¿A qué precio cotiza el menor inmigrante en Madrid, Andalucía o Cataluña?

Gran parte de los medios han ido dejando atrás el acrónimo MENA para hablar de los menores de edad inmigrantes sin tutor, ya que resultaba deshumanizador. Pero esto no quiere decir que no sigan siendo moneda de cambio político, que es otra forma de reducirlos a un problema transaccional y desviar el foco del drama humano que hay detrás de este fenómeno. El pacto entre Junts y el PSOE ha sacado las garras a la prensa afín al PP, que se escandaliza porque Catalunya recibirá menos de 30 inmigrantes, mientras que Madrid tendrá que acoger a 700. La asimetría se explica, entre otros factores, por el esfuerzo ya soportado por lo que sabe la alfombra: mucho mejor pasar de puntillas sobre el criterio técnico y, en cambio, dedicar el espacio a explotar el enésimo falso agravio de los pérfidos catalanes. Además, al no existir un registro unificado por comunidades autónomas, Ayuso tiene vía libre para decir que ha acogido a más de 10.000, o de 30.000, si hace falta: inflar el dato es gratis. En El Mundo, por ejemplo, se dice que Andalucía acogerá más que ocho comunidades juntas. Dado que la aberración matemática es de la altura de un campanario porque se expresan en términos absolutos y no relativos, justo después admiten que en realidad la diferencia de censo es de sólo un millón y medio de habitantes, porque la comunidad presidida por Juanma Moreno es la más poblada de España, con mucha diferencia respecto a las de la cola.

Recordemos que hace sólo un día, este diario regañaba a Vox por sus posiciones antiinmigración. Pero, claro, si ahora una política distributiva equilibrada perjudica a su protegida editorial Ayuso, entonces hay que volver a problematizar a estos menores –que sí, que suponen efectivamente un reto– y desenterrar la retórica que sólo veinticuatro horas antes rechazaban. Todo muy coherente.