Crítica de serie

La infancia secreta de Cary Grant

La miniserie 'Archie' recupera los orígenes británicos de la estrella de Hollywood y se adentra en su matrimonio con Dyan Cannon

'Archie'

  • Jeff Pope para la ITV
  • En emisión en VOSC en Filmin

Cary Grant tuvo su primera y única hija, Jennifer, a los 62 años, junto a su cuarta esposa, Dyan Cannon, 33 años más joven que él. ¿Por qué uno de los hombres más seductores y deseados de la historia de Hollywood tardó tanto en ser padre? Ésta es una de las preguntas que quiere responder Archivo, la miniserie sobre el actor recién estrenada en Filmin. A través de cuatro episodios, esta producción británica se adentra en la vida, más que en la obra, de Grant. La serie arranca con el actor en plena gira del espectáculo A conversation with Cary Grant, unos encuentros con los fans que llevó a cabo en sus últimos años en los que contaba anécdotas de su trayectoria y respondía a cuestiones del público. Este formato permite lanzar algunos interrogantes sobre la biografía del protagonista del filme Perseguido por la muerte que la serie va contestando a través de flashbacks, sobre todo a dos etapas concretas. En los años sesenta, cuando conoce a Dyan, una joven actriz que no ha visto ninguna de sus películas pero que tampoco se conforma con ser una chica más en la larga lista de relaciones del actor. Y su niñez.

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Desde el primer episodio, los responsables restauran los orígenes ingleses de quien nació como Archibald Alexander Leach en Bristol en 1904, un pasado que el actor tuvo cuidado de esconder cuando ya enfilaba una carrera de éxito en Hollywood. La infancia de Archie Leach es digna de un cuento de Charles Dickens, con una familia pobre, un padre alcohólico y una madre trastornada por la muerte de otro hijo. El chico intenta dejar a la familia atrás lo antes posible a través del mundo del espectáculo teatral, que le facilita la llegada a Estados Unidos, donde no tarda en deshacerse del acento y cambiarse el nombre.

Las memorias de Dyan Cannon

La serie pone el atractivo de Grant y la elegancia que cultiva como reacción a la miseria en la que creció como el gancho que le abre las puertas de Hollywood. Para los más cinéfilos, la serie aquí puede perder parte del interés. Archie no sigue la carrera profesional de Cary Grant ni se explora su relación con figuras como Alfred Hitchcock, Grace Kelly o Audrey Hepburn, que sólo tienen apariciones puntuales a lo largo de la ficción. Archivo se centra sobre todo en la vertiente íntima de Grant en relación con su madre, su hija y sobre todo la tercera esposa, Dyan. Al fin y al cabo, el creador Jeff Pope se ha inspirado en las memorias de Cannon y en recientes entrevistas con ella y Jennifer, entre otras fuentes, para escribir la serie. La crisis del matrimonio por diferencias de edad y perspectivas centra buena parte de la historia. Por otro lado, apenas se abordan las parejas anteriores del actor y se pasa de puntillas sobre su posible relación amorosa con otra estrella de Hollywood, el actor Randolph Scott.

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El conflicto más interesante del protagonista se presenta en el tercer episodio, cuando el actor ya famoso regresa a Bristol en busca de su familia e inicia un proceso de reconciliación entre sus dos identidades, Archie y Cary. La serie también vive una cierta paradoja entre su vocación de título de prestigio, con unos altos valores de producción, el gusto por la narrativa no lineal y una mezcla de texturas (el falso súper-8) a veces algo caprichosa, y la caracterización tan poco carismática de figuras como Grace Kelly o Audrey Hepburn. A veces también cuesta ver a Cary Grant en la personificación que hace Jason Isaacs, pero en este caso hay un esfuerzo interpretativo que compensa la falta de semejanza.