HBO vuelve a denunciar las atrocidades de la Iglesia

'Marcial Maciel: el lobo de Dios'.
Periodista i crítica de televisió
2 min

Hace seis meses, HBO estrenó El minuto heroico: Yo también dejé el Opus Dei, una serie documental dirigida por Mònica Terribas que descubría las atrocidades de esta secta a través de víctimas que lograron abandonarla. Ahora, la misma plataforma destapa los abusos y la corrupción del líder de los Legionarios de Cristo a través de algunos de los testigos que pudieron alejarse de esa congregación que, en cierto modo, rivalizaba con el Opus Dei a la hora de captar adeptos, más especialmente en México y Estados Unidos. En Marcial Maciel: el lobo de Dios, el periodista estadounidense Jason Berry, pionero en denunciar los escándalos de la Iglesia católica, define al protagonista como "uno de los mayores criminales de la Iglesia del siglo XX y, a la vez, uno de sus mayores recaudadores de fondos". Hace referencia a la gran cantidad de menores de los que abusó y cómo creó las estructuras y dinámicas religiosas para que otros muchos perpetuaran esta práctica. Maciel llegó a obtener unos ingresos anuales de más de 600 millones de dólares, el doble del presupuesto que en ese mismo momento tenía el Vaticano. Expandió sus tentáculos por más de veinte países a través de proyectos educativos y diversificó sus beneficios en paraísos fiscales. El papa Juan Pablo II convirtió la figura de Maciel en intocable dentro de la Iglesia. La protección del pontífice garantizó su etapa de esplendor e impunidad, pese a las investigaciones internas que lo señalaban como un corrupto, abusador y toxicómano.

El primer episodio sirve para glosar los orígenes familiares humildes del protagonista en México y cómo la Iglesia le facilita el ascenso social, favorecido por un poder de seducción y manipulación que explotó a lo largo de su vida. También se explica el proceso de fundación y expansión de su congregación, los Legionarios de Cristo. En España lo hará arropado por la dictadura y gracias al patrocinio del marqués de Comillas. Y de ahí hará el salto a Roma y a Estados Unidos. A pesar de ser un crescendo narrativo, Marcial Maciel: el lobo de Dios no acaba de profundizar debidamente en el esperpento del protagonista, que llegó a moverse por el mundo haciéndose pasar por agente de la CIA o profesor universitario y se convirtió en padre de familia en una doble vida inaudita. Los testimonios son magníficos, pero escasos, dispone de unas imágenes de archivo muy limitadas y necesita el soporte de las recreaciones para explicitar los episodios más sórdidos. Sin embargo, el relato de investigadores y periodistas permite delatar las atrocidades de Maciel. Con todo, nunca se utiliza el término secta aunque las estrategias de funcionamiento y captación encajan en el patrón de las sectas. Más que las singularidades de los Legionarios de Cristo, la serie documental es interesante porque también delata las dinámicas internas de la Iglesia y cómo ha utilizado la palabra de Dios para hacer el mal.

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