La plataforma Max ha estrenado Surveilled: bajo escucha. Es un documental de sesenta minutos que sigue los pasos de la investigación que da el periodista Ronan Farrow sobre el sistema de espionaje del programa Pegasus. Su reportaje para la revista New Yorker dio la vuelta al mundo después de demostrar la compra por parte de los gobiernos y el uso fraudulento de esta tecnología. Su denuncia incluso provocó una reacción de la administración de Biden, aunque en el mismo reportaje se pone en evidencia la hipocresía de los gobiernos en torno a la utilización de estos programas de espionaje.
Ronan Farrow es conocido por haber dado solidez a las acusaciones de abuso sexual contra su padre, Woody Allen, y haber denunciado las violaciones de Harvey Weinstein que llevaron al productor a la cárcel. Precisamente durante la investigación del caso Weinstein él fue víctima de la implantación de este sistema de espionaje en su móvil y estimuló su interés. Con Surveilled muestra los detalles de la investigación sobre Pegasus que le llevan hasta Cataluña. Tras entrevistarse en Tel-Aviv con la compañía proveedora de esta tecnología y hablar con ex trabajadores que confirman su comercialización en países como España, Francia e Italia, profundiza en la detección de la implantación del Pegasus en los políticos independentistas para demostrar su uso fraudulento. Su interlocutor es Elies Campo, investigador del Citizen Lab en Catalunya. Campo demuestra, frente a Farrow, la existencia de los restos del malware en dispositivos telefónicos de eurodiputados y activistas, pero también de su familia. Sus padres, investigadores científicos, y su hermana también sufrieron el ataque de Pegasus. Surveilled no nos explica nada que no supiéramos antes sobre el espionaje a través de este software para combatir el independentismo. Pero a Farrow le conviene visualizarlo por sus características a nivel formal: desde el punto de vista de los espectadores estadounidenses, los miembros de la familia Campo son como ellos. Familias trabajadoras que viven en una cultura occidental, en régimen democrático, de clase media y que muestran una cotidianidad en la que cualquier otra familia estadounidense puede reflejarse. La vulneración de sus derechos no permite ninguna duda. Farrow lo utiliza para remover conciencias y demostrar cómo la democracia y los derechos humanos están en peligro.
Esta mirada de un periodista de prestigio que ha removido conciencias con otras investigaciones aporta una perspectiva internacional sólida en el #CatalanGate. En Catalunya servirá para activar de nuevo la indignación de un caso que ya llevamos años arrastrando. Pero a pesar de las graves acusaciones de espionaje ilegal con Pegasus que se hacen sobre el gobierno español, será difícil que los medios estatales se hagan eco. Porque, al igual que ya ocurrió con las grietas del poder judicial español, si el periodismo demuestra el juego sucio contra Catalunya, entonces miran hacia otro lado.