Plex, una navaja suiza para los seriófilos
Aparte de ser una plataforma de estríming gratuita, también es un reproductor que permite organizar y reproducir todos los contenidos que estén almacenados en el ordenador del usuario
En el actual universo de consumo audiovisual dominado por las plataformas de vídeo a la carta, mantenerse al día de los estrenos y llevar el registro del que hemos mirado y lo que tenemos pendiente de mirar comienza a parecer una misión imposible. Por suerte existen aplicaciones como Plex que facilitan enormemente la labor, además de gestionar nuestras colecciones multimedia personales.
Antes de que los servicios de estríming ocuparan nuestras pantallas con sus videotecas aparentemente sin fin, quien más quien menos se espabilaba para obtener las películas y los episodios de las series que quería ver, fuera comprando los DVD o descargándolos de webs de dudosa reputación. En esa época reinaban las aplicaciones para reproducir en el ordenador vídeos en varios formatos, con VLC a la cabeza.
Desde entonces el panorama ha cambiado mucho. Netflix y los servicios rivales han ido acumulando contenido y captando abonados, arrinconando los soportes físicos y descargas ilegales. Sin embargo, han continuado surgiendo alternativas a VLC más completas y flexibles que ofrecen lo mejor de cada mundo. Una de éstas es Plex, que combina la función primordial de visionado de vídeos y reproducción de audio en numerosos formatos con la gestión de la videoteca y la fonoteca personal y, desde hace un tiempo, el seguimiento del contenido audiovisual de las plataformas de estríming al que estamos abonados.
Por un lado, el propio Plex se comporta también como una de estas plataformas, con acceso a una amplia selección de cine, series y canales de TV en directo accesibles de forma gratuita, financiada mediante interrupciones publicitarias. Si desea ahorrarse la cuota mensual de los grandes nombres y puede prescindir de los títulos más populares, encontrará contenido de segunda fila para ocupar horas y más horas.
Por otro lado, las aplicaciones de Plex –en su mayoría traducidas al catalán y disponibles para ordenadores Windows, Mac y Linux, dispositivos móviles Android e iOS, televisores conectados y la mayoría de los adaptadores tipo FireTV, Apple TV y Chromecast– sirven para visionar y escuchar el contenido multimedia que tengamos almacenado, sean series de TV, películas, vídeos personales, fotografías o música. Plex es capaz de reproducir casi cualquier archivo multimedia: audio en formatos MP3, M4A, FLAC y WMA; vídeos en MP4, MKV, HEVC, AVI, MOV y DIVX; e imágenes JPG, PNG, RAW y TBN. Incluso convierte internamente los archivos no compatibles como los DTS.
En el caso de los vídeos, una de las características más prácticas de Plex es la descarga integrada de subtítulos. A partir del nombre del archivo, haciendo un clic para elegir el idioma que queremos, nos muestra los subtítulos que hay disponibles en la web de OpenSubtitles y los aplica automáticamente, con posibilidad de ajustar el tiempo de retraso en caso de que no coincidan exactamente con las imágenes. En el caso de contenido descargado sin información complementaria, Plex genera automáticamente su ficha informativa a partir del nombre de los ficheros y de la carpeta donde los tenemos guardados (una para series, otra para películas). Generalmente, acierta, pero de lo contrario podemos pedirle que nos muestre las descripciones alternativas que ha encontrado para escoger la correcta.
Estar al día de los estrenos
Adaptándose a los tiempos que corren, Plex ha incorporado también una función para el seguimiento de episodios y temporadas de series. Esta herramienta no sólo le indica en qué plataforma de pago puede ver el contenido que le interesa, sino que también permite restringir la busca en los archivos almacenados o en las plataformas a las que está suscrito, incluyendo opciones como el 3Cat o RTVE Play El secreto es la integración con el servicio externo. JustWatch, que avisa de la disponibilidad de nuevos episodios y temporadas, y aporta una ficha de contenido con información detallada como la sinopsis, las biografías y filmografías de los intérpretes. Además, mientras se consulta esta ficha, suena de fondo un fragmento de la sintonía del programa, una pequeña función que ayuda a confirmar si realmente es lo que queremos mirar. reproducen desde el disco duro. Pero en el caso de las películas y las series de las plataformas, Plex permite –en ordenadores y móviles– lanzar directamente el visionado de los episodios, abriendo el reproductor web de la plataforma correspondiente (excepto Max, que no tiene). De este modo, puede prescindir de las aplicaciones respectivas y disfrutar del contenido de forma inmediata. lista de cosas para ver ya aparece lo siguiente, si las hay. Si prefiere continuar usando las aplicaciones nativas de Netflix, Disney+ y compañía, necesitará registrar manualmente el visionado. de forma autónoma, su potencial se multiplica al combinarlo con Plex Media Server, una aplicación que puede instalar en un ordenador (incluso uno de viejo) conectado a la red doméstica. Esta aplicación permite almacenar los archivos de vídeo, música y fotografías en carpetas separadas, accesibles para todos los miembros de la familia a través de las aplicaciones de Plex de sus dispositivos personales. Plex se convierte en un centro multimedia completo
Bola extra: fotografías y música
Si bien el uso más habitual de Plex es la reproducción de películas y episodios de series, también es muy práctico como álbum de fotografías y vídeos familiares y personales, que deben almacenarse en las carpetas correspondientes del ordenador, o del servidor si queremos que puedan acceder los otros miembros de la familia, a modo de nube doméstica alternativa a Google Photos, Flickr o similares.
Pero la función de Plex que me tiene el corazón robado es el reproductor de música. Después de años utilizando Spotify, hace unas semanas volqué en el Plex Media Server las más de 20.000 canciones que tenía guardadas en un disco duro desde que las digitalicé a partir de los CD para ordenarlas con iTunes y escucharlas con mi venerable iPod. En poco rato, Plex las identificó, las organizó por álbumes e intérpretes, generó fichas con las imágenes de portada y las puso a mi alcance con un buscador. De hecho, también tiene una función de audición al azar que me da muchas más sorpresas y satisfacciones que la modalidad aleatoria de Spotify, que se empeña en proponerme siempre el mismo tipo de música a pesar de contener decenas de millones de canciones. Con Plex quizás me pierdo música desconocida, pero mis gustos eclécticos son suficientes para mantenerme en un terreno muy confortable, inmune a los algoritmos.