegan Junts o Puigdemont, cuando de lo que aquí se trata es de saber si había alguna relación aviciada entre el imán, las fuerzas de seguridad españolas y los servicios secretos? Despacharlo como una teoría de la conspiración es un pretexto bastante tonto para mirar hacia otro lado y no investigar.

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