Ficción

Sexo, alcohol y humor negro para sobrevivir a una pandemia devastadora

Netflix estrena 'El Decamerón', una sátira social inspirada en el clásico de Boccaccio

3 min
Zosia Mamet y Saoirse-Monica Jackson en 'El Decamerón'.

BarcelonaCuando empezó la pandemia, la guionista Kathleen Jordan quedó escandalizada porque, mientras los médicos trabajaban día y noche para curar a los enfermos ingresados ​​en la UCI, algunos famosos multimillonarios se quejaban de que no les dejaban salir de sus mansiones. "Fue muy irritante y frustrante", explicaba Jordan a The New York Times. Empujada por una rabia de clase difícil de canalizar, se propuso entonces escribir una serie sobre "las desigualdades sociales, sin que fuera un sermón moralizador". Por analogía con la pandemia, enseguida le vino a la cabeza El Decamerón (1353) de Giovanni Boccaccio, en el que diez jóvenes florentinos de clase acomodada se exilian en una villa campestre, alejada de la suciedad urbana, mientras la Peste Negra asola Florencia –se calcula que, durante 1348, un tercio de la población europea, quizás incluso más, murió por culpa de esta enfermedad infecciosa. Boccaccio imaginó a unos personajes privilegiados que, al abrigo de la malura, pasan las noches cantando, bebiendo y contando cuentos junto al fuego. Diez cuentos por día durante diez días. En total, cien historias de amores desafortunados, enredos subidos de tono y enemistades turbulentas.

Éste fue el punto de partida de la serie El Decamerón, que se podrá ver en Netflix a partir del jueves 25 de julio y que cuenta con Tanya Reynolds, Saoirse-Monica Jackson, Zosia Mamet, Tony Hale, Amar Chadha-Patel, Douggie McMeekin y Leila Farzad entre el reparto. Jordan ambienta la acción en la Toscana del siglo XIV, pero se trata de una adaptación muy libre de la recopilación de narraciones original de Boccaccio. "Los medievalistas quedarán decepcionados si miran la serie esperando encontrar sus cuentos favoritos deEl Decamerón", explica Jordan, que cree que, "en última instancia, se trata de una serie sobre la supervivencia". Aparte de Jordan, la serie también cuenta con los productores ejecutivos Jenji Kohan –conocida sobre todo por Weeds y Orange es el nuevo–, Michael Uppendahl, Blake McCormick y Tara Herrmann.

'El Decamerón'.

A caballo del humor negro y la sátira social, la serie despliega un entramado de enredos e intrigas entre nobles y sirvientes que conviven en una especie de refugio paradisíaco en medio de la naturaleza. El sexo, la comida y el vino marcan los ocho capítulos de la primera temporada, que conjuga oscuridad y comedia a partes iguales. Como también ocurría en la película El Decamerón (1971) de Pier Paolo Pasolini, el erotismo desenfrenado intensifica el ritmo narrativo de la serie. A medida que los personajes se acostumbran a la vida campestre, las convenciones sociales se diluyen y el caos se apodera de todo. La fiesta se transforma en una lucha tensa entre poderosos que se esfuerzan por imponerse a los demás. El hedonismo digno de una bacanal dionisíaca queda sustituido por un ambiente de conspiraciones y violencia, quizá incluso más peligroso que la ciudad empujada de la que huían. "Es un poco como El señor de las moscas", explica la actriz Tanya Reynolds, que interpreta a una de las mujeres adineradas que se alojan en la villa.

A pesar de este cambio de tono, la serie no representa la Edad Medieval con la oscuridad con la que habitualmente es asocia, sino con un estallido de colores y luz. "Era un mundo lleno de cultura, no una época oscura", dice Luca Tranchino, el productor de diseño. la serie "es fiel a la época", según asegura. La serie se rodó a medias entre una villa de Viterbo, en el norte de Roma, y ​​los estudios cinematográficos Cinecittà, donde Fellini grabó algunas de sus películas. películas más emblemáticas, como Casanova (1976). Como la villa era antiguamente un castillo medieval, al actor Tony Hale no le costó mucho "imaginar lo que ocurría en aquella época, durante la devastación de la plaga, cuando no tenían los avances que hay ahora". "Cada día volvía a casa y me dolían las costillas de tanta risa durante el rodaje", añade Tanya Reynolds.

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