La polémica sobre el robo de invitados entre El hormiguero y La revuelta está adquiriendo dimensiones desproporcionadas. Esta mañana ha entrado en juego la periodista de La1 Silvia Intxaurrondo, después de que Pablo Motos, para defenderse, hubiera atacado, de rebote, a RTVE Acusó a la televisión pública de "difundir una versión deformada de la realidad" a la hora de dar repercusión al conflicto. La copresentadora de La hora de La1 ha plantado cara: “Por cierto, ayer Pablo Motos hizo un discurso dando su versió y criticando duramente a esta casa, RTVE. Habló de mala praxis, habló de desinformación. Sí, Pablo Motos nos acusó de eso a nosotros. El mundo al revés”. La periodista explicó que Motos utilizó una imagen del diario El Mundo donde se daba la supuesta exclusiva de que los informativos públicos habían abierto con la polémica televisiva en pleno estallido del caso Aldama. “Obviamente, lo que dice El Mundo se falso”. Meticulosamente, repasó todas las ediciones de los informativos de ese día para demostrar que la información dada por El Mundo y amplificada por Motos era mentira: “En fin, queremos desmentir esto cuando nos vean para que ustedes sepan que están en el sitio adecuado. Nosotros no desinformamos. Nosotros no tenemos mala praxis. Y nosotros podemos avalar con lo que hicimos, con imágenes y con nuestro rostro frente a la televisión, que actuamos bien. Nosotros sí", ha afirmado con rotundidad la periodista.
Hechas las aclaraciones, se evidenciaron, una vez más, las estrategias de manipulación habitual deEl hormiguero, en la que la demagogia y el victimismo convierten, día sí día también, el entretenimiento en un espectáculo ideológico.
La discusión agria entre dos presentadores no puede salpicar el prestigio de unos servicios informativos públicos. E Intxaurrondo ha hecho bien en marcar el territorio. La periodista no dice nada del tira y afloja ridículo por la agenda de los invitados, pero marca una línea roja en el trabajo periodístico denunciando los ataques por el pico grueso de Motos. Un Motos, por cierto, que no supo ver que, en pleno 25 de noviembre, día internacional para la eliminación de la violencia machista, comenzaba patéticamente su defensa lamentando que "he sufrido una agresión" refiriéndose a todo el lío.
Ahora bien, todo se les empieza a escapar de las manos. Las rabietas de Broncano y Motos no se ajustan ni a la supuesta madurez de dos adultos ni a la conducta de dos profesionales. Este zafarrancho de combate parece más bien una estrategia que interesa a ambas cadenas para crear expectativas y, por tanto, sacar rédito con las audiencias.