Este miércoles se ha difundido el testimonio del hijo mayor de Juana Rivas, la mujer que en 2017 fue condenada por haber secuestrado a sus hijos. Rivas quiso evitar entregar a los niños a su exmarido, a quien acusaba de malos tratos y de ser muy violento. Ahora el chico, que ya tiene 18 años y ha podido volver con su madre, ha utilizado su voz para pedir ayuda para su hermano, que tiene 10 años y vive con su padre. Explicó la violencia y los abusos que ejerce el padre contra el niño. La justicia italiana finalmente ha procesado al exmarido de Rivas. Este miércoles, en Espejo público, Susanna Griso abordaba al caso entrevistando a la abogada de Juana Rivas y recordando la historia. "En Italia se pusieron junto a Francesco y decían que Juana era poco más que una loca". La presentadora también recordó que la mujer se había convertido"en un símbolo político de Podemos". Y ahora Griso afirmaba: "Los hechos están dando la razón a esta madre que se equivocó secuestrando a sus hijos pero que se quejaba de los malos tratos que ella también había sufrido".
Pero en el 2017 no sólo la justicia italiana prefirió creerse al exmarido.
El caso Juana Rivas tuvo una gran repercusión. Mientras se escondía con los niños, los medios la buscaron y perseguiron por tierra , mar y aire. Entrevistaron al exmarido en todas partes haciendo el llanto. momento para recordar el acoso mediático que Espejo público ejerció contra Juana Rivas. La quisieron entrevistar en el programa y cuando la llevaban al plató ella se asustó al sentirse utilizada. Luego enseñaron cómo la fueron a buscar a la estación de tren con las cámaras de televisión. La grabaron llevándola en coche a los estudios, maquillándola y añadiendo presión a una mujer desmoronada emocionalmente y nada acostumbrada a los medios. Al día siguiente, Espejo público se puso a investigar dónde había escondido a sus hijos, enviando a una reportera al lugar donde sospechaban que estaban. Hablaban de su "curada", con música de terror y mapas aéreos de la zona como si fuera una delincuente peligrosa. La cuestionaban como madre: "¿De qué conocía Juana a esta mujer? ¿Permaneció allí con sus hijos o los dejó al cuidado de su amiga?" Los colaboradores pusieron en duda la versión de Juana Rivas y la tildaron de demagoga. "¡Yo me pregunto qué pensará Juana Rivas de todo esto que estamos contando!" Y un colaborador le respondió: "¡Está indignada! ¡No comprendo este acoso y derribo!" Ese día, incluso Griso reconoció con ligereza que quizás se estaban excediendo en el trato a Rivas. Han tenido que pasar siete años para que la justicia dé la razón a Juana Rivas. Y todo este tiempo sirve para poner en evidencia las tonterías y la violencia mediática que se ejercía contra las víctimas del machismo. Hay varios programas, empezando por Espejo público, que deberían pedir perdón a Juana Rivas por cómo la trataron. Porque si ahora se recuperaran esas imágenes de archivo, les caería la cara de vergüenza.